Cristóbal Colón (1451-1506), también conocido como Cristoforo Colombo y Christophorus Columbus, fue un navegante nacido en Génova, quien se propuso realizar un viaje al oriente asiático por una ruta diferente a la que solía usarse y así, descubrió un nuevo continente: América. En Frases de la Vida hemos seleccionado las mejores Frases de Cristóbal Colón que te mostrarán, desde su punto de vista, cómo fue el arribo y convivencia en tierras recién descubiertas.

Cristóbal Colón, además de encargarse de dirigir la expedición a las Indias, desempeñó un rol importante para comunicar a los reyes, a través de relaciones y cartas, las características del territorio explorado y de su población. Realizó cuatro viajes al nuevo continente y se encargó de la labor cartográfica. Colón contribuyó así a la expansión de la civilización europea a través de la conquista y la colonización. Conoce nuestras frases de Cristóbal Colón a continuación y no te pierdas este artículo sobre datos curiosos de Cristóbal Colón que quizás no conocías.

40 Frases de Cristóbal Colón | El navegante genovés que descubrió América

1. Venían todos a la playa llamándonos y dando gracias a Dios; los unos nos traían agua, otras cosas de comer; otros, cuando veían que yo no curaba de ir a tierra, se echaban a la mar nadando y venían, y entendíamos que nos preguntaban si éramos venidos del cielo; y vino uno viejo en el batel dentro, y otros a voces grandes llamaban todos hombres y mujeres: venid a ver los hombres que vinieron del cielo: traedles de comer y de beber. Vinieron muchos y muchas mujeres, cada uno con algo, dando gracias a Dios, echándose al suelo, y levantaban las manos al cielo, y después a voces nos llamaban que fuésemos a tierra.

2. No les conozco secta ninguna, y creo que muy presto se tornarían cristianos, porque ellos son de muy buen entender.

3. Crean vuestras Altezas que es esta tierra la mejor y más fértil, y temperada, y llana, y buena que haya en el mundo.

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4. Se llegaron a nosotros unos hombre de ellos, y uno se llegó del todo aquí: yo di unos cascabeles y unas cuentecillas de vidrio, y quedó muy contento y muy alegre, y porque la amistad creciese más y los requiriese algo le hice pedir agua, y ellos después que fui en la nao vinieron luego a la playa con sus calabazas llenas… y yo les mandé dar otro ramalejo de cuentecillas de vidrio.

5. Algunos de ellos traían algunos pedazos de oro colgados de la nariz, que de buena gana daban por un cascabel de estos de pie de gavilano y por cuentecillas de vidrio: mas es tan poco, que no es nada: que es verdad que cualquiera poca cosa que se les dé ellos también tenían a gran maravilla nuestra venida, y creían que éramos venidos del cielo.

6. Entendió también que lejos de allí había hombres de un ojo, y otros con hocicos de perros, que comían los hombres, y que en tomando uno lo degollaban y le bebían su sangre, y le cortaban su natura.

7. Deben vuestras Altezas determinarse a hacerlos cristianos, que creo que si comienzan, en poco tiempo acabarán de haberlos convertido a nuestra Santa Fe multidumbre de pueblos, y cobrando grandes señoríos y riquezas y todos sus pueblos de la España, porque sin duda hay en estas tierras grandísimas sumas de oro.

8. Traía esta mujer un pedacito de oro en la nariz, que era señal que había en aquella isla oro.

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9. Ellos no tienen armas, y son todos desnudos y de ningún ingenio en las armas y muy cobardes, que mil no aguardarían tres, y así son buenos para mandarles y hacerles trabajar, sembrar, y hacer todo lo otro que fuere menester, y que hagan villas y se enseñen a andar vestidos y a nuestras costumbres.

10. Y como sea esta gente de muy franco corazón que cuanto le piden dan con la mejor voluntad del mundo, les parece que pidiéndoles algo les hacen grande merced.

11. La gente ya no lo podía çufrir: quexávase del largo viaje.

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12. No dezía las leguas que andava, porque si el viaje fuese luengo largo no se espantase y desmayase la gente. 

13. El mar dara a cada hombre una nueva esperanza, como el dormir le da sueños. 

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14. Encuentra la felicidad en tu trabajo o nunca serás feliz.

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15. Ellos aman a sus próximos como a sí mismo, y tienen una habla la más dulce del mundo, y mansa y siempre con risa. 

16. Un modisto debe ser un arquitecto para los planos, escultor para la forma, pintor para el color, músico para la armonía y filósofo para la medida. 

17. Aquí fallaron que las mueres casadas traían bragas de algodón, las mozas, no, sino salvo algunas que eran ya de edad de 40- diez, y ocho años.

18. Muy bien hechos, de muy fermosos cuerpos y muy buenas caras (referente de los nativos de las Bahamas).

19. Nunca tan hermosa cosa vido.

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20. Esta gente es muy símplice en armas, con cincuenta hombres los terná(n) todos sojuzgados, y les hará(n) hazer todo lo que quisiere(n).

