Arthur Rimbaud nació en Charleville (Francia) en 1854 y falleció en Marsella el año 1891. Fue un poeta francés que se caracterizó por la crítica a la burguesía de su época y por apostar por un espíritu completamente libre e independiente. De hecho, esta forma de ver la vida, le llevó a viajar por toda Europa y el norte de África, a lo que, además, habría que sumar su tormentosa relación con el también poeta Paul Verlaine, lo que le valió el sobrenombre de enfant terrible en la mayoría de los círculos literarios. Las frases de Rimbaud nos muestran un talento especial a la hora de percibir la belleza; y es que, sin duda alguna, nos encontramos ante uno de los estetas más carismáticos que jamás hayan existido.

Por otro lado, una de las cosas más llamativas de las frases de Rimbaud es que, siendo muy elevadas en su percepción poética, se trata al mismo tiempo de uno de los poetas más prosaicos y mundanos que podemos encontrar. Despreciaba cualquier tipo de lujo o aburguesamiento, ya que los consideraba una de las razonas por las que la poesía de su época había decaído. Esto le llevó a terminar como un auténtico vagabundo y a vivir de la caridad de otras personas, trabajando en los campos codo a codo con algunos aldeanos para ganarse el pan. Sin embargo, esto no influyó en su poesía, que siguió siendo una de las más auténticas y delicadas que ha dado la historia de la literatura francesa. Descúbrela en las frases de Rimbaud que siguen a continuación.

70 Frases de Rimbaud, el llamado enfant terrible

1. Ver lo invisible, oír lo inaudible.

2. Yo debería tener un infierno para mi cólera, un infierno para mi orgullo, y el infierno de las caricias; un concierto de infiernos.

3. Pues tú desprendes de los asuntos humanos, ¡de los simples impulsos!

4. Iba por ahí, con las manos metidas en los bolsillos rotos; hasta tal punto mi gabán se volvía ideal…

5. Iré, cuando la tarde cante, azul, en verano, herido por el trigo, a pisar la pradera; soñador, sentiré su frescor en mis plantas y dejaré que el viento me bañe la cabeza.

6. La honestidad de la mendicidad me aturde.

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7. Y me dirás: ¡busca!, reclinando la cabeza; y dedicaremos nuestro tiempo a encontrar ese animalito que viaja mucho.

8. El Poeta se hace vidente por medio de un largo, inmenso y razonado desarreglo de todos los sentidos.

9. Los senderos son ásperos. Los montículos se cubren de retamas. El aire está inmóvil.

10. ¡Qué lejos los pájaros y las fuentes! Tiene que ser el fin del mundo, si avanzamos.

11. El poeta es realmente ladrón de fuego.

12. Hay que ser absolutamente moderno.

13. Mediante la poesía llegar a lo desconocido.

14. La vida es la farse que todos debemos representar.

15. La tempestad bendijo mis desvelos marítimos, más liviano que un corcho dancé sobre las olas llamadas eternas arrolladoras de víctimas.

16. Soy el santo, orando en la terraza, como las bestias pacíficas que pacen hasta el mar de Palestina. 

17. Seremos felices. Habrá un nido de besos oculto en los rincones.

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18. ¡Por el rocío enjugada, qué bien me huele el albor!

19. Sin hablar, sin pensar, iré por los senderos: pero el amor sin límites me crecerá en el alma.

20. Espero a Dios como una golosina.

21. ¡La hemos vuelto a hallar! ¿Qué? La Eternidad… Es la mar mezclada con el sol.

22. Es un falso decir: Yo pienso; deberíamos decir: alguien me piensa.

23. Besé sus finos tobillos. Y estalló en risa, tan suave, risa hermosa de cristal.

24. Pero, se lo ruego, no subraye ni con el lápiz, ni demasiado con el pensamiento.

25. A nuestro deseo le hace falta la música sabia.

26. La vida florece por el trabajo, vieja verdad.

27. Soy un inventor de muy distinto mérito que todos los que me han precedido; incluso un músico, que ha encontrado algo así como la clave del amor.

28. Cambia nuestra suerte, acribilla las plagas comenzando por el tiempo.

29. Tanta paciencia tuve que todo lo he olvidado.

30. ¡Hay que ver! ¡Cuántos amores espléndidos he soñado!

31. ¿Y si un trozo de madera descubre que es un violín?

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32. ¡Qué vida! La auténtica vida está ausente. No estamos en el mundo.

33. ¡Si volviera el tiempo, el tiempo que fue! Porque el hombre ha terminado, el hombre representó ya todos sus papeles.

34. Ahora puedo decir que el arte es una tontería.

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36. En seguida descubro la botina, la media, y.. los cuerpos, consumidos por hermosas fiebres. Ellas me encuentran gracioso y hablan entre sí, muy quedo…Y mis deseos brutales se cuelgan de sus labios.

37. He visto allá el infierno de las mujeres- y podré poseer la verdad en un alma y un cuerpo.

38. La honestidad de la medicina me llena de dolor.

39. Hay una compañía de cómicos ambulantes, vestidos para la representación, divisados en el camino por entre la linde del bosque. Hay siempre, en fin, cuando se tiene hambre y sed, alguien que llega y os echa de allí.

40. Golpeó una puerta, y, en la plaza de la aldea, el niño hizo girar sus brazos, comprendido por las veletas y los gallos de los campanarios de todas partes, bajo el deslumbrante chubasco.

