Martin Heidegger (1889-1976) fue un filósofo alemán, uno de los más influyentes durante el siglo XX y de los más polémicos hasta la actualidad, por sus vínculos con el partido nazi. Sus investigaciones acerca del sentido del ser son la expresión de su espíritu inconforme con las condiciones de la época, marcada por la devastación que dejó la Primera Guerra Mundial. Los escritos resultantes de estas investigaciones tienen un estilo recargado y perfeccionista, su complejidad los hace parecer incomprensibles u oscuros, pero hay elementos de su pensamiento que constituyen sencillas cápsulas de sabiduría. Hemos seleccionado las mejores frases de Martin Heidegger, representativas de tal sabiduría.

La naturaleza del lenguaje, del pensamiento, de Dios, del humano; lo que importa, el amor, la gratitud, la fugacidad de la dicha, son temas que Heidegger trató con reverencia y que logró capturar en breves frases intercaladas en las páginas de sus escritos académicos y de sus cartas a Hannah Arendt. Algunos de sus escritos más leídos son «El ser y el tiempo», «Carta sobre el humanismo» y «Construir, habitar pensar». Su influencia en el pensamiento del siglo XX se deja ver en su recepción por parte de otros distinguidos filósofos como Hans-Georg Gadamer, Paul Ricoeur y Gianni Vattimo.

50 Frases de Martin Heidegger | Uno de los filósofos más influyentes del siglo XX

1. Frecuentemente, al ponerlo por escrito, el pensar pierde su dinamismo y, sobre todo, es muy difícil que mantenga la característica pluridimensionalidad de su ámbito.

2. La esencia del hombre consiste en ser más que el mero hombre entendido como ser vivo dotado de razón.

3. Las cosas importantes acaban por llegar a tiempo, aunque sea a última hora y aunque no estén destinadas a la eternidad.

4. Mediante la estimación de algo como valor, lo valorado sólo es admitido como mero objeto de la estima del hombre […] Cuando se declara a «dios» el «valor supremo», lo que se está haciendo es devaluar la esencia de dios.

5. En la actual precariedad del mundo es necesaria menos filosofía, pero una atención mucho mayor al pensar.

6. Con su decir, el lenguaje traza en el lenguaje surcos apenas visibles. Son aún más tenues que los surcos que el campesino, con paso lento, abre en el campo.

7. ¿Por qué es el amor tan rico, superando todas las dimensiones de las otras posibilidades humanas, y por qué supone una carga dulce para aquellos a quienes afecta? Porque nos convertimos en aquello que amamos y, no obstante, seguimos siendo nosotros mismos. Querríamos dar entonces las gracias al amado y no encontramos nada que satisfaga este deseo.

8. Sólo podemos dar las gracias dándonos a nosotros mismos. El amor transforma la gratitud en fidelidad a nosotros mismos y en fe incondicional en el otro. De este modo aumenta el amor continuamente su misterio más propio.

9. Un destino humano se entrega a un destino humano, y el servicio del amor puro consiste en mantener despierta esta entrega igual que en el primer día.

10. El ser humano no es esa cosa aburrida que aguanta de forma permanente en las cimas de la admiración, de la felicidad y de la audacia.

11. Los mortales habitan en la medida en que reciben el cielo como cielo; en la medida en que dejan al sol y a la luna seguir su viaje, a las estrellas su ruta, a las estaciones del año su bendición y su injuria; en la medida en que no convierten la noche en día, ni hacen del día una carrera sin reposo.

12. El cuerpo humano es algo esencialmente distinto a un organismo animal.

13. Lo más antiguo de lo antiguo llega desde atrás a nuestro pensar y, sin embargo, se nos adelanta. Por eso el pensar se detiene en la aparición de lo que fue, y es recuerdo.

14. Caminos, no obras.

15. Lo verdadero, ya sea una cosa verdadera o una proposición verdadera, es aquello que concuerda, lo concordante.

16. La angustia es la disposición fundamental que nos coloca ante la nada.

17. La filosofía implica una movilidad libre en el pensamiento, es un acto creador que disuelve las ideologías.

18. Muy pronto la televisión, para ejercer su influencia soberana, recorrerá en todos los sentidos toda la maquinaria y todo el bullicio de las relaciones humanas.

19. Lo distintivo del pensar metafísico -que busca el fundamento del ente- es que, partiendo de lo presente, lo representa en su presencialidad y lo muestra, desde su fundamento, como fundado.

20. Trascendencia constituye individualidad.

21. Todo lo grande está en medio de la tempestad.

22. El sentido común del hombre tiene su propia necesidad; afirma su legitimidad con la única arma que está a su alcance, esto es, la invocación a lo «obvio» de sus aspiraciones y reflexiones.

23. Cuando el tiempo sólo sea rapidez, instantaneidad y simultaneidad, mientras que lo temporal, entendido como acontecer histórico, haya desaparecido de la existencia de todos los pueblos, entonces, justamente entonces, volverán a atravesar todo este aquelarre como fantasmas las preguntas: ¿para qué?, ¿hacia dónde?, ¿y después qué?

24. Cantar y pensar son los troncos cercanos del poetizar. Crecen del ser y se alzan hasta tocar su verdad.

25. Sólo hay mundo donde hay lenguaje.

26. Las Artes se convierten en instrumentos de información manipulados y manipuladores.

27. No se puede probar nada en el reino del pensamiento; pero el pensamiento puede explicar muchas cosas.

28. Quien piensa a lo grande tiene que equivocarse a lo grande.

29. La gran tragedia del mundo es que no cultiva la memoria, y por tanto olvida a los maestros.

30. La cuarta dimensión acerca mutuamente porvenir, pasado y presente, en la medida en que los aleja. Pues mantiene abierto lo sido, en tanto le recusa su porvenir como presente.

31. El ser futuro, como posibilidad del ser-ahí en cuanto respectivo de cada uno, da tiempo, porque es el tiempo mismo. Incluso en el presente del ocuparse con las cosas, el ser-ahí es el tiempo completo, de tal manera que no se deshace del futuro.

32. La existencia real del mundo, que no se da a conciencia independientemente del observador, pero es comprendido por ella en el sentido de “lo que estaba, lo que está y lo que estará cuando yo no esté.

33. Lo propio del espacio-tiempo del tiempo auténtico reposa, empero, en el esclarecedor y recíproco ofrendar-se de futuro, pasado y presente.

34. Las cosas no “desaparecen”, se conservan en un “ir yendo” hacia su finitud, de tal manera que solamente son en su finitud.

35. El ser-ahí es propiamente cabe sí mismo, es verdaderamente existente, cuando se mantiene en dicha anticipación. Esta anticipación no es otra cosa que el fruto propio y singular respectivo del ser-ahí .

36. El ser-ahí siempre se encuentra en un modo de su posible ser temporal.

37. El tiempo auténtico es tetradimensional.

38.  El ser-ahí es el tiempo, el tiempo es temporal.

39. La dificultad en asumir la propia finitud, es la que impide ver que el tiempo no es una “sucesión de instantes hasta el infinito”.

40. Este acercar de la cercanía mantiene el advenir desde el futuro, en tanto que precontiene el presente en el venir.

41. La anticipación aprehende el haber sido como una posibilidad propia de cada instante, como lo que es seguro ahora.

42. La cercanía acertante tiene el carácter de la recusación y de la retención.

43. Todo es un “ir hacia” (futuro) y un dar “cuenta de algo”(pasado) que se da en la forma de espacialización (momento presente).

44. La cuarta dimensión es ontológicamente, la primer, la regalía que todo lo determina. 

45. El ser-ahí no es el tiempo, sino la temporalidad. Por ello, la afirmación fundamental de que el tiempo es temporal es la definición más propia, sin constituir ninguna tautología, pues el ser de la temporalidad significa una realidad desigual.

46. El ser-ahí, concebido en su posibilidad más extrema de ser, no es en el tiempo…

47. El tiempo carece de sentido; el tiempo es temporal.

48. La cuarta dimensión aporta en el porvenir, en el pasado y en el presente el estar presente que le es propio a cada uno.

49. El tiempo no es. Se da el tiempo. El dar, que da tiempo, se determina desde la recusante-retinente cercanía. 

50. Poetizar es propiamente dejar habitar. Ahora bien, ¿por qué medio llegamos a tener un habitáculo? Por medio del edificar. Poetizar, como dejar habitar, es un construir.

Leer a Heidegger es un reto, pero sobre todo, una experiencia que provoca a la reflexión. ¿Crees que su filosofía brinda sugerencias para alcanzar una vida más plena? ¿La filosofía que se estudia en las aulas puede impactar en nuestra vida cotidiana? ¿Has leído otras frases de Martin Heidegger que quieras destacar? Coméntanos tus impresiones y opiniones al respecto, dinos de qué otros filósofos te gustaría saber.