Pedro Calderón de la Barca (1600-1681) fue uno de los literatos más importantes del Siglo de Oro español, destacando especialmente por su teatro. Las frases de Calderón de la Barca se toman como la culminación del modelo teatral del barroco que había iniciado Lope de Vega, autor que supondría un claro modelo para a obra de Calderón. Los estudiosos de autor afirman que superó a Lope de Vega tanto en la técnica como en la simplificación de escenas y de personajes de poca funcionalidad en las obras, limpiando los elementos líricos y centrando la acción en torno a un único protagonista principal.

No es difícil encontrar frases de Calderón de la Barca, ya que fue prolífico en todas la vertientes del teatro, tocando temas que van desde la tragedia a la mitología. Según el propio autor su obra se compone de ciento diez comedias y ochenta loas, entremeses y autos sacramentales, además otras obras menores. Quizá el personaje más destacado de toda la obra calderoniana sea Segismundo, protagonista de su pieza más reconocida, La vida es sueño. Nadie puede negar la importante influencia que este autor ejerció sobre autores coetáneos y futuros; veamos las frases de Calderón de la Barca que te traemos Frases de la Vida.

130 Frases de Calderón de la Barca, el culmen del teatro barroco.

1. Odiad a vuestros enemigos, como si un día debierais amarlos.

2. La vida es un hermoso sueño y lo quiero vivir despacio.

3. Hacer bien es tesoro que se guarda cuando es menester.

4. Más que un ejército hiriendo vence un héroe perdonando.

5. No le des nunca consejos al que te pida dinero.

6. No hay ausencia sin celos.

7. No diga que tiene amor, quien no tiene atrevimiento.

8. Mujer a mi gusto quiero: sea su dote mi agrado: que al otro interés se vende no es marido, sino esclavo.

9. O calla o algo di que mejor que callar sea.

10. Aun en sueños no se pierde el hacer bien.

11. De males a bienes dicen que se pasa fácilmente; pero de males a males, digo yo que es más frecuente.

12. Vencer y perdonar, es vencer dos veces.

13. Siempre que odio y amor compiten, es el amor el que vence.

14. Que tanto gusto había en quejarse, un filósofo decía, que, a trueco de quejarse, habían las desdichas de buscarse.

15. Palaciegas discreciones, poco fruto y mucho ruido.

16. Con mi hacienda, pero con mi fama no.

17. ¡Oh que aprisa piensa un vehemente deseo que no hay más que lo que piensa!

18. La intención hace el agravio.

19. Muerte de amor son los celos, que no perdonan a nadie, ni por humilde le dejan, ni le respetan por grave.

20. Que aprende mal una lección de amores, quien no teme el azote de unos celos.

21. Nunca crece a ser grande el que sin desdichas crece.

22. Razón, razón, ¿hasta cuándo el amor te ha de vencer?

23. Respóndete retórico el silencio: cuando tan torpe la razón se halla, mejor habla, señor, quien mejor calla.

24. Siempre el traidor es el vencido y el leal es el que vence.

25. Quien no sabe querer, sea mármol no mujer. A la que me quiere, quiero. A la que me olvida, olvido.

26. El silencio es retórica de amantes.

27. Venciste, mujer, venciste con no dejarte vencer.

28. Cuando son tan extraños los sucesos, la admiración disculpa los excesos.

29. Tanto miedo tengo, que aun para huir valor no tengo.

30. ¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.

31. No diga que quiere bien quien libre, alegre y contento, piensa o habla en otra cosa ; que amor es del alma dueño.

32. ¡Ay!, amor, veneno vil que viene en vaso dorado.

33. Que la industria o la cautela que traición fuera en la paz, se llama ardid en la guerra.

34. Que el decir es fácil uno que se ausenta, mas no el ausentarse,
si hay quien lo detenga.

35. Los castigos de los padres,ejecutados, reservan los de los verdugos, Claudio, con tan grande diferencia, cuanto hay de una mano que honra a una que hiere y afrenta.