41. Una locura desenfrenada aplasta y convierte en mantillo humeante a mil hombres; ¡pobres muertos! sumidos en estío, en la yerba, en tu gozo, Natura, que santa los creaste.

42. ¡Hurra!, ¡que el cierzo azuza en el vals de los huesos!

43. No se es serio, cuando se tienen diecisiete años.

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44. ¡Rudos talones; nunca su sandalia se gasta! Todos se han despojado de su sayo de piel.

45. Y al llegar la aurora, armados de ardiente paciencia, entraremos en las espléndidas ciudades.

46. Soy el sabio del sillón sombrío. Las ramas y la lluvia se lanzan contra la ventana de la biblioteca.

47. Lo que queda no asusta y se ve sin escándalo. En sus cráneos, la nieve ha puesto un blanco gorro.

48. En la horca negra bailan, amable manco, bailan los paladines, los descarnados danzarines del diablo; danzan que danzan sin fin los esqueletos de Paladín.

49.  —¡Basta!… Errores que me soplan al oído, magias, perfumes falsos, músicas pueriles.

50. Vi que todos los seres tienen una fatalidad de dicha: la acción no es la vida, sino una forma de malgastar una fuerza, un enervamiento. 

51. El cuervo es la cimera de estas cabezas rotas; cuelga un jirón de carne de su flaca barbilla.

52. De mis ancestros conservo los ojos celestes, el cerebro estrecho y la imprudencia de la lucha.

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53. ¡Y la horca negra muge cual órgano de hierro!

54. Pero se sobresalta, cuando madres uncidas a la angustia y que lloran bajo sus cofias negras le ofrecen un ochavo envuelto en su pañuelo.

55. Un crimen, y pronto, que yo caiga en la nada, en virtud de la ley humana.
¡Calla, pero calla!

56. No digo una palabra: continúo mirando la carne de sus blancos cuellos, bordados de locos mechones; persigo, bajo la blusa y los frágiles atavíos, el divino dorso parejo a la curva de sus hombros.

57.  ¡Veo la continuación! Mi sabiduría es tan despreciada como el caos. ¿Qué es mi nada, frente al estupor que les espera a ustedes?

58. Pronto, como un lebrel, acecho botas, medias. Reconstruyo los cuerpos y ardo en fiebres hermosas. Ellas me encuentran raro y van cuchicheando. Mis deseos brutales se enganchan a sus labios…

59. El mundo tiene sed de amor: tú la apaciguarás. 

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60. Hay una catedral descendente y un lago ascendente. Hay un pequeño carruaje abandonado en el soto, o bien bajando a toda prisa por el sendero, adornado con cintas. 

61. El Mundo está sediento de Amor: aplácalo.

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62. Los conquistadores llevan la educación de las razas, las clases y las bestias, en ese navío.

63. Dijo: Yo no amo a las mujeres. El amor hay que reinventarlo, todo el mundo lo sabe.

64. Soy esclavo de mi bautismo. Padres míos, habéis hecho mi desgracia y la vuestra. ¡Pobre inocente! 

65. Mientras que los gargajos rojos de la metralla silban surcando el cielo azul, día tras día, y que, escarlatas o verdes, cerca del rey que ríe se hunden batallones que el fuego incendia en masa.

66. El infierno no puede atacar a los paganos. —¡Aún es la vida! Las delicias de la condenación resultarán después profundas. 

67. Pues YO es otro. Si el cobre se despierta clarín, no es culpa suya.

68. Si la condenación es eterna! Un hombre que desea mutilarse está bien condenado ¿no es así? 

69. El cerebro del hombre está atiborrado de trapos.

70. Soy un efímero y no demasiado descontento ciudadano de una metrópoli creída moderna porque todo gusto conocido ha sido evitado en los mobiliarios y en el exterior de las casas así como en el trazado de la ciudad.

71. ¡Oh esplendor de la carne! ¡Oh esplendor ideal! ¡Oh renuevo de amor, triunfal aurora en la que doblegando a sus pies los dioses y los héroes, la blanca Calpigia y el pequeño Eros cubiertos con nieve de las rosas las mujeres y las flores su bellos pies cerrados!

72. ¡Que no sepan, por Dios, si es danza o es batalla! ¡Furioso, Belzebú rasga sus violines!

73. La moral es la debilidad del cerebro.

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74. Son los conquistadores del mundo buscando la fortuna química personal; el sport y el confort viajan con ellos. 

75. Me creo en el infierno, luego estoy allí.

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76. Yo observo la historia de los tesoros que ustedes encontraron.

77. ¡Y yo hablaba de una mano amiga! Es una buena ventaja poder reírme de los viejos amores engañosos y cubrir de vergüenza a esas parejas mentirosas. 

78. Un atardecer, senté a la Belleza sobre mis rodillas. Y la encontré amarga. Y la insulté.

79. Existe un Dios que ríe en los adamascados del altar, al incienso, a los cálices de oro, que acunado en Hosannas dulcemente se duerme.

80. ¡Perpetua farsa! Mi inocencia podría hacerme llorar. La vida es la farsa en que participamos todos.

¿Qué te han parecido estas frases de Rimbaud? ¿Habías leído alguna de sus obras? ¿Qué es lo que más te ha gustado de estas frases de Rimbaud, hay alguna que te haya impactado especialmente? ¡Déjanos tus opiniones en los comentarios, ya que nos encanta conocer las impresiones de nuestros lectores!