Cuando hablamos de poesía comprometida y profundamente emotiva, los poemas de Gioconda Belli se destacan como una expresión poderosa de resistencia y feminidad. En su obra, Belli no solo aborda temas sociales y políticos, sino que también explora la intimidad, el deseo y la identidad con una sensibilidad única.

En este artículo de Frases de la Vida, recorreremos sus mejores poemas, aquellos que han dejado una huella imborrable en la literatura contemporánea, reflejando tanto su pasión por la vida como su lucha por la justicia y la igualdad.

Índice

5 mejores poemas de Gioconda Belli que tocan el alma

Poemas de Gioconda Belli

1. Amor de frutas

Amor de frutas es uno de los mejores poemas de Gioconda Belli donde utiliza la metáfora de las frutas para explorar la sensualidad y el deseo en una relación amorosa. La autora asocia cada parte del cuerpo con diferentes frutas, transmitiendo la idea de que el amor físico es una experiencia rica, natural y profundamente placentera.

Déjame que esparza
manzanas en tu sexo
néctares de mango
carne de fresas;

Tu cuerpo son todas las frutas.

Te abrazo y corren las mandarinas;
te beso y todas las uvas sueltan
el vino oculto de su corazón
sobre mi boca.
Mi lengua siente en tus brazos
el zumo dulce de las naranjas
y en tus piernas el promegranate
esconde sus semillas incitantes.

Déjame que coseche los frutos de agua
que sudan en tus poros:

Mi hombre de limones y duraznos,
dame a beber fuentes de melocotones y bananos
racimos de cerezas.

Tu cuerpo es el paraíso perdido
del que nunca jamás ningún Dios
podrá expulsarme.

2. Claro que no somos una pompa fúnebre

En uno de los poemas de Gioconda Belli nos recuerda que, a pesar de las adversidades, la tristeza y las dificultades que enfrentamos, siempre llevamos dentro la capacidad de reír, amar y ser felices.

Claro que no somos una pompa fúnebre,
a pesar de todas las lágrimas tragadas
estamos con la alegría de construir lo nuevo
y gozamos del día, de la noche
y hasta del cansancio
y recogemos risa en el viento alto.

Usamos el derecho a la alegría,
a encontrar el amor
en la tierra lejana
y sentirnos dichosos
por haber hallado compañero
y compartir el pan, el dolor y la cama.

Aunque nacimos para ser felices
nos vemos rodeado de tristeza y vainas,
de muertes y escondites forzados.

Huyendo como prófugos
vemos como nos nacen arrugas en la frente
y nos volvemos serios,
pero siempre por siempre
nos persigue la risa
amarrada también a los talones
y sabemos tirarnos una buena carcajada
y ser felices en la noche más honda y más cerrada

porque estamos construidos de una gran esperanza,
de un gran optimismo que nos lleva alcanzados
y andamos la victoria colgándonos del cuello,
sonando su cencerro cada vez más sonoro
y sabemos que nada puede pasar que nos detenga
porque somos semillas
y habitación de una sonrisa íntima
que explotará
ya pronto
en las caras
de todos.

3. Como gata boca arriba

En otro de los poemas de Gioconda Belli habla de la lucha interna entre el deseo de mantener el control y la entrega total al amor, explorando cómo el amor puede ser caótico, pero también profundamente gratificante.

Te quiero como gata boca arriba,
panza arriba te quiero,
maullando a través de tu mirada,
de este amor-jaula
violento,
lleno de zarpazos
como una noche de luna
y dos gatos enamorados
discutiendo su amor en los tejados,
amándose a gritos y llantos,
a maldiciones, lágrimas y sonrisas
(de esas que hacen temblar el cuerpo de alegría)

Te quiero como gata panza arriba
y me defiendo de huir,
de dejar esta pelea
de callejones y noches sin hablarnos,
este amor que me marea,
que me llena de polen,
de fertilidad
y me anda en el día por la espalda
haciéndome cosquillas.

No me voy, no quiero irme, dejarte,
te busco agazapada
ronroneando,
te busco saliendo detrás del sofá,
brincando sobre tu cama,
pasándote la cola por los ojos,
te busco desperezándome en la alfombra,
poniéndome los anteojos para leer
libros de educación del hogar
y no andar chiflada y saber manejar la casa,
poner la comida,
asear los cuartos,
amarte sin polvo y sin desorden,
amarte organizadamente,
poniéndole orden a este alboroto
de revolución y trabajo y amor
a tiempo y destiempo,
de noche, de madrugada,
en el baño,
riéndonos como gatos mansos,
lamiéndonos la cara como gatos viejos y cansados
a los pies del sofá de leer el periódico.

Te quiero como gata agradecida,
gorda de estar mimada,
te quiero como gata flaca
perseguida y llorona,
te quiero como gata, mi amor,
como gata, Gioconda,
como mujer,
te quiero.

4. Como tinaja

En otro de los poemas de Gioconda Belli explora la nostalgia y el sufrimiento que deja un amor ausente, mostrando cómo los recuerdos pueden ser tanto una fuente de consuelo como de dolor en la soledad.

En los días buenos,
de lluvia,
los días en que nos quisimos
totalmente,
en que nos fuimos abriendo
el uno al otro
como cuevas secretas;
en esos días, amor,
mi cuerpo como tinaja
recogió toda el agua tierna
que derramaste sobre mí
y ahora,
en estos días secos
en que tu ausencia duele
y agrieta la piel,
el agua sale de mis ojos
llena de tu recuerdo
a refrescar la aridez de mi cuerpo
tan vacío y tan lleno de vos.

 

5. Siento que voy alejándome

A través de este poema, Belli transmite la lucha interna de comprender y aceptar una realidad más compleja y profunda que la visible, una que no siempre puede compartirse o explicarse a los demás.

Siento que me voy alejando, que voy saliéndome poco a poco,
de esta realidad de las mañanas y las tardes y voy entrando
a un mundo que estoy construyéndome con mis deseos y mis ansiedades
y todas las cosas reprimidas que empiezan a querer salírseme
y que me empujan, casi sin darme cuenta en la incertidumbre,
allí donde deberé quedarme sola, donde me da miedo ir porque sé que
tendré que asumir toda la responsabilidad
del haberme dado cuenta, del saber que no todo es aire y agua
y pan y leche y que hay algo más que nos rodea, que está en
la atmósfera, que nos persigue y espera para envolvernos en
esa belleza dolorosa que quisiéramos compartir y acercarla a
los demás pero que, al contrario, nos aleja, nos hace sentirnos
irreales, diferentes, como que acabáramos de nacer a un mundo
que no conocimos hasta entonces o como que hubiésemos llegado
de la estrella más cercana o de la más lejana y estamos abiertos
totalmente a las hojas, al ruido, sintiendo derramarse la vida,
sintiendo que nos acercamos a esa, la verdadera realidad,
aunque todos crean lo contrario y nosotros no podamos explicárselos.

¿Qué te han parecido estos poemas de Gioconda Belli? Si no ha sido suficiente, te invitamos a descubrir algunos de los mejores libros de Gioconda Belli.