Las frases de Alejandro Dumas son tan extensas e interesantes como las más de doscientas obras que publicó este prolijo escritor francés del siglo XIX. Sus obras más conocidas seguro que, como mínimo, te sonaran: Los tres mosqueteros y El conde de Montecristo. Estos dos clásicos de las aventuras se publicaron capítulo a capítulo, por entregas. Sería, por decirlo de alguna manera, el equivalente a las series de televisión. El folletín (era así como se les llamaba) asentaría también las bases de la ficción por entregas, como dejar al lector con ganas de más al final de cada capítulo.

Pero volvamos a las frases de Alejandro Dumas. Las novelas del escritor francés se tradujeron a más de cien idiomas y han inspirado nada más y nada menos que más de doscientas películas, con lo que ¡hay frases para rato! Además de las novelas de aventuras, el escritor también escribió un curioso diccionario de cocina en el que había recetas y otros escritos que reflejaban su intenso amor por la cocina.

130 Frases de Alejandro Dumas, el escritor prolijo de aventuras

1. Una persona que duda de sí misma es como un hombre que se alista en las filas de sus enemigos y blande sus armas contra sí mismo. Hace de su fracaso una certeza porque él mismo es la primera persona en estar convencida de ello.

2. Lo más curioso que hay en la vida es el espectáculo de la muerte.

3. Todas las generalizaciones son peligrosas, incluso ésta.

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4. La vida es fascinante: sólo hay que mirarla a través de las gafas correctas.

5. Que los elefantes sean tan inteligentes y los hombres tan bestias debe ser debido a una cuestión de educación.

6. La sabiduría humana se encierra por entero en estas dos palabras: ¡Confiar y esperar!

7. Los seres queridos que perdemos no reposan bajo la tierra, sino que los llevamos en el corazón.

8. Dios ha querido que la mirada del hombre fuese la única cosa que no se puede ocultar.

9. El tiempo solo se calcula por la felicidad o por el dolor.

10. El mayor delito es el suicidio, porque es el único que no da lugar al arrepentimiento.

11. El amor inspira las más grandes hazañas e impide realizarlas.

12. El amor es física, el matrimonio, química.

13. Creemos, sobre todo porque es más fácil creer que dudar, y además porque la fe es la hermana de la esperanza y de la caridad.

14. Cuando el amor desenfrenado entra en el corazón, va royendo todos los demás sentimientos; vive a expensas del honor, de la fe y de la palabra dada.

15. Nada consigue tantos triunfos como el éxito.

16. Mi padre era un mestizo, su padre era un negro y su abuelo un mono; parece que mi familia dio comienzo en el mismo punto que la vuestra.

17. No estimes el dinero en más ni en menos de lo que vale, porque es un buen siervo y un mal amo.

18. No hace falta conocer el peligro para tener miedo; de hecho, los peligros desconocidos son los que inspiran más temor.

19. Por bien que se hable, cuando se habla demasiado, siempre se acaban diciendo tonterías.

20. ¡Aquel tiempo feliz en que éramos tan desgraciados!

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21. Si dais la impresión de necesitar cualquier cosa no os darán nada; para hacer fortuna es preciso aparentar ser rico.

22. Resulta bastante raro que, en un momento dado, se encuentre, bajo la mano de Dios, un gran hombre para ejecutar una gran acción, y por eso, cuando se produce por casualidad esta combinación providencial, la Historia registra en el mismo instante el nombre de ese hombre elegido, y lo recomienda a la posteridad.

23. Todo cabe en lo breve. Pequeño es el niño y encierra al hombre; estrecho es el cerebro y cobija el pensamiento; no es el ojo más que un punto y abarca leguas.

24. Para todos los males, hay dos remedios: el tiempo y el silencio.

25. El mundo es un salón del que es preciso salir cortés y honrosamente, es decir, saludando y pagando las deudas del juego.

26. La felicidad hace buenos incluso a los malos.

27. La prisa es un mala consejera.

28. Las heridas morales tienen esta peculiaridad: pueden estar ocultas, pero nunca se cierran; siempre son dolorosas, siempre están listas para sangrar cuando se tocan, permanecen frescas y abiertas en el corazón.

29. ¿No sabes que eres mi sol de día y mi estrella de noche? ¡Por mi fe! Estaba en la más profunda oscuridad hasta que apareciste e iluminaste todo.

30. El odio es ciego; la ira te arrastra; y el que derrama venganza corre el riesgo de saborear una corriente amarga.

31. La vida es una tormenta, mi joven amigo. Disfrutarás de la luz del sol en un momento, serás destrozado en las rocas al siguiente. Lo que te hace un hombre es lo que haces cuando llega la tormenta.

32. La vida es tan incierta, que la felicidad debe aprovecharse en el momento en que se presenta.

33. Como regla general… las personas piden consejo solo para no seguirlo; o si lo siguen, para tener a alguien a quien culpar por haberlo dado.

34. Es deber aquello que exigimos de los demás.

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35. Cuando un hombre decide vengarse, primero debe arrancar el corazón de su pecho.

36. Para toda clase de males hay dos remedios. El Tiempo y el Silencio.

37. Tan rápido es el vuelo de los sueños sobre las alas de la imaginación.

38. El infortunio es necesario también para descubrir ciertas minas misteriosas ocultas en la inteligencia humana.

39. Hay mujeres que quieren tanto a sus maridos que, para no usarlos, toman el de sus amigas.

40. Prefiero a los malvados en lugar de a los necios. Los malvados a veces se toman un descanso.

41. Las madres perdonan siempre: han venido al mundo para eso.

42. Sé amable, apunta a mi corazón.

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43. Hay situaciones que los hombres aprecian con su instinto, pero que no pueden comentar con su inteligencia.

44. El bien es lento porque va cuesta arriba. El mal es rápido porque va cuesta abajo.

45. ¿Sabéis qué es el perdón? La indiferencia por aquello que no nos concierne.

46. No hay amistad que se preocupe por un secreto escuchado.

47. En política, vos lo sabéis tan bien como yo, no hay hombres, sino ideas; no sentimientos, sino intereses; en política no se mata a un hombre, sino se allana un obstáculo.

48. Lo que más he amado después de ti, soy yo mismo: es decir, mi dignidad y esa fuerza que me hicieron superior a otros hombres. Esa Fortaleza era mi vida. Lo has roto con una palabra, así que debo morir.

49. Siempre tenemos prisa por ser felices…; porque cuando hemos sufrido durante mucho tiempo, tenemos grandes dificultades para creer en la buena fortuna.

50. La mujer es como una buena taza de café: la primera vez que se toma, no deja dormir.

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51. Así nacen a veces, viven y mueren, en el espacio de unos momentos, las más suaves, las más reales, las más ardientes pasiones. Tienen encanto porque son efímeras; tienen fuerza porque son reprimidas.

52. Salvar a un hombre y por lo tanto evitar la agonía de un padre y los sentimientos de una madre, no es hacer un acto noble, no es más que un acto de humanidad.

53. África comienza en los Pirineos.

54. La debilidad de nuestra naturaleza siempre es creernos mucho más infelices que aquellos que gimen a nuestro lado.

55. La felicidad es egocéntrica.

56. Las largas charlas son el privilegio feliz de las gentes que no tienen nada que decirse.

57. Nunca temas las peleas, sino busca aventuras peligrosas.

58. Cuando quiero que se sepa una cosa, la digo, y cuando no la digo, es que deseo que se ignore.

59. El trabajo de uno puede terminar algún día, pero la educación nunca.

60. He pensado que me sería más fácil descender de una vez del todo a la parte, que subir de la parte al todo.

61. Si desea descubrir a la persona culpable, primero descubra a quién le puede ser útil el crimen.

62. La experiencia y la filosofía que no conducen a la indulgencia y a la caridad, son dos adquisiciones que no valen lo que cuestan.

