Fue el pintoresco poblado de Fuente Vaqueros, en la Granada española, la región que vio nacer a uno de los más grandes hombres de letras en la historia de la literatura universal, y cuya prematura muerte no hizo más que enaltecer su legado. Los libros de Federico García Lorca son hoy un auténtico regalo a la cultura universal. Este afamado poeta nació el 5 de junio de 1898. Su vida se vio sesgada el 18 de agosto de 1936, habiendo cumplido apenas los 38 años. La dictadura de Franco dio la orden para su persecución y posterior fusilamiento. Los motivos: se le acusó de socialista, masón y homosexual.
Aún viviendo las más crueles y absurdas represiones que condujeron a su muerte, Lorca fue capaz de una producción intelectual brillante. Adscrito a la generación del 27, en la que se reunieron las voces más destacadas de la literatura española del siglo XX, logró destacar como el poeta de mayor popularidad e influencia en la literatura española de su época. Su obra en la dramaturgia también gozó de los más abundantes laureles, al punto de ser considerado hoy como el poeta más universal de España.
Es por esto que cuando hablamos de quién fue Federico García Lorca, nos encontramos con un hombre que estuvo asediado por las sospechas sobre su sexualidad en una sociedad profundamente homofóbica. Un hombre que hizo esfuerzos por mantener con discreción su vida personal, y al que se le atribuyen posibles amores, nunca confirmados. Los libros de Federico García Lorca no necesitan más presentación, pues este artista de talla universal, habla a través de su legendaria obra. Acompáñanos en Frases de la vida a descubrir lo más destacado de su producción literaria.
Los mejores libros de Federico García Lorca
1. Romancero Gitano (1928)
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Entre los libros de Federico García Lorca más sentidos y auténticos, encontramos el Romancero Gitano. Su propio autor lo definía como «el poema de Andalucía, y lo llamo gitano porque el gitano es lo más elevado, lo más profundo, más aristocrático de mi país, lo más representativo de su modo y el que guarda el ascua, la sangre y el alfabeto de la verdad andaluza y universal».
Este poemario es una exquisita mezcla entre la poesía popular y la alta, y sus temas recurrentes, como la noche, la luna, la muerte y el cielo, giran siempre en torno a la cultura gitana. A través de los dieciocho romances que lo integran, Lorca ahonda en las penas y dificultades que vive el pueblo gitano, víctima permanente de marginación y persecuciones. Se plantea de forma recurrente el conflicto que no cesa, entre la Guardia Civil española y la población de gitanos, en las que éstos siempre llevan las de perder. A través de metáforas, personificaciones y comparaciones, el autor se adentra en la esencia de los pueblos gitanos de Andalucía.
2. Poeta en Nueva York (1940)
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Poeta en Nueva York destaca entre los libros de Federico García Lorca, siendo considerado por muchos críticos como la mejor y más profunda de sus obras. La génesis de este poemario se encuentra en su partida de España, en el año 1929. Se cree que en esa época el autor pasaba por una etapa de profunda depresión, atribuida a un fracaso sentimental y a los dilemas interiores generados por su sexualidad. Es así como viaja a impartir una serie de conferencias en Nueva York, y posteriormente en Cuba. Es en este viaje donde se escribe esta reconocida obra, entre los años 1929 y 1930, aunque su publicación llegaría en 1940, cuatro años después de la muerte del autor.
Una radical protesta social y una profunda indagación metafísica, son los pilares sobre los que se erigen estos poemas, que están notoriamente atravesados por el impacto que tuvo en Lorca la sociedad norteamericana, el culto al capitalismo y a la industrialización, y los terribles actos de racismo en contra de la población negra. El autor denuncia estos hechos como males del hombre, y reclama por una nueva dimensión del ser, en la que el amor, la justicia y la libertad sean predominantes.