36. ¡Qué prontamente, qué fácil, en los celos, las mentiras sientan plaza de verdades!

37. Que errar lo menos no importa si acertó lo principal.

38. Sueña el rey que es rey, y vive con este engaño mandando, disponiendo y gobernando; y este aplauso, que recibe prestado, en el viento escribe, y en cenizas le convierte la muerte, ¡desdicha fuerte!

39. Como los hombres pusieron la ley a su parecer, dejaron a la mujer lo peor.

40. ¡Qué presto se consolaron los vivos de quien murió! Y más cuando el tal difunto mucha hacienda les dejó.

41. Si hice algo, lo que hice podrá la fama decir; porque en la más noble lengua
la propia alabanza es vil.

42. (Amor) no es Deidad, sino quimera que inventaron las delicias, para honestar las flaquezas.

43. Diga del primer amor
lo que quisiere el más cuerdo,
que en llegando a haber segundo
siempre al segundo me atengo.

44. Pues la que más celosa se muestra, más colérica y furiosa, más entonces desea satisfacciones, aunque no las crea.

45. Que es dolor el de celos tan extraño que se deja curar aun del engaño.

46. En su vida no has de darle consejo al que ha menester dinero.

47. ¿Y teniendo yo más vida, tengo menos libertad?

48. El valor es hijo de la prudencia, no de la temeridad.

49. ¡Mal haya ocasión, mal haya, sin espadas y con lenguas, que son las peores armas, pues una herida mejor se cura que una palabra!

50. Nunca en razón la cólera consiste.

51. Al rey la hacienda y la vida se ha de dar ; pero el honor es patrimonio del alma, y el alma sólo es de Dios.

52. Afortunado es el hombre que tiene tiempo para esperar.

53. En vano llama a la puerta quien no ha llamado en el alma.

54. ¿Qué importa errar lo menos quien ha acertado lo más?

55. Mujer que escucha hoy te responderá mañana.

56. Mal haya el hombre infeliz y otra y mil veces mal haya el hombre que con mujer hermosa en extremo casa; que no ha de tener la propia de nada opinión, pues basta ser perfecta un poco en todo, pero con extremo en nada.

57. Siempre la música fue el imán de mis sentidos.

58. ¡Ah qué abrazo tan ruin el que la necesidad hace dar, y no sentir!

59. Artífice cada uno de su suerte, la flor lozana en su pasión convierte.

60. Y, en fin, inquieto y violento por donde quiera que voy, soy todo y nada, pues soy el humano pensamiento. variedad tan singular, pues quien vive sin pensar no puede decir que vive.

61. Sueña el Rey que es Rey, y vive con este engaño mandando, disponiendo y gobernando ; y este aplauso que recibe prestado, en el viento escribe y en cenizas le convierte la muerte (desdicha fuerte). ¡Que hay quien intente reinar viendo que ha de despertar en el sueño de la muerte!

62. Engañando el día de hoy y esperando en el mañana.

63. Mal haya el hombre, mal haya mil veces aquel que entrega sus secretos a un papel, porque es disparada piedra que se sabe quien la tira y no se sabe a quien llega.

64. Es imprudencia fiar secreto a quien luego me ha de pesar que lo sepa.

65. Vencerse a sí mismo un hombre es tan grande hazaña, que sólo el que es grande puede atreverse a ejecutarla.

66. Que cuando el amor no es locura, no es amor.

67. Que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.

68. En mundo tan singular, que el vivir sólo es soñar; y la experiencia me enseña que el hombre que vive, sueña lo que es, hasta despertar.

69. El honor es patrimonio del alma, y el alma sólo es de Dios.

70. El delito mayor del hombre es haber nacido.

71. Signales son del juicio, que todos lo perdemos: Unos por cartas de mas, unos por cartas de menos.

72. ¿Y teniendo yo más alma, tengo menos libertad?

