Todas las madres y/o padres nos han dicho frases que nos han quedado grabadas en la memoria para siempre. Lo curioso es que la mayoría de dichas frases se repiten, es decir, son las mismas frases independientemente del lugar en el que hayas nacido, la condición social, las creencias personales, o incluso en algunas ocasiones la nacionalidad. Son frases que se han ido transmitiendo de generación en generación y que probablemente al tener hijos se repitan casi inconscientemente.

Son muchas las frases que ambos progenitores utilizan una y otra vez con cada uno de sus retoños, pero si hay una frase mítica, que toda madre y padre han utilizado siempre, esa frase es: “Pregúntale a tu padre” o “Pregúntale a tu madre”. Con esta sencilla y efectiva frase nuestros queridos padres se quitaban de encima la responsabilidad de decidir si nos daban permiso para hacer algo, comer algo, explicar algo, etc. Muchas veces nos tenían de un lado a otro hasta que nos cansábamos.

Qué frases son las más usadas

Frases de unión familiar.

De todas las frases que madres y padres han utilizado durante siglos, y probablemente sigan utilizando hasta el fin de los tiempos, hay algunas que destacan sobre otras por ser las más utilizadas a nivel general. Obviamente, luego cada país y cada cultura, incluso cada núcleo familiar, tiene sus propias frases, pero hay otras que se dicen en Japón, igual que en Colombia o España, y resuenan con la misma fuerza y convicción tanto en el norte como en el sur geográfico. Estas frases son:

  • Si tus amigos se tiran por un puente, ¿tú también?
  • ¿Te crees que el dinero sale de debajo de las piedras?
  • Un día me voy, me desaparezco del mapa
  • ¿Tú te crees que soy un banco/cajero automático?
  • ¡Te lo dije!
  • Porque lo digo yo y punto
  • Mientras vivas en esta casa harás lo que yo te diga
  • Cuando seas mayor lo entenderás
  • ¿Te crees que vives en un hotel?
  • Ven aquí que no voy a hacerte nada
  • Eres igualito/a que tu padre/madre
  • Te lo digo por tu bien
  • Esto ya pasa de castaño oscuro
  • Ni peros ni peras

Hay que aclarar que la mayoría de estas frases las han usado y siguen usando las madres porque, aunque se ha recorrido un largo camino para alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres; a día de hoy, todavía la crianza recae mayoritariamente sobre las mujeres. A pesar de que se han incorporado al trabajo, todavía son ellas las que asumen todo el peso y toda la responsabilidad del cuidado de los hijos. En los siguientes párrafos se hará un recorrido por la evolución de esta situación a lo largo de la historia.

Cómo ha evolucionado la crianza

En la mayoría de tribus o pueblos originarios, desde el nacimiento se dan una serie de condiciones como, por ejemplo: Los bebés se colocan de forma inmediata en los brazos de sus madres tras el nacimiento.  Además, son amamantados según sus necesidades (sin horarios concretos) y en la mayoría de los casos duermen con los padres. También se ha observado que suelen ser llevados en brazos, o a espaldas de sus madres constantemente, mientras estas desempeñan sus labores cotidianas, como preparar la comida, ir a buscar leña, pastorear, etc.

Otra característica común en la crianza de estas comunidades es que los adultos responden de manera inmediata a las señales de los bebés y los niños con naturalidad, sin ignorarlos, pero sin convertirlos en el centro de atención. Además, a cargo del bebé pueden estar otros adultos de la comunidad, no exclusivamente las madres y padres. Se trata de una crianza compartida, donde toda la comunidad forma parte activa de la misma de tal manera que los más pequeños sienten que forman parte de ella.

En cambio, en las sociedades “avanzadas”, se separa a los bebés de las madres nada más nacer y al llegar a casa se los pone a dormir lejos de los padres, en su propia cuna e incluso habitación. La lactancia sigue unos horarios definidos y se excluye a los bebés y niños pequeños de las actividades de los adultos. Los bebés pasan horas solos y se les somete a unos horarios estrictos de sueño y alimentación. Los adultos a cargo no atienden las necesidades de los pequeños con naturalidad, o los ignoran, o los convierten en el centro de atención. Ambas actitudes son totalmente contraproducentes.

Estas diferencias tan marcadas son las responsables de futuros adultos sanos y sociables o individualistas y estresados, entre otros muchos problemas de salud mental. En conclusión, las madres cumplen un rol fundamental, pero también la cultura y la comunidad. Además, las madres son las encargadas de la cesta de la compra, por lo que suelen recorrerse los diferentes supermercados en busca de las mejores ofertas, como, por ejemplo, Lidl donde venden cuadernos donde anotar esas frases que tu madre siempre te ha dicho.