63. Somos hombres, y después de todo, es asunto nuestro arriesgar nuestras vidas.

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64. El destino encuentra siempre a gentes fieles que le ayudan a la ejecución de sus designios.

65. En los negocios no existen los amigos: no hay más que clientes.

66. Quizá tenía yo el corazón más débil que otro cualquiera, y he sufrido más que otros en mi lugar.

67. La filosofía no se puede enseñar; es la aplicación de las ciencias a la verdad.

68. Sin embargo, el hombre nunca será perfecto hasta que aprenda a crear y destruir; él sabe cómo destruir, y eso es la mitad de la batalla.

69. La juventud es una flor cuyo fruto es amor; feliz es él quien lo arranca después de verlo madurar lentamente.

70. Tu historia de vida es una novela; y las personas, aunque aman las novelas heridas entre dos cubiertas de papel amarillo, son extrañamente suspicaces hacia las que les llegan en papel vistoso.

71. Ah, labios que dicen una cosa, mientras el corazón piensa en otra.

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72. A veces uno ha sufrido lo suficiente como para tener el derecho de no decir nunca: estoy muy feliz.

73. Todo el mundo sabe que los borrachos y los amantes tienen una dignidad protectora.

74. Sobre qué delgados hilos cuelgan la vida y la fortuna.

75. No niego el azar, pero lo limito.

76. Los desdichados y los miserables deben volverse primero hacia su Salvador, pero no le buscan hasta que se agota toda otra esperanza.

77. Soy fuerte contra todo, excepto contra la muerte de aquellos a quienes amo”. El que muere gana; el que ve a otros morir, pierde.

78. El amor es la más egoísta de todas las pasiones.

79. Es raro que uno pueda ver en un niño pequeño la promesa de un hombre,  y sin embargo en una niña pequeña la amenaza de una mujer.

80. Si Dios fuera condenado repentinamente a vivir la vida que ha infligido a los hombres, se mataría a Sí mismo.

81. Tan pesada es la cadena del matrimonio que necesita dos para llevarla, y a veces tres.

82. El verdadero amor siempre mejora a un hombre, sin importar qué mujer lo inspire.

83. Sé feliz, noble corazón, bendito por todo lo bueno que has hecho y harás en el más allá, y deja que mi gratitud permanezca en la oscuridad como tus buenas obras.

84. Aquellos que nacen de la riqueza y que tienen los medios para satisfacer cada deseo, no saben cuál es la verdadera felicidad de la vida, así como aquellos que han sido arrojados en las tormentosas aguas del océano sobre unas tablas frágiles pueden darse cuenta de las bendiciones del buen tiempo.

85. Estoy seguro de que eres muy amable, pero serías mucho mejor si te fueras.

86. Soy un conde, no un santo.

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87. Cuando el diablo se mezcla en los asuntos humanos para arruinar una existencia o trastornar un Imperio, es muy extraño que no se halle inmediatamente a su alcance algún miserable al que no hay más que soplarle una palabra al oído para que se ponga seguidamente a la tarea.

88. Es verdad, he violado la historia, pero ha producido algunas crías hermosas.

89. El orden es la clave de todos los problemas.

90. El mérito de todas las cosas radica en su dificultad.

91. No me río a menudo, señor, como puede percibir por el aire de mi semblante; pero, sin embargo, conservo el privilegio de reír cuando quiero.

92. La felicidad es como esos palacios en cuentos de hadas cuyas puertas están custodiadas por dragones: debemos luchar para conquistarlo.

93. La mujer es sagrada; la mujer que uno ama es santa.

94. Todos para uno y uno para todos, si estamos divididos, caemos.

95. Porque hay dos tipos distintos de ideas: las que proceden de la cabeza y las que emanan del corazón.

96. ¡Ahora me gustaría que alguien me dijera que no hay drama en la vida real!

