120 Frases de Baruch Spinoza: el padre del panteísmo moderno

Las frases de Baruch Spinoza nos llevan a un pensamiento que, en muchas ocasiones, no fue entendido correctamente. Spinoza procedía de una familia judía, y fue educado en la fe hebrea. Sin embargo, a medida que profundizaba en el conocimiento de la filosofía, fue desarrollando su propia cosmovisión y su propia teología. De este modo, desarrolló el panteísmo que le caracteriza.

Las frases de Baruch Spinoza hablan de Dios, y de la manera en que Dios se manifiesta en la naturaleza. Desde la perspectiva de Spinoza, Dios y la naturaleza se corresponden completamente. Es decir, el universo es Dios mismo. Desde la visión de Spinoza, no existe un ser creador y un ser creado diferentes sino que, por el contrario, creador y creación se corresponden completamente.

En Frases de la vida te traemos una recopilación de las frases de Baruch Spinoza que esperamos sirvan para acercarte a su pensamiento y a su forma de entender la realidad. Aunque una parte fundamental se refiere a la teología, también encontrarás muchas otras relativas al hombre y a la sociedad ya que, para Spinoza, también eran partes fundamentales de su trabajo.

120 Frases de Baruch Spinoza: el padre del panteísmo moderno

1. Que el hombre tenga la idea de Dios está claro, puerto que él entiende sus atributos y estos atributos, no pueden ser producidos por él, ya que es imperfecto.

2. Comprender es el principio de aprobar.

3. La experiencia nos ha demostrado que a la persona no le resulta nada más difícil de dominar que su lengua.

4. Comprendí que las leyes reveladas por Dios a Moisés no fueron otra cosa que el derecho particular del Estado hebreo y que, por tanto, ningún otro tenía obligación de aceptarlas, y que incluso ellos mismos sólo estaban sujetos a ellas, mientras durara su Estado.

5. Los hebreos creyeron que su reinado era el reino de Dios y que sólo ellos eran hijos de Dios, mientras que las otras naciones eran enemigos de Dios, hacia las que sentían el odio más violento.

6. La Escritura suele pintar a Dios a imagen del hombre y atribuirle alma, ánimo, afectos e incluso cuerpo y aliento a causa de la débil inteligencia del vulgo.

7. Dado, pues, que la ley no es nada más que la forma de vida que los hombres se imponen a sí mismos o a otros por algún fin, parece que hay que distinguir ley humana y ley divina.

8. La suprema ley es la salvación del estado, a la que deben responder todas las demás, tanto humanas como divinas.

9. Ninguna sociedad puede subsistir sin autoridad, sin fuerza y, por tanto, sin leyes que moderen y controlen el ansia de placer y los impulsos desenfrenados.

10. Dios no tiene derecha ni izquierda, ni se mueve ni está parado, ni se halla en un lugar, sino que es absolutamente infinito y contiene en sí todas las perfecciones.

11. El derecho natural de cada hombre no se determina, pues, por la sana razón, sino por el deseo y el poder.

12. La alegría es el paso del hombre de una menor perfección a una mayor.

13. La causa que hace surgir, que conserva y que fomenta la superstición es, pues, el miedo.

14. El deseo es la esencia misma del hombre, en cuanto se concibe, determina a actuar sobre algo, merced a cualquier afección dada a la propia esencia.

15. Las ideas no son unas pinturas mudas sobre una pizarra; una idea, en tanto que es idea, incluye una afirmación o una negación.

16. El Estado más violento será, pues, aquel en que se niega a cada uno la libertad de decir y enseñar lo que piensa, y será, en cambio, moderado aquel en que se concede a todos esa misma libertad.

17. Nadie que haya leído el Nuevo Testamento puede dudar que los apóstoles fueron profetas.

18. La devoción es el amor hacia aquel que admiramos.

19. La esperanza es una alegría insegura surgida de la idea de una cosa futura o pretérita de cuya realización dudamos en alguna medida.

20. El hombre libre en nada piensa menos que en la muerte, y su sabiduría consiste en una meditación no sobre la muerte, sino a propósito de la vida.

21. Las cosas cognoscibles son infinitas.

22. El odio a las otras naciones era fomentada y alimentada mediante el culto diario.

23. El que se arrepiente de una acción es doblemente miserable e impotente.

24. El objetivo de la Escritura no consiste en enseñar las ciencias, sino en inculcar la obediencia.

25. Entre la fe o teología y la filosofía no existe comunicación ni afinidad alguna.

26. Existe tanta diferencia entre las cabezas como entre los paladares.

27. Ningún milagro nos permite entender ni la esencia, ni la existencia, ni la providencia de Dios, sino que, por el contrario, estas cosas se perciben mucho mejor por el orden fijo e inmutable de la Naturaleza.