3. Poema del cante jondo (1921)
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El espíritu de Andalucía, con su cultura popular misteriosa y tradicional, es la esencia de Poema del cante jondo, una obra escrita en 1921, y publicada una década después. Lorca desarrolló la escritura de estos poemas a medida que participaba en la organización del Concurso de Cante Jondo de 1922, una iniciativa que buscaba rescatar los valores tradicionales del más genuino y sentimental cante andaluz.
Poema del cante jondo destaca entre los libros de Federico García Lorca, porque en él, el autor despliega a sus anchas su búsqueda de la verdadera esencia andaluza, marcada por la tragedia. El amor, el dolor, la pena y la muerte, forman parte de los temas recurrentes de estos poemas, en los que se refleja lo que para Lorca era Andalucía: «somos un pueblo triste, un pueblo estático».
4. La casa de Bernarda Alba (1936)
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La España profunda de principios del siglo XX, es el escenario en el que se desarrolla La casa de Bernarda Alba, una fantástica obra de teatro escrita por Lorca en 1936, y que es estrenada casi diez años después, en 1945, en la ciudad de Buenos Aires. Este relato maneja un interesante simbolismo, en el que a medida que avanza la narración, las acciones se adentran en la casa, en equivalencia a adentrarse en la vida y el alma de sus habitantes. El uso de refranes sirve al escritor como una manera costumbrista de poetizar el lenguaje cotidiano.
La obra cuenta la historia de Bernarda Alba, una mujer que, tras enviudar por segunda vez, a los sesenta años, decide cerrar las puertas de su casa para vivir dentro de ella, el más riguroso luto por los siguientes ocho años. Sus cinco hijas, su madre y dos criadas, la acompañan, generándose una trama en la que predominan las apariencias, el papel secundario de la mujer en la sociedad del momento, el odio, el fanatismo religioso y el miedo a descubrir la intimidad. Llevada a texto, esta obra es uno de los más imprescindibles libros de Federico García Lorca.
5. Bodas de sangre (1933)
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Es un elemento constante y distintivo de la obra lorquiana, la reiteración de su obsesión por el puñal, el cuchillo y la navaja. En Bodas de sangre aparecen estos elementos, como un presagio a la desgracia y la muerte. Y es que justamente de esto se trata esta obra teatral, de una tragedia en verso y prosa, en la que Lorca se mueve en un análisis del sentimiento trágico, desde lo antiguo y lo moderno, vinculando mitos y leyendas propias de la tierra andaluza. El paisaje contribuye a generar un ambiente de sombras, en el que se desencadenan pasiones oscuras, celos, persecución y muerte. Escrita en 1931, esta obra fue estrenada en el año 1933.
6. La zapatera prodigiosa (1930)
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Las obras teatrales, hoy también convertidas en libros de Federico García Lorca, forman parte fundamental del legado que dejó este poeta español a la literatura universal. La zapatera prodigiosa es otra muestra de ello. En esta pieza, el autor aborda la esencia y dificultades del espíritu femenino. Una joven mujer desposa por orden y conveniencia a un hombre mayor. Mientras él la trata con dulzura, ella lo desprecia y sueña con amores imposibles. La reputación de la chica va en decadencia, y empeora cuando el marido decide abandonarla. Aunque la obra tiene un final dichoso, presenta profundas reflexiones sobre como pueden contraponerse la idea del destino con los más auténticos deseos del alma.
7. Así que pasen cinco años (1931)
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Así pasen cinco años, junto con El Público y la Comedia sin título, son las obras lorquianas en las que más puede percibirse la influencia del surrealismo, especialmente en el tratamiento del lenguaje. Forman parte del llamado «teatro imposible» de Lorca. Ésta en particular fue finalizada justo cinco años antes de ser asesinado su autor. Su subtítulo es «La leyenda del tiempo», y en él se resume la esencia de esta historia que incluye personajes simbólicos y lenguaje onírico. La mecanógrafa, el joven, el viejo, el jugador de rugby y la novia, son algunos de los personajes de esta obra, que se transformó en uno de los más imprescindibles libros de Federico García Lorca.
