Aaron Beck es un sobresaliente psiquiatra estadounidense que ha dedicado su investigación al estudio de la depresión y al desarrolló lo que, hoy en día, conocemos como terapia cognitivo conductual, una de las más eficaces a la hora de tratar trastornos tales como la ansiedad. Si la psicología es tu profesión o estás interesado en la mente humana, no te pierdas la selección de frases de Aaron Beck que hemos elaborado en este nuevo artículo de Frases de la Vida. ¡Sigue leyendo!

La Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés) reconoce a Beck como uno de los cinco terapeutas más influyentes de todos los tiempos. Entre sus contribuciones al campo hallamos su cuestionario para evaluar cuán severa es la depresión de una persona y otros grandes aportes a la psicología cognitiva, encargada de estudiar el modo en que las personas obtienen su conocimiento del mundo y los resultados actitudinales de dichas concepciones. En otras palabras, este cuerpo teórico sostiene que nuestras creencias, ideas, expectativas, ideales y atribuciones de sentido se traducirán en acciones (a veces, poco adaptativas) y modos de relación con el entorno.

Los modelos terapéuticos confeccionados por Beck con el objetivo de curar la depresión serían posteriormente extendidos a otras patologías, muy frecuentes en los tiempos que corren. Su base para el tratamiento de las afecciones psicológicas es la reestructuración cognitiva, un proceso necesario para que el individuo pueda modificar sus interpretaciones y valoraciones subjetivas de los hechos y situaciones que atraviesa para, así, formularse unas ideas más realistas y adaptativas. En este sentido, los supuestos previos del consultante serán analizados para echar luz sobre aquellos límites autoimpuestos y permitir el descartarte de patrones conductuales que resulten negativos.

Sin más dilación, ¡acompáñanos a descubrir las mejores frases de Aaron Beck!

Las mejores frases de Aaron Beck

1. Los pacientes con los que trabajamos a lo largo de los años nos han permitido compartir con ellos su carga. Su dolor y su angustia fueron nuestra motivación para desarrollar las teorías y las técnicas denominadas «terapia cognitiva». Nos enseñaron mucho, y esperamos haberles ayudado a llevar vidas más plenas, más completas.

2. Las crisis, las llamadas telefónicas de emergencia y el pedido de trato especial son comunes durante las primeras etapas de la terapia con muchos clientes. Tradicionalmente, esta conducta se ha considerado una «puesta a prueba» de la habilidad y el interés del terapeuta.

3. Algunos factores que precipitan la depresión suelen ser el trastorno o la ruptura de alguna relación, los problemas en el trabajo o alguna crisis que «deshincha» el sentimiento de grandeza y produce desaliento o humillación.

4. Uno de los principios de la terapia cognitiva es inculcar en el paciente un espíritu de cooperación y confianza… terapeuta y paciente tienen que hacer un trabajo considerable con el proyecto de cambio de la personalidad a largo plazo.

5. Con el transcurso del tiempo, el terapeuta se convierte en un modelo de rol para el paciente —en alguien que éste puede emular cuando se trata de demostrar consideración, tacto, sensibilidad y comprensión en su propio círculo de íntimos y amigos.

6. Se recomienda vivamente a los clínicos que aclaren que su función no es la de árbitro o juez, sino la de un auxiliar o un socio cooperativo en la evaluación personal, y la de un especialista en ese proceso de evaluación.

7. A veces las expectativas grandiosas no satisfechas se van acumulando a lo largo del tiempo, y finalmente imponen la conclusión disfórica de que los grandes sueños nunca se harán realidad.

8. Nos sentimos incitados a comer para aliviar el malestar del hambre, pero también para obtener una satisfacción. Buscamos relaciones sexuales para reducir la tensión sexual y también para lograr gratificación. Nos vinculamos a otras personas para aliviar la soledad, pero también para obtener el placer de la camaradería y la intimidad. En suma, cuando experimentamos una presión interna que apunta a la satisfacción de ciertos deseos inmediatos —como por ejemplo obtener placer y aliviar la tensión— por lo menos en alguna medida podemos estar realizando metas evolutivas muy amplias.

9. Al tratar de ponerse en el lugar del paciente (quizás imaginándose que tiene el mismo conjunto de sensibilidades, la misma sensación de desvalimiento y vulnerabilidad), el terapeuta puede comprenderlo mejor. Al mismo tiempo, debe tener cuidado y no quedar tan involucrado en los problemas del paciente que pierda la objetividad.

10. El propósito explícito de la terapia es pasar revista a la utilidad personal de las elecciones presentes del paciente y enseñarle una estrategia cognitiva para lograr el éxito… El terapeuta cognitivo se esfuerza por enseñarle a pensar y actuar de modo diferente, con más deliberación, en lugar de empujarle a modificar sus sentimientos respecto de su conducta pasada.

¡Hemos llegado al final! ¿Qué opinas acerca de esta selección de frases de Aaron Beck? ¿Recuerdas otras que brinden consejos útiles para los psicólogos clínicos? Beck reconoce que hay límites de la terapia cognitivo conductual y sugiere a los profesionales que sean realistas, pero también es consciente del gran potencial que tiene para ayudar a las personas a lograr una mejor calidad de vida. ¿Crees que el equilibrio en términos de salud mental es el rasgo fundamental de una vida plena? Nos encantaría saber qué piensas, así que recuerda pasar a la sección de comentarios y escribirnos. ¡Hasta pronto!