¡Bienvenido nuevamente a Frases de la Vida! El blog literario que siempre te acerca una nueva frase para inspirar tus días y motorizar la reflexión. Hoy decidimos poner bajo los reflectores a un escritor argentino que nos ha conquistado en los tiempos más recientes: Juan Solá. Si quieres conocerlo un poco más y acercarte a su excelente narrativa, te interesará mucho la selección que hemos realizado para ti en este artículo. Se trata de las mejores frases de Juan Solá, el autor que camina las calles, los barrios, las escuelas y las cárceles, llevando las puertas de la literatura bajo el brazo para abrirlas ante cada uno de nosotros, sin importar quiénes seamos ni dónde estemos.
Nació en Entre Ríos, Argentina, en enero de 1989. Particularmente en la ciudad de La Paz. Luego de un año y medio, aproximadamente, se trasladó junto a su familia a Chaco, la provincia argentina que cambiaría su vida para siempre. Su madre le enseñó a escribir, pero lo hizo aportándole herramientas que le permitieran llegar más allá de la escritura automática; le inculcó el oficio literario, promovió su desarrollo y animó las alas de la imaginación del niño Juan. En honor a este suceso, el autor modificaría, años más tarde, su apellido paterno y comenzaría a nombrarse según el materno. «Los escritores somos, más que nada, gente que tiene algo para decir», dice el chaqueño en una entrevista para Chaco TV Digital.
Dejó de escribir por muchos años hasta que, en 2015, uno de sus posteos en la plataforma Facebook elevó su visibilidad alcanzando extremos virales. Ya no podía (o no quería) esconder sus escritos al mundo. Fue entonces cuando decidió montar su propia editorial: Árbol Gordo, un proyecto que le permitiría publicar sus primeros escritos y, posteriormente, textos ajenos. Su principal objetivo siempre ha sido hacer de la literatura un encuentro popular, donde las palabras lleguen a todos los que deseen escucharlas y resonar con ellas. Busca una escritura abarcativa, que supere el estatuto de diario íntimo e incluya una multiplicidad de voces e historias.
No nos demoremos más, y comencemos con esta enumeración de las mejores frases de Juan Solá: el artista de las calles. ¡Acompáñanos!
Las mejores frases de Juan Solá
1. No puedo enseñarte a amar, pero puedo ayudarte a encontrar el amor que te habita.
Juan Solá utiliza un lenguaje coloquial capaz de conmovernos a todos. En esta frase nos habla del ejercicio de amar y de la imposibilidad de transmitir una enseñanza que le permita al otro hacerlo según nuestros esquemas personales. Sólo podemos acompañar al amado en su búsqueda íntima hasta verlo florecer.
2. Las personas no te confiesan su orientación sexual: la comparten con vos. Se confiesan los crímenes y los pecados, no la libertad.
El escritor militó en Chaco en una agrupación llamada «Unidos por la Diversidad», dedicándose junto a muchos otros a defender la libertad de las identidades LGBTQ+. En esta frase afirma que debemos desvincular los aspectos sexuales e identitarios de todo aquello relacionado con el cumplimiento heteronormativo. Ser quienes somos nunca debería ser considerado un crimen.
3. La imaginación sirve, por ejemplo, para convertir al que te hizo daño en un niño y luego perdonarlo.
La imaginación es una importantísima herramienta cuando de volar se trata. Y cuando decimos volar estamos hablando de crear. Tal como lo expresa Solá, a través de nuestra imaginación podremos transformar situaciones conflictivas para lidiar con ellas desde un enfoque artístico y descontracturado.
4. Hace tiempo me tortura la necesidad de dejar una huella reconocible para quien seré la próxima vez que vuelva al mundo. La próxima vez que me sienta invisible.
Entre las frases de Juan Solá encontramos aquellas que hacen referencia a la necesidad de encontrarse con uno mismo; o de reencontrarse luego de perderse. Y qué mejor manera de hacerlo que acudiendo a lo que hemos producido de manera honesta, utilizando como ruta todas aquellas evidencias de lo que fuimos y de lo que queremos ser. Para ello nos servirá la escritura, para perseguir algún día el rastro de nuestras palabras y encender las luces.
5. En mi casa me enseñaron que si yo tengo pan y vos no tenes nada, entonces tenemos que salir a luchar.
Juan Solá orienta su trabajo a lo social. Sabe perfectamente que las personas tienen muchas cosas que decir, pero que no todas cuentan con la posibilidad de escribir su historia. El autor utiliza su voz y su extensa llegada al público para visibilizar realidades ajenas sumamente vulnerabilizadas, trasladando así su militancia al ámbito de la narrativa.