73. Juez que ha sido delincuente ¡qué fácilmente perdona!

74. Pequeño mundo soy, y en esto fundo que en ser señor de mí, lo soy del mundo.

75. Aquí, en fin, la cortesía, el buen trato, la verdad, la fineza, la lealtad, el honor, la bizarría, el crédito, la opinión, la constancia, la paciencia, la humildad y la obediencia, fama, honor y vida son caudal de pobres soldados, que en buena o mala fortuna, la milicia no es más que una religión de hombres honrados.

76. Es centro del demonio el pecho del pecador.

77. Que soy noble por cinco o seis mil reales; y esto es dinero y no es honra; que honra no la compra nadie.

78. La fortuna no se vence con injusticia y venganza, porque antes se incita más.

79. Dichas que se pierden son desdichas más grandes.

80. Tú no sabes lo que a una mujer obliga el mirarse despreciada de aquel que se vio querida.

81. Si la neutralidad sigo, a andar solo me condeno, porque el neutral nunca es bueno para amigo ni enemigo.

82. Hay delitos tales, que atentas las leyes se los dejaron sin pronunciarles sentencia, por no prevenir que habría quien los cometiese.

83. En este mundo, en conclusión, todos sueñan lo que son, aunque ninguno lo entiende.

84. ¡Oh tú, plausible error de los errores, mina sagaz de dóricos espacios,
dorado panteón de los palacios, dolor apetecido, falaz amor, agravio consentido, perniciosa alabanza, culpa ajena de propia confianza! Áspid disimulado, y, en fin, ¡oh tú, delito tolerado, oh tú, lisonja!..

85. Porque en un pasado amor se olvida hasta la memoria.

86. El honor no es realidad que le enseña el que le tiene, diciendo : Aqueste es mi honor. Es un fantasma aparente que no está en que yo le tenga, sino en que el otro lo piense; alhaja es tan mal hallada con los honrados, que a veces sin perderla lo que éste obra,
lo que aquél juzga la pierde.

87. Cuántos, teniendo en el mundo algún defecto consigo, le han borrado por humildes.

88. Hay cosas que cuesta más el decirlas que el pasarlas.

89. El Cielo junta desiguales extremos.

90. Es muy puntual el diablo.

91. Cosas hay que aunque se digan, no son para que se entiendan.

92. Aunque la nobleza vive de la parte del que da, el agradecerle está de parte del que recibe; y pues ya dar he sabido, ya tengo con nombre honroso el nombre de generoso; déjame el de agradecido, pues le puedo conseguir siendo agradecido cuanto liberal, pues honra tanto el dar como el recibir.

93. Es parentesco sin sangre una amistad verdadera.

94. En concejo aqueste día os ha hecho alcalde.

95. Quien tiene de qué quejarse ¡qué mal hace si se queja! porque el delito del llanto quita el mérito a la pena.

96. No hay razón donde hay fuerza.

97. Y aun no cabe lo que siento en todo lo que no digo.

98. Estamos en mundo tan singular, que el vivir sólo es soñar; y la experiencia me enseña que el hombre que vive sueña lo que es hasta despertar.

99. Ya veo al cristal del Desengaño, que soy polvo, nada y viento.

100. El valor es hijo de la prudencia, no de la temeridad.

101. No hables mal de las mujeres: la más humilde, te digo que es digna de estimación, porque, al fin, de ellas nacimos.

102. Quien vive sin pensar, no puede decir que vive.

103. Mas, sea verdad o sueño, obrar bien es lo que importa. Si fuere verdad, por serlo; si no, por ganar amigos para cuando despertemos.

104. Es muy propio hablar más el que más teme.

105. ¿Es amor más que una ciega tiranía, a quien yo doy las armas con que me venza? ¿Yo he de introducir en mí otro yo, que con su fuerza mande en mí más que yo mismo? ¿Yo una doméstica guerra que haga el corazón campaña de sentidos y Potencias?

