Durante siglos, la mención «Hecho en Suiza» en la esfera de un reloj ha sido sinónimo de excelencia, de lujo y de precisión inquebrantable. Y es que los relojes suizos son obras de arte mecánicas y el resultado de una tradición centenaria que ha buscado la innovación respetando las viejas prácticas y manteniendo los más altos estándares de calidad.

Si quieres saber más, este artículo te encantará. Hoy, te explicaremos las características únicas que han hecho que los relojes suizos sean los reyes indiscutibles de la horología. Baja el cursor y entérate de más.

¿Cómo funcionan los relojes