6. Me cambiaste la vida y esta que me diste me queda chica.
Esta cita nos habla de los modos en que la existencia puede cambiar en compañía de alguien. Un vínculo opresivo, por ejemplo, es capaz de conducirnos a una cotidianidad pequeña e incómoda, donde moverse duele demasiado. Es necesario relacionarnos con personas que nos permitan expandirnos y ser más allá de nuestros límites individuales.
7. Concierto: composición musical escrita para ser interpretada por varios instrumentos, generando un espacio acústico habitable. Desconcierto: el ruido opuesto al concierto, sonando únicamente en la cabeza.
El desconcierto podría entenderse como un estado inarmónico e inhabitable, en el cual no podemos llegar a comprender y a relacionarnos de manera sana con muchos de nuestros pensamientos y emociones. El «concierto» es utilizado como su opuesto directo, haciendo uso de una licencia poética que resulta tan acertada como innovadora.
8. Qué mala costumbre de llamar delirio a esa fe ajena que no alcanza a conmovernos.
Esta es una de las tantas frases de Juan Solá capaces de ponernos a reflexionar. La misma cuestiona la manía humana de desestimar las creencias no compartidas. Pero lo cierto es que todos nos apuntalamos en las diferentes caras de la fe con el fin de sobrellevar nuestra existencia de la mejor manera posible.
9. La tierra es para los ricos, pero no podían poner eso, y entonces escribieron: «es de los pobres, el Reino de los Cielos».
Es necesario que el Reino de los Cielos baje a la tierra, que se aloje en los barrios, en las villas, en las calles, en los bordes más recónditos e ignorados. Fiel a su pulso militante, el autor asegura que la literatura no puede ser una élite de privilegiados; la cultura nos pertenece a absolutamente todos y debe proliferar por fuera de los contratos mercantiles y de la división de clases.
10. Le perdono las ganas de enamorarse a cualquiera. Enamorarse es como el primer rayo de sol que te pega en la cara cuando salís del subte una mañana de invierno. Al fin y al cabo, uno no es culpable de lo que ama, sino de lo que perdona.
Más Frases de Juan Solá
11. Chaco está impreso en la personalidad de Ximena, que en una parte del libro no sabe a qué se va a ir a Buenos Aires. “Allá sos anónima”, le dice su amiga la Lucy. La Capital representa un poco eso para quienes buscan derribar el cerco de otredad moral, que muchas veces delimita la libertad en las ciudades pequeñas.
12. Mi mayor inspiración es la verdad ajena.
13. El éxito de Chaco me genera mucha felicidad y una gran satisfacción, porque lo que quise contar es algo que las personas quieren saber. Me sorprendió que tantos jóvenes se interesen en la temática. Leo en sus voces la polenta para construir una sociedad más justa, sin fronteras, para que cada uno tenga la libertad de ser la misma persona por dentro y por fuera.
14. Ahí van los zombis del amor, arrastrando los pies, mirando la pantalla del celular con los ojos clavados en una foto, en un avatar, en una última conexión. No los culpen.
15. El zombi se vuelve zombi cuando lo muerde la tragedia: una desaparición, una mudanza repentina, un regreso, una piña, un bloqueo en Facebook, un ex novio que resucita, un descubrir que no quiere tener hijos, un descubrir que odia los animales. No podés odiar los animales, flaco.
16. Sin embargo, busco siempre defender el lado poético de la literatura y a eso me entrego a la hora de escribir.
17. Escribía en la parte de atrás de mi cuaderno de comunicaciones. Cuando me descubrieron pensé que me iban a retar. Todo el tiempo pensaba que me estaba mandando cagadas y me las estaba mandando.
18. Les rescato el optimismo, les rescato esas ganas de enamorarse. Les rescato esa seguridad visceral con la que dieron el primer beso, con la que dijeron te amo, con la que supieron que no se la iban a bancar si no era para siempre pero igual se animaron.
19. El zombi quería un espasmo de amor y aceptó las reglas del juego. Quería sentirse vivo. Salió a cenar, se rió en la plaza, agarró una mano en el cine, tuvo vergüenza de sacarse el calzoncillo por primera vez, desayunó en cama ajena, se lavó los dientes con el dedo, se tomó un bondi con la ropa de anoche, se tomó un vino un martes en un bar y faltó al laburo y se tomó el tiempo para detener todo el ruido de la ciudad y amar un rato. Un ratito, por lo menos. Porque el zombi no es siempre zombi.
20. Comenzó (la identidad trans)con una película para la que estaba haciendo el guión. Era la historia de un pibe al que echaron de una obra, porque descubrieron que se travestía.
21. Ella (su madre), a mis cinco años, empezó a enseñarme a escribir. Siempre digo que uno no puede aprender a escribir pero sí a expresarse. Es fundamental que, antes de aprender a escribir, se aprenda a transmitir lo que se siente y se quiere decir.
22. Los Zombis tuvieron que maquillarse y posar con su mejor ángulo para la foto de una red social enorme llena de fotos de perfil de personas posando con su mejor ángulo, donde uno puede elegir a la gente como mercadería exhibida en la góndola del chino de la esquina.
23. Suelo hacer inversión de sentidos, empezar un texto con una trama que lleva al lector a pensar una cosa y terminar viéndola de otra, haciéndolo reflexionar. Siempre se genera un debate copado.
24. Llegué a Resistencia cuando tenía un año. Soy más chaqueño que los tobas.
25. Me sorprende (intentar) sumergirme en ese universo (los booktubers). Ver cómo estos pibes se desligan de sus cotidianos efímeros y buscan la profundidad con un manejo alucinante de las nuevas plataformas y tecnologías. Poner toda esa maquinaria a favor de los relatos que rescatan las voces oprimidas es la modernización del Robin Hood.
26. Me interesa la mirada del otro, cómo me ve el otro y cómo nos vemos nosotros mismos.
27. Escribir es una forma de revelión y de entretenimiento.
28. Lo que pasa es que la ciudad se hizo muy grande como para encontrar el amor a la vuelta de la esquina, en el café Malabia, en un departamentito camino al museo sobre Austria casi Las Heras.
29. Me interesa la literatura como herramienta de cambio.
30. Las actrices deberían ser trans. Uno de los aspectos que rescata el libro es la dificultad a la hora de buscar trabajo. Si recién ahora estamos viendo a las primeras personas trans profesores o enfermeros o envueltos en política, ¿cuánto más deberemos esperar para ver a los primeros actores y actrices trans que los interpreten?
31. Mi primer libro lo publiqué a los 10 y el segundo a mis 25. Se llama ‘Naranjo en Flúo’, una novela para chicos que abarca el tema de Chaco, sus leyendas y mitos.
32. Cuando era chico yo decía que quería ser escritor. Y me decían que estaba bien pero que de algo tenía que vivir.
33. Por eso creí que era la oportunidad para poner en el estante de los libros que la gente va a buscar a un tema del que muchos aún nos sabían: La identidad trans.
34. Siempre pensé que eso de ‘ser escritor’ era más para gente que por ahí la pega. Por eso estudié para ser profesor de inglés.
35. Llegar a esos espacios invisibilizados que necesitan de la mirada de la sociedad en su conjunto. Conquistar esos espacios desde mi pluma. Mi trabajo está muy enfocado en el laburo que hacemos los artistas para salir del circuito artístico.
36. Escribí sobre la muerte del hijo del presidente. Mi texto hablaba de lo triste que estaba la mamá porque su hijo murió al caerse el helicóptero en el que andaba.
37. Cuando me junto por primera vez con Andrés Mego, Editor de Hojas del Sur, me pidió que escribiera un libro para su editorial. Lo primero que le pregunté es ¿un libro sobre qué? pues generalmente las editoriales te dicen ‘vos escribís lindo sobre este tema’ y Andrés me dijo que escriba sobre lo que quisiera.
38. Nosotros buscamos gente nueva. Queremos llevar la literatura a lugares de acceso público. No soy partidario de los grandes eventos literarios donde las personas pagan entradas para entrar a comprar. A mí me gusta llevar los libros a las cárceles, las plazas, las escuelas, las universidades.
39. Es necesario poder sacar belleza del dolor. Aquello que recordaremos cuando todo lo demás empieza a difuminarse.
40. La verdad es, al fin y al cabo, la belleza que sobrevive. Por eso escribo. Para que sobreviva la parte de la historia que cuentan los que pierden. “Por venganza”, como diría Arnaldo Arenas.
No podemos llegar al final de nuestra selección de frases de Juan Solá sin haber hablado del amor y de la culpa. ¿Por qué, si no elegimos a quién o qué amar, nos culpabilizamos respecto de ello? Si enamorarse es más parecido a un reflejo que a un acto responsable. No podemos ser tan duros donde no ha habido posibilidad de decisión, a diferencia del perdón otorgado en pleno uso de nuestras habilidades reflexivas.
De este modo concluimos con la enumeración de frases de Juan Solá. ¿Qué te han parecido? ¿Ya has leído alguno de sus libros? Si todavía no lo has hecho, te invitamos a echar un vistazo a La Chaco, Ñeri, Microalmas y Épica Urbana, algunas de sus más populares obras. ¡Nos encontramos la próxima con muchas más Frases de la Vida!