28. La actividad más importante que un ser humano puede lograr es aprender para entender, porque entender es ser libre.

29. Como Dios es causa de sí mismo, basta que lo demostremos por sí mismo.

30. Si los hombres pudieran conducir todos sus asuntos según un criterio firme, o si la fortuna les fuera siempre favorable, nunca serían víctimas de la superstición.

31. Cuando el hombre comprende que no es libre y acepta su esencia, es cuando puede realmente acercarse a la libertad. 

32. El Ser es como el afán de que tenemos de perdurar siempre, de seguir siendo eternamente. 

33. Tres ideas radicales : No hay pluralidad en la sustancia. La naturaleza (Dios) es la única que existe. El orden ideal es el mismo que el real.

34. Son realmente Anticristos aquellos que persiguen a los hombres de bien y amantes de la justicia, simplemente por que disienten de ellos y no defienden los mismos dogmas de fe que ellos.

35. Puesto que todo lo que hay es naturaleza, no tiene sentido oponerle nada, ni siquiera aquello que denominamos espíritu. 

36. Por lo demás, es muy cierto que la república en más peligro está a causa de sus ciudadanos que de sus enemigos, pues son contados los verdaderos buenos.

37. Los atributos son lo que el entendimiento percibe de la sustancia como constituyente de su esencia.

38. La razón es la herramienta que nos permite conseguir ser libres, que lo hace posible.

39. El gran secreto del régimen monárquico y su máximo interés en mantener engañados a los hombres y en disfrazar, bajo el especioso nombre de religión, el miedo con el que se los quiere controlar, a fin de que luchen por su esclavitud, como si tratara de su salvación, y no consideren una ignominia, sino el máximo honor, dar su sangre y su alma para orgullo de un sólo hombre.

40. No queremos algo porque sea bueno, sino al revés, decimos que algo es bueno porque lo deseamos.

41. La experiencia muestra más que sobradamente que los hombres se equivocan muchísimo acerca de la religión y que parecen rivalizar en fabricar ficciones según el ingenio de cada uno.

42. Partiendo de la metafísica es como llegamos a la ética.

43. A los primeros judíos se les entregó la religión por escrito, como una ley, porque entonces eran considerados como niños.

44. Lo que ha sido creado no ha provenido en modo alguno de la nada, sino que necesariamente debe haber sido creado por aquello que existe realmente.

45. El alma no es más que la idea del cuerpo, por lo que las dos están estrechamente relacionadas.

46. El Estado no puede subsistir más que con leyes que obliguen a todo el mundo; pues, si todos los miembros de una sociedad quieren eximirse de las leyes, disolverán ipso facto la sociedad y destruirán el Estado.

47.  ¿Nunca hemos tenido la sensación, al descubrir y comprender algo, de que parece que existe una verdad superior, como si todo lo que existe en la naturaleza fuera increíblemente exacto, como si todo formara parte de algo mayor y perfectamente conectado? 

48. Antes de los reyes, había poquísimos profetas que amonestaran al pueblo; en cambio, después de la elección de la monarquía, había muchísimos a la vez.

49. Todo lo que hay, todo lo que existe. La realidad suprema es sólo una afección de Dios.

50. Es mediante la razón que podemos alcanzar el conocimiento, y con él la libertad.

51. Aquellos que, cuando ignoran una cosa, recurren a la voluntad de Dios, desvarían totalmente: forma ridícula, sin duda, de confesar la propia ignorancia.

52. He procurado diligentemente no reírme de las acciones humanas, ni llorarlas, ni abominar de ellas, sino comprenderlas.

53. Hay que dudar si los apóstoles en sus epístolas profetizan o enseñan.

54. Bien y mal o pecado no son otra cosa que entes de razón y.

55. Sustancia sólo una cosa: aquello que no necesita de nada para existir. ¿Y quién no necesita nada? Dios.

56. Cuando los hombres, atizados por la superstición, comienzan a disputar, y ambos bandos cuentan con el apoyo de los magistrados, es imposible que se apacigüen, sino que es inevitable que se dividan en sectas.

57. Dado que también hemos probado que fuera de la naturaleza, que es infinita, no existe ni puede existir ningún otro ser.

58. Los individuos, los cuales no se distribuyen en naciones, sino por la diversidad de lenguas, de leyes y de costumbres practicadas, y sólo de estás dos, es decir, de las leyes y las costumbres, pueden derivarse de que cada nación tenga un talante especial, una situación particular y, en fin, unos prejuicios propios.

59. Ellos dicen (los filósofos) que Dios no puede jamás ser demostrado a priori, ya que él no tiene ninguna causa, sino tan sólo con probabilidad o a través de sus efectos.

60.  La ética spinoziana culmina en el amor intelectual a Dios.

61. La religión no se reduce a la caridad, sino a difundir discordias entre los hombres y a propagar el odio más funesto, que disimulan con el falso nombre de celo divino y de fervor ardiente.

62. Que sólo Dios es la única causa libre resulta claro, no sólo por lo que ahora se ha dicho, sino también porque fuera de él no existe ninguna causa externa, que lo coaccione o fuerce. Todo esto no tiene lugar en las cosas creadas.

63. Nada extraño, pues, que, bajo pretexto de la religión, la masa sea fácilmente inducida, ora a adorar a sus reyes como dioses, ora a execrarlos y a detestarlos como peste universal del género humano.

64. El Ser del hombre es saber que no es libre y que tiene que vivir de acuerdo con su naturaleza (Dios).

65. Los hebreos creían que el corazón era la sede del alma y del entendimiento.

66. Consideramos imposible que Dios haya podido darse a conocer a los hombres por medio de algún signo externo.

67. De estos afectos (alegría y tristeza) derivan todos los demás: el odio, la envidia, el enamoramiento, la frustración, la euforia, etc.

68. Quinto Curcio ha señalado con acierto, no hay medio más eficaz para gobernar a la masa que la superstición.

69. En la filosofía, residen tanto la libertad como la felicidad que tanto perseguimos en la vida. 

70. Lo único por lo que se distinguen las naciones entre sí es por la forma de su sociedad y de las leyes bajo las cuales viven y son gobernadas.

71. Fuera de la mente, no existe nada que sea sagrado o profano o impuro en sentido absoluto, sino sólo en relación a ella.

72. El segundo atributo, que nosotros llamamos propio, es la providencia.

73. Los decretos o mandatos de Dios y, por tanto, su providencia no son, en realidad, más que el orden de la naturaleza.

74. Es sumamente raro que los hombres cuenten una cosa simplemente como ha sucedido, sin mezclar al relato nada de su propio juicio.

75. Es necesario conceder a los hombres la libertad de juicio y gobernarlos de tal suerte que, aunque piensen abiertamente cosas distintintas y opuestas, vivan en paz.

76. Estado democrático. He tratado de él, con preferencia a todos los demás, porque me parecía el más natural y el que más se aproxima a la libertad que la naturaleza concede a cada individuo.

77. La religión siempre se adaptó a la utilidad del Estado.

78. La filosofía no es otra cosa que un saber divino. Es el modo supremo del conocimiento.

79. Hay que dejar a todo el mundo la libertad de opinión y la potestad de interpretar los fundamentos de la fe según su juicio, y que sólo por las obras se debe juzgar si la fe de cada uno es sincera o impía.

80. El apetito no es otra cosa que la esencia misma del Ser humano: el deseo. 

81. No hay que confundir el estado natural con él estado de religión, sino que hay que concebirlo sin religión ni ley, y por lo mismo sin pecado ni injuria.

82. Espíritu Santo; y, en realidad, éste no es otra cosa que la tranquilidad de ánimo que surge en la mente por las buenas acciones.

83. Nadie, en efecto, podrá jamás transferir a otro su poder ni, por tanto, su derecho, hasta el punto de dejar de ser hombre.

84. El verdadero fin del Estado es, pues, la libertad.

85. Nosotros no podemos demostrar por la razón si es verdadero o falso el fundamento de la teología.

86. Peca un pueblo cuando hace o permite que se hagan cosas que pueden redundar en su ruina.

87. Lo que ningún monarca ha podido conseguir ni por la espada ni por el fuego, lo han logrado hacer los eclesiásticos con sólo la pluma.

88. No podemos estar ciertos de esa tradición ni de la autoridad del pontífice, tampoco podemos fundar nada seguro sobre ellas.

89. La naturaleza humana está hecha de tal suerte que cualquiera (sea rey o súbdito) que haya obrado mal procura rodear su acción de tales circunstancias que parezca que no ha cometido nada injusto ni indecoroso.

90.  Sólo la obediencia a Dios nos hace libres (Dogma).

91. Por naturaleza naturante entendemos un ser que captamos clara y distintamente por sí mismo y sin tener que acudir a algo distinto de él, como todos los atributos que hemos descrito hasta aquí, y ese ser es Dios.

