Las frases de Emily Brontë te resultarán tan apasionadas y tormentosas como esta escritora victoriana del siglo XIX. De carácter irascible, Emily era la más fogosa de sus hermanas, las también escritoras Charlotte y Anne. De hecho, mucha de su pasión traspúa en las páginas de su novela Cumbres borrascosas, especialmente en la retorcida relación de Catherine y Heatcliff. Y, como en la sociedad victoriana estaba muy mal visto todo lo que tuviera que ver con sentimientos, la novela tubo muy mala acogida. Por suerte, la posteridad se encargaría de poner Cumbres borrascosas y las frases de Emily Brontë donde se merece, aunque la pobre Emily no pudo verlo en vida.
Como acostumbra a pasar con la gente que siente a lo grande, las frases de Emily Brontë también proceden de sus poemas. Menos conocidos que su obra en prosa, de hecho, fueron la primera obra publicada de la autora, junto con otras de sus hermanas. Las tres estaban muy unidas y adoptaron pseudónimos para estas primeras obras (Acton, Currer y Ellis Bell, que como puedes ver conservan sus iniciales), además de crear un mundo privado y propio, Angria, que Charlotte inmortalizó en cientos de pequeños libros escritos a mano en los que recopiló sus aventuras imaginarias.
70 Frases de Emily Brontë, pasión tumultuosa en los páramos
1. No sé de qué están hechas las almas, pero la mía y la suya son una sola.
2. El tirano oprime a sus esclavos y éstos no se vuelven contra él, sino que aplastan a los que tienen debajo.
3. Cuando no se dice nada ni se sabe nada, no hay compañía alguna.
4. Debe de amar y odiar de la misma manera encubierta y es posible que sentirse amado u odiado también lo considere como una especie de impertinencia.
5. Durante unos cinco minutos ni habló, ni la soltaba, dándole más besos, creo, en este tiempo que nunca le había dado en su vida.
6. Tú no perderás tu sangre fría, porque por tus venas no corre más que agua helada, pero mi sangre está hirviendo y tu frialdad me excita hasta lo inconcebible.
7. A un hombre sensible tiene que bastarle con la compañía que encuentre en sí mismo.
8. ¡Oh, Dios mío, es inconcebible! ¡No puedo vivir sin mi vida! ¡No puedo vivir sin mi alma!
10. El pensar en él llena toda mi vida. Si el mundo desapareciera y él se salvara, yo seguiría viviendo, pero si desapareciera él y lo demás continuara igual, yo no podría vivir.
11. Aunque él la amase con toda la fuerza de su mezquino ser, no la amaría tanto en ochenta años como yo en un día.
12. Estoy seguro de que ha pensado usted muchísimo más que la mayoría de las sirvientas.
13. Mi amor por Heathcliff se asemeja a las rocas eternas que sobresalen profundamente enterradas en la tierra: son motivo de escaso goce para quien las contempla, pero al mismo tiempo son necesarias.
14. Aunque me entierren a cuatro metros de profundidad, aunque me echen la iglesia entera encima, hasta que vengas tú conmigo no descansaré, ¡nunca descansaré!
15. La traición y la violencia es exponerse a emplear un arma de dos filos con la que puede herirse el mismo que las maneja.
16. Podrás hacerte dueño de todo lo que tocas, pero mi alma estará en lo alto de aquella colina antes de que me vuelvas a poner la mano encima.
17. ¡Perdonarte cuando veo esos ojos y toco esas manos enflaquecidas! Bésame, pero no me mires. Sí; te perdono. ¡Amo a quien me mata! Pero ¿Cómo puedo perdonar a quien te mata a ti?
18. Vuelve a tus libros. Me alegro de que tengas un consuelo, porque todo lo que tenías en mí se acabó.
19. Quédate siempre conmigo, bajo la forma que quieras, ¡vuélveme loco! Pero lo único que no puedes hacer es dejarme solo en este abismo donde no soy capaz de encontrarte.
20. Todos los pecadores serían desdichados en el cielo.
21. Fuera porque ella había agotado todas las lágrimas o porque su tristeza era demasiado aplastante para dejarla correr, lo cierto es que permaneció sentada con los ojos secos hasta que salió el sol.
22. Los buenos y generosos son egoístas más justamente que los déspotas.
23. En dos palabras se resumiría entonces mi futuro: muerte e infierno; porque la vida, si la perdiera a ella, sería un infierno.