21. Tengo mucha esperança en Nuestro Señor que Vuestras Altezas los harán todos cristianos, y serán todos suyos. 

22. Saqué la bandera real y los capitanes con dos banderas de la Cruz Verde, que llevaba en todos los navíos por seña con una F y una Y: encima de cada letra su corona, una de un cabo de la † y otra de otro. Puestos en tierra vieron árboles muy verdes y aguas muchas y frutas de diversas maneras.

23. A tresientas et setenta leguas de las islas del Cabo Verde, hacia la parte del poniente.

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24. Creo que debe ser Çipango, Japón según las señas que dan esta gente.

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25. No pude llegar a tiempo de poder ver el fondo para surgir en limpio, porque es en esto mucho de haber gran diligencia por no perder las anclas; y así temporicé toda esta noche hasta el día que vine a una población a donde yo surgí…

26. Un modisto debe ser un arquitecto para los planos, escultor para la forma, pintor para el color, músico para la armonía y filósofo para la medida.

27. Ella es isla muy verde y llana y fertilísima, y no pongo duda de que todo el año siembran panizo y cogen, y así todas otras cosas.

28. El viento allí luego más calmo y comenzó a ventar Ouesnorueste, el cual era contrario para donde habíamos venido, y así tomé la vuelta y navegué toda esta noche pasada al Lestesueste, y cuándo al Leste todo y cuándo al Sueste; y esto para apartarme de la tierra, porque hacía muy gran cerrazón y el tiempo muy cargado. 

29. Partí para las islas de Santa María de la Concepción que sería ya cerca del medio día, para la isla Fernandina, la cual amuestra ser grandísima al Oueste, y navegué todo aquel día con calmería.

30. Yo constituí a mi caro hijo don Diego por mi heredero de todos mis bienes e ofiçios que tengo de juro y heredad, de que hize en el mayorazgo, y non aviendo el hijo heredero varón, que herede mi hijo don Fernando por la mesma guisa, e non aviendo el hijo varón heredero, que herede don Bartolomé mi hermano por la misma guisa; e por la misma guisa si no tuviere hijo heredero varón, que herede otro mi hermano; que se entienda ansí de uno a otro el pariente más llegado a mi linia, y esto sea para siempre. E non herede mujer, salvo si non faltase non se fallar hombre; e si esto acaesçiese, sea la muger más allegada a mi linia.

31. Mas que yo no la cognozco que llevo la mayor pena del mundo, que veo mil maneras de árboles que tienen cada uno su manera de fruta y verde agora como en España en el mes de mayo y junio y mil maneras de hierbas, eso mesmo con flores, y de todo no se cognosció salvo este linaloe de que hoy mandé también traer a la nao mucho para llevar a Vuestras Altezas.

32. Mas todavía, tengo determinado de ir a la tierra firme y a la ciudad de Guisay y dar las cartas de Vuestras Altezas al Gran Can y pedir respuesta y venir con ella.

33. Y pues es de andar adonde haya trato grande, digo que no es razón de se detener, salvo ir a camino y calar mucha tierra fasta topar en tierra muy provechosa, aunque mi entender es que ésta sea muy provechosa de especería. 

34. Luego que amaneció vinieron a la playa muchos de estos hombres, todos mancebos, como dicho tengo, y todos de buena estatura, gente muy fermosa: los cabellos no crespos, salvo corredios y gruesos, como sedas de caballo, y todos de la frente y cabeza muy ancha más que otra generación que fasta aquí haya visto, y los ojos muy fermosos y no pequeños, y ellos ninguno prieto, salvo de la color de los canarios, ni se debe esperar otra cosa, pues está Lesteoueste con la isla del Hierro, en Canaria, so una línea.

35. Y yo les mandé dar otro remalejo de cuentecillas de vidrio y dijeron que de mañana vernían acá. 

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36. Toda esta noche y hoy estuve aquí aguardando si el rey de aquí o otras personas traerían oro o otra cosa de sustancia, y vinieron muchos de esta gente, semejantes a los otros de las otras islas, así desnudos y así pintados dellos de blanco, dellos de colorado, dellos de prieto y así de muchas maneras. 

37. En amaneciendo mandé aderezar el batel de la nao y las barcas de las carabelas, y fue al luengo de la isla, en el camino del Nordeste, para ver la otra parte, que era de la otra parte del Leste que había, y también para ver las poblaciones, y vide luego dos o tres, y la gente que venían todos a la playa llamándonos y dando gracias a Dios.

38. Las carabelas surgieron porque se hallaron en tierra temprano y pensaron que a sus señas, que eran costumbradas de hacer, iría a surgir; mas no quise.

39. Verdad es que, fallando adonde haya oro o especería en cantidad, me deterné fasta que yo haya de ello cuanto pudiere; y por esto no fago sino andar para ver de topar en ello.

40. Quiero ir a las Indias por el oeste. La Tierra es redonda.

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Esperamos que te haya parecido interesante nuestra selección de frases de Cristóbal Colón. ¿Conocías alguna de ellas? ¿Qué opinas acerca de la forma en que describe a los nativos del nuevo continente? Pasa a la sección de comentarios y escríbenos qué piensas sobre esta entrada.