106. Del más hermoso clavel, pompa de un jardín ameno, el áspid saca veneno, la oficiosa abeja miel.

107. Sueña el rico en su riqueza que más cuidados le ofrece; sueña el pobre que padece su miseria y su pobreza; sueña el que a medrar empieza; sueña el que afana y pretende; sueña el que agravia y ofende; y en el mundo en conclusión todos sueñan lo que son, aunque ninguno lo entiende.

108. Que el hacer paces también suelen ser triunfos de guerra.

109. No hay loco de quien algo no pueda aprender el cuerdo. Fingimos lo que somos; seamos lo que fingimos.

110. Quien usa beneficios con un ingrato, lo que siembra en finezas coge en agravios.

111. Nada me parece justo en siendo contra mi gusto.

112. Aunque te aconsejes tarde, mira, oh joven imprudente, que ser con ira valiente no es dejar de ser cobarde.

113. Si hice algo, lo que hice podrá la fama decir; porque en la más noble lengua la propia alabanza es vil.

114. A quien la puede tomar, excusada es la licencia.

115. Discreto amigo es un libro: Qué a propósito que habla siempre en lo que quiero yo, y qué a propósito calla siempre en lo que yo no quiero, sin que puntuoso me haga
cargo de que por qué le elijo, o por qué le dejo. Blanda su condición, tanto que se deja buscar si agrada, y con el mismo semblante se deja dejar si cansa.

116. Pues ningún loco se hallare que más incurable fuera, si ejecutara y dijera un hombre cuanto pensare.

117. Dime, ¡oh mal de los males!, mortal enfermedad de los mortales, privación de los bienes, que en otro estragas lo que en ti no no tienes; ánimo pervertido, viciosidad del interior sentido, delirio de la mente, ¿qué quieres, ¡oh malicia!, finalmente? Que en mí verás cuán claro el mundo indicia ser la lisonja voz de la malicia.

118. … Si la razón considero de que en toda buena guerra es principio militar que el que es dueño de la mar es el dueño de la tierra…

119. Aunque suele la memoria morir a manos del tiempo, también suele revivir a vista de los objetos, mayormente cuando son para dolor sus acuerdos.

120. La muerte siempre es temprana y no perdona a ninguno.

121. Quien daña el saber, homicida es de sí mismo.

122. La voz del pueblo es la más sonora salva.

123. Éstos son españoles. Ahora puedo hablar encareciendo estos soldados, y sin temor, pues sufren a pie quedo con buen semblante, bien o mal pagados. Nunca la sombra vil vieron del miedo, y aunque soberbios son, son reportados. Todo lo sufren en cualquier asalto; sólo no sufren que les hablen alto.

124. Aun en sueños no se pierde el hacer bien.

125. El valor nunca mata a sangre fría.

126. Y para mí, el que es valiente es todo lo demás, puesto que el ánimo es don del alma, y la agilidad del cuerpo.

127. El desagravio del noble más escrupuloso y grave, no estriba en que se vengó, sino en que pudo vengarse.

128. Porque nunca está mejor aquel que se desagravia con la venganza que toma, que dejando de tomarla, porque no hay venganza como no haber menester venganza.

129. Si disimula el engaño el amor que no hay en ti, ¿qué importa, haber daño en mí, si yo no conozco el daño? pues mejor me está vivir engañado, que morir celoso y desesperado.

130. En los extremos del hado, no hay hombre tan desdichado que no tenga un envidioso, ni hay hombre tan venturoso que no tenga un envidiado.

Estas son tan sólo algunas de las frases de Calderón de la Barca de las muchísimas que podríamos encontrar teniendo en cuenta su extensísima obra. Esperamos que las hayas disfrutado tanto como nosotros. ¿Cuál es la tu obra preferida de las casi doscientas de este autor? ¿Te gusta algún personaje en particular? Seguro que alguna vez salió de tu boca aquello de que la vida es sueño. Envíanos un comentario contándonos curiosidades acerca del autor, y si conoces más frases de Calderón de la Barca nos encantaría que las compartieses con todos nosotros. Esperamos tu soliloquio con atención.