24. En ocasiones he soñado cosas que no he olvidado nunca y que han cambiado mi modo de pensar. Han pasado por mi alma y le han dado un color nuevo, como cuando al agua se le agrega vino.
25. Ya veremos si un árbol no crece tan torcido como otro cuando es el mismo viento el que los inclina.
26. Lo que pasa es que he perdido el gusto de destruirles, y me siento con muy pocas ganas de destruir.
27. ¿Existe alguna cosa que no la acerque a mí y no me la recuerde? No puedo ni bajar la vista al suelo sin que sus rasgos se dibujen en las baldosas. En cada nube, en cada árbol, colmando el aire nocturno y refulgiendo de día a rachas en cada objeto, me veo continuamente cercado por su imagen.
28. Pero te advierto que el dios que invocaba es sólo polvo y ceniza, y al invocarle lo confundía de extraña manera con el propio demonio que le engendró a él.
29. El mundo entero es una atroz colección de testimonios acreditativos de que vivió y de que ya la he perdido.
30. Estando uno con otro desafían a Satanás y a todas las legiones infernales.
31. El procura excitar mi odio por todos los medios. Su modo de obrar me produce a veces una estupefacción que me hace olvidar el terror que siento. Y eso que un tigre o una serpiente no me atemorizarían mas que él.
32. Mi existencia se resumiría en dos frases: condenación y muerte.
33. Vamos. Un paseíto a caballo en una mañana tan hermosa es preferible a dormir una hora más.
34. El baile nos puso de buen humor, y éste creció más cuando llegó la banda de música de Gimmerton, con sus quince músicos, entre los que había un trompeta, un trombón, clarinetes, flautas, oboes y un contrabajo, fuera de los cantantes. La banda suele recorrer en Navidad las casas ricas pidiendo aguinaldos, y su llegada es siempre acogida con alegría.
35. Yo creo que los muertos reposan en sus tumbas, pero, sin embargo, no se debe hablar de ellos con esa frivolidad.
36. Nunca le declaré abiertamente mi amor, pero si las miradas hablan, el más tonto habría podido advertir que me tenía trastornado el juicio.
37. Ésta es de pavo -murmuraba para sí- y ésta de pato silvestre y ésta de pichón. ¡Claro: cómo voy a morirme si me ponen plumas de pichón en las almohadas! Pero cuando me acueste, las tiraré.
38. Perdone que la moleste. Una mujer con una cara como la de usted tiene necesariamente que ser buena.
39. Esto se parece al paraíso que tú anhelabas -dijo la joven, esforzándose en bromear. ¿No te acuerdas de que convinimos en pasar dos días, uno como a ti te gustaba y otro como me agradaba a mí?
40. La muestra de hoy me ha quitado las ganas de buscar amigos, ni en el campo ni en la ciudad. Un hombre sensato debe tener bastante compañía consigo mismo.
41. Todo era muy propio de la morada de uno de los campesinos de la región, gente recia, tosca, con calzón corto y polainas. Esas salas y esos hombres sentados en ellas ante un jarro de cerveza espumeante abundan en el país…
42. Él me miró durante tanto tiempo y con tal fijeza, que me hizo experimentar deseos de abofetearle o de echarme a reír en sus propias narices. Comenzaba a sentirme a disgusto en aquel agradable círculo familiar. Tan ingrato ambiente neutralizaba el confortable calor que físicamente me rodeaba, y resolví no volver en mi vida.
43. Era un cuadro agradable. El cabello era rubio y levemente rizado en las sienes, los ojos grandes y reflexivos, y en conjunto una figura que resultaba incluso demasiado graciosa.
44. Ahora me demuestras lo cruel y falsa que has sido conmigo. ¿Por qué me desdeñaste? ¿Por qué hiciste traición a tu propia alma? No sé decirte ni una palabra de consuelo, no te la mereces…Bésame y llora todo lo que quieras, arráncame besos y lágrimas, que ellas te abrasarán y serán tu condenación.
45. Que te he tratado horriblemente y vas a vengarte! ¿Cómo vas a vengarte, torpe ingrato? ¿Cuándo te he tratado horriblemente yo?
46. Estás perdido -pensé-. Te precipitas tú mismo hacia tu destino.
47. No sé qué composición tendrán nuestras almas, pero sea de lo que sea, la suya es igual a la mía, y en cambio la de Eduardo es tan diferente como el rayo lo es de la luz de la luna, o la nieve de la llama.
48. Seguramente los ladrones se proponian hacerles entrar por la ventana para que abriesen la puerta cuando estuviéramos dormidos, y poder así asesinarnos impunemente.
49. No logrará desprenderse jamás de su tosquedad y su ignorancia. Le he hecho todavía más vil de lo que su miserable padre quiso hacerme a mí. Le he acostumbrado a despreciar cuanto no es brutal, y llega al extremo de vanagloriarse de su rudeza.
50. Era un ángel entonces. Verdaderamente, era imposible no desear proporcionarle todas las alegrías que fuera posible.
51. Da gracias a que estás lejos de mi alcance -dijo él-. ¿Qué demonio te aconseja mirarme con esos infernales ojos? Bájalos y procura no recordarme que existes.
52. No soy yo quien ha desgarrado tu corazón. Te lo has desgarrado tú, y al desgarrártelo has desgarrado el mío…Y si yo soy más fuerte, ¡Peor para mí! ¿Para qué quiero vivir cuando tú…? ¡Oh, Dios, quisiera estar contigo en la tumba.
53. Creo verla en las más vulgares facciones de cada hombre y cada mujer, y hasta en mi propio rostro! El mundo es para mi una horrenda colección de recuerdos diciéndome que ella vivió y que la he perdido.
54. Tú misma te has matado. Si me querías, ¿Con qué derecho me abandonaste? ¡Y por un mezquino capricho que sentiste hacia Linton! Ni la miseria, ni la bajeza, ni aun la muerte nos hubieran separado, y tú, sin embargo, nos separaste por tu propia voluntad.
55. A cada momento necesito recordarme a mí mismo que he de respirar, que ha de seguir palpitándome el corazón.
56. Permítame que me tome la libertad de preguntarle cómo se las arregla para vivir sin libros.
57. Lo de hoy es tu ideal, aparte de que hay nubes, pero eso resulta aún más bonito que el sol…Si la semana que viene te encuentras bien, iremos a caballo al parque de la «Granja» y pondremos en práctica mi concepto del paraíso.
58. Le di mi corazón, lo cogió, lo pisoteó hasta dejarlo sin vida y me lo devolvió luego.
59. La bestia ya se había convertido en carroña. Estaba muerto, rígido y helado, y no se podía hacer nada por él.
60. Te consta que mientes al decir que yo te he matado, y te consta también que tanto podré olvidarte como olvidar mi propia existencia.
61. Si es cierto que yo te maté, persigueme. Se asegura que la víctima persigue a su asesino.
62. Hazlo, pues, sígueme, hasta que me enloquezcas. Pero no me dejes solo en este abismo. No puedo vivir sin mi vida. No puedo vivir sin mi alma.
63. No he sido yo quien ha roto tu corazón, te lo has roto tú misma, y al hacerlo has destrozado, de paso, él mío. ¿Acaso te gustaría a ti vivir si te encerraran el alma en una tumba?
64. Yo creo que hay fantasmas que vagan por el mundo, lo sé. Quédate siempre conmigo, bajo la forma que quieras, ¡vuélveme loco! Pero lo único que no puedes hacer es dejarme solo en este abismo donde no soy capaz de encontrarte.
65. Aunque él la amase con toda la fuerza de su mezquino ser, no la amaría tanto en ochenta años como yo en un día.
66. Le tengo constantemente en mi pensamiento, aunque no siempre como una cosa agradable. Tampoco yo me agrado siempre de mí misma. No hables más de separarnos, porque eso es irrealizable.
67. Lo que más me hastía es esta maltrecha prisión. Ya estoy harta de mi encierro. Siento ansia de poder escaparme a aquel mundo espléndido, y de estar siempre allí.
68. Los soberbios no hacen más que dañarse a sí mismos.
69. No quiero vislumbrarlo vagamente entre un velo de lágrimas, y suspirar por él tras los muros de un corazón lacerado; quiero estar realmente con él y en él.
70. Pues amo el suelo que pisa y el aire que respira y todo lo que toca y lo que dice. Me gusta su forma de mirar y de comportarse, me gusta todo él de arriba abajo. ¡Ya está!
Las frases de Emily Brontë son ideales para simplemente sentir y dejarte llevar por tus pasiones. Sin duda, Emily y sus hermanas son grandes figuras de la literatura, salvajes como los páramos en los que habitaban. Y tú ¿has leído alguna obra de Emily BrontË o de sus hermanas? ¿Te animas con Cumbres Borrascosas? Cuéntanos todo lo que te pase por la cabeza en los comentarios, ¡estaremos encantados de leerte!