92. Porque yo veo claramente que sólo hay un Uno, el cual existe por sí mismo y es el sujeto de todos los demás atributos.

93. Para interpretar, pues, los milagros de la Escritura y entender por sus relatos cómo se produjeron realmente, es necesario conocer las opiniones de los primeros que los contaron y de los que nos los trasmitieron por escrito.

94. Todos los filósofos dicen al unísono que el todo es una noción segunda y que no es una cosa en la naturaleza, fuera del entendimiento.

95. Por naturaleza, en efecto, nadie sabe que está obligado de algún modo a obedecer a Dios.

96. Pero, amigo mío, ¿podría la justicia dejar de ser justa? En absoluto, ya que entonces no podría haber justicia alguna.

97. Fuera de Dios no existe absolutamente nada y que él es una causa inmanente.

98. Nosotros hemos dicho que el alma es una idea, que existe en la cosa pensante y que procede de la existencia de una cosa que existe en la naturaleza.

99. Por los milagros no podemos conocer a Dios.

100. Sí no queremos confundir las enseñanzas eternas con aquellas que sólo pueden ser útiles por algún tiempo o para unos pocos, conviene saber también en que ocasión, en qué época y para qué nación o qué siglo fueron escritos todos esos documentos.

101. Los adivinos sólo infunden el máximo respeto a la plebe y el máximo temor a los reyes en los momentos más críticos para un Estado.

102. La providencia para nosotros no es otra cosa que el conato, que encontramos en la naturaleza total y en las cosas particulares, y que tiende a mantener y conservar su propio ser.

103. Ni hay nadie tampoco que no desee vivir, en cuanto pueda, con seguridad y sin miedo.

104. Es un hecho comprobado que el pueblo ha logrado cambiar muchas veces de tirano, más nunca suprimirlo.

105. No se puede afirmar con derecho que existe desorden en la naturaleza, porque no hay nadie que conozca todas las causas de la naturaleza para poder juzgar de ello.

106. Nadie está obligado a vivir según el criterio de otros, sino que cada cual es el garante de su propia libertad.

107. Además, cuando nosotros concluimos que Dios no ha podido dejar de hacer aquello que ha hecho, lo deducimos de su perfección, porque en Dios sería una imperfección el poder omitir lo que hace.

108. No se puede concebir que Dios dicte leyes a los hombres como un príncipe o un legislador.

109. Quienes se empeñan en descubrir en los libros proféticos la sabiduría y el conocimiento de las cosas naturales y espirituales se equívocan totalmente de camino.

110. Cuando este afán se refiere a la mente, lo denominamos voluntad, pero cuando se refiere no sólo a la mente, sino también al cuerpo, lo denominamos apetito. 

111. Puesto que querer es desear, el deseo ha de ser la esencia del hombre. Querer ser para siempre. 

112. No podemos conocer a nadie más que por sus obras.

113. Los Hombres se creen libres porque ellos son conscientes de sus voluntades y deseos, pero son ignorantes de las causas por las cuales ellos son llevados al deseo y a la esperanza.

114. Esclavo es quien está obligado a obedecer las órdenes del señor, que sólo buscan la utilidad del que manda.

115. No es posible que una sustancia hubiera querido limitarse a si misma, y menos una sustancia que ha existido por sí misma. Por tanto, digo yo, será limitada por su causa, la cual necesariamente es Dios.

116. Muchos filósofos se han creído que fuera del pequeño campo del globito terráqueo, donde ellos están, no existe ningún otro, puesto que ellos no lo observan.

117. El universo, la naturaleza y la deidad (Dios) son la misma cosa.

118. Ser es, por tanto, tener apetito de eternidad. 

119. Existen, además, otros dos afectos: la alegría y la tristeza, ambas relacionadas con el Ser. La alegría sería el aumento de la perfección del Ser, mientras que la tristeza sería su disminución.

120. Se dice libre la cosa que existe por la sola necesidad de su naturaleza y que se determina a obrar por sí sola.

¿Qué te ha parecido esta selección de frases de Baruch Spinoza? ¿Qué opinas de su visión panteísta y de las implicaciones morales y teológicas que implican? ¿Crees que tiene más sentido creer en un Dios separado y creador del mundo o que, como sucedía en el caso de Spinoza, la concepción de que la propia creación es la divinidad en sí misma cobra más sentido? ¡Déjanos tus comentarios y estaremos encantados de conversar contigo!