97. La pólvora no explota sin estar comprimida; la cautividad ha reunido en un solo punto mis facultades y han entrado en contacto en un espacio reducido, y como no ignoráis, del choque de las nubes resulta la electricidad, de la electricidad el rayo, y del rayo la luz.

98. La vejez no podría soportarse sin un ideal o un vicio.

99. En amor, quien duda acusa.

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100. Hay dos miradas; la mirada del cuerpo puede olvidar a veces, pero la del alma recuerda siempre.

102. Aprender no hace que uno aprenda: hay quienes tienen conocimiento y aquellos que tienen entendimiento. El primero requiere memoria y la segunda filosofía.

103. A menudo pasamos junto a la felicidad sin verla, sin mirarla, o incluso si la hemos visto, sin reconocerla.

104. Una mente debilitada siempre ve todo a través de un velo negro. El alma crea sus propios horizontes; tu alma está oscura, por eso ves un cielo tan nublado.

105. No hay ventura ni desgracia en el mundo, sino la comparación de un estado con otro, he ahí todo. 

106. El amor puro y la sospecha no pueden vivir juntos: en la puerta donde este entra, el otro hace su salida.

107. Es preciso haber querido morir, para saber cuán buena y hermosa es la vida.

108. Cuando comparas las tristezas de la vida real con los placeres de la imaginación, nunca quieres volver a vivir, sino soñar para siempre.

109. La diferencia entre la traición y el patriotismo es solo cuestión de fechas.

110. Todas las generalizaciones son peligrosas, incluso ésta.

111. Tienen algunas cosas tal aire de imposibles, que no se nos ocurre la idea de intentarlas, y hasta las evitamos instintivamente.

112. Beneficio reprochado, ofensa hecha.

113. Por bueno que uno sea, pronto cesa de visitar a la personas que lo entristecen.

114. El primer amor, por amor; el segundo, por despecho; el tercero, por costumbre.

115. Trata al buen vino como a la mujer, con delicadeza, sin golpearlo, y cuando lo bebas, dedícale algunas palabras agradables, hasta los vinos aprecian esto.

116. Como se sabe, nada hace pasar el tiempo como reflexionar.

117. El silencio es la última alegría de los desgraciados; guardaos de poner a alguien, quienquiera que sea, tras la huella de vuestros dolores; los curiosos empapan nuestras lágrimas como las moscas sacan sangre de un gamo herido.

118. El deseo es una tendencia constante.

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119. La vida es un rosario de pequeñas miserias que el filósofo desgrana riendo.

120. Aun eres joven y tus amargos momentos tienen tiempo para convertirse en dulces recuerdos.

121. ¿Cómo escapé? Con dificultad. ¿Cómo planeé este momento? Con placer.

122. Siempre he temido más una pluma, una botella de tinta y una hoja de papel que una espada o una pistola.

123. La vida humana se halla dividida en dos fases distintas. Los primeros treinta y cinco años son para la experiencia, y el resto, para el recuerdo.

124. En el amor, escribir es peligroso, sin mencionar que no tiene sentido.

125. El orgullo de quienes no pueden edificar es destruir.

126. Las mujeres nunca son tan fuertes como después de su derrota.

127. Los amigos que perdemos no reposan en la tierra, están sepultados en nuestro corazón.

128. Nada sale mejor que el éxito, que es el imán mortal que todo lo atrae.

129. El hombre nace sin dientes, sin cabello y sin ilusiones, y muere lo mismo: sin dientes, sin cabello y sin ilusiones.

130. El arte necesita o soledad o miseria o pasión. Es flor de roca que requiere viento áspero y terreno duro.

Esperamos que nuestra recopilación de frases de Alejandro Dumas te haya gustado y te hayan entrado ganas de leer alguna de las novelas de este prolijo escritor de aventuras. Y tú, ¿has leído Los tres mosqueteros? ¿O te has dejado cautivar por la historia de venganza de El conde de Montecristo? Déjanos un comentario con tus pensamientos, ¡nos encantará leerte!