8. Yerma (1934)
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Yerma forma parte de la llamada trilogía lorquiana, integrada también por Bodas de sangre y Las hijas de Loth, que no llegó a escribirse. Desarrollada como una tragedia rural, la pieza plantea un profundo escenario, en el que se retrata a la mujer oprimida y al mismo tiempo, segura de si misma. El eje temático se erige en el conflicto del instinto frente a la represión. Yerma se esfuerza por satisfacer su instinto de convertirse en madre, pero al no lograrlo, termina odiándose. No puede manejar el hecho de no tener descendencia, como indica la norma social de las mujeres casadas.
Juan, su marido, es estéril. Además, no le da ningún valor a la paternidad, considerándola una pérdida de dinero y tiempo para su trabajo. La ira de Yerma va en aumento, pues empieza a ver en Juan un obstáculo para su posible maternidad. Por eso, en un gesto radical, decide acabar con su vida. Mito, poesía y realidad se conjugan en esta obra, que pasó a ser reconocida entre los más importantes libros de Federico García Lorca.
9. Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores (1935)
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Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores es la última obra de teatro estrenada en vida de su autor, en el año 1935. Esta pieza representa un nuevo ciclo dramático lorquiano, en el que deja atrás las tragedias rurales. La pieza maneja de forma magistral el paso del tiempo, contando la historia de amor y la promesa de matrimonio de una muchacha provinciana con su primo. La joven pareja debe separarse, pues el hombre decide emigrar a Argentina. Antes de ese último adiós, se declaran amor eterno y se hacen la promesa de volver a reunirse.
El tiempo pasa, y Doña Rosita recibe periódicamente las cartas de su primo, a medida que va envejeciendo. En una de ellas le ofrece matrimonio, a través del envío de un poder firmado. El poder no llega nunca, pero sigue recibiendo misivas de amor. En el último acto, Doña Rosita confiesa que alguien le había dicho la verdad, que su primo se había casado con una argentina y vivía en Tucumán. Sin embargo, ella mantuvo la ilusión de sus cartas, por el resto de su vida.
10. Sonetos del amor oscuro y diván del Tamarit (1936)
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Estos son quizás de los más audaces y valientes entre los libros de Federico García Lorca. Sonetos del amor oscuro y diván del Tamarit, están entre las últimas obras escritas por el autor, antes de ser asesinado. Su publicación fue póstuma. Las historias en ellos planteadas, se complementan para mostrar la dimensión popular del autor y su entorno, al tiempo que se sumergen en una exploración profunda de los claroscuros del deseo. Estos sonetos exponen una crudeza y claridad a la que Lorca nunca antes, en ninguna de sus obras antecesoras, se había animado.
Sobre el proceso de gestación de esta obra, muchos han esbozado ideas. Se cree que buena parte de los sonetos fueron inspirados en Rafael Rodríguez Rapún, definido por algunos historiadores como el más hondo amor de Lorca. Se menciona en algunas de las biografías del autor, que Rodríguez Rapún no era homosexual, pero que cayó de forma inevitable en una relación amorosa con el poeta. La discreción de los amigos en común, y la falta de correspondencia o diarios íntimos, hicieron que esta historia se quedara en el campo de las hipótesis sin confirmar.
Los libros de Federico García Lorca, nos revelan el inmenso genio de un hombre que destacó en su generación, como una de las mentes más brillantes de España. Un hombre de intelecto audaz y sometido a las angustias existenciales propias de los poetas, y además a los conflictos del corazón. La capacidad de amar, sentir y transmitir en palabras las más puras emociones, algunas con esperanza, y otras más con desengaño, fueron de los principales distintivos de su pluma, que siempre fue el reflejo de un alma en inquietud, pues como dijo el mismo Federico, «la agonía física, biológica, natural de un cuerpo por hambre, sed o frío dura poco, muy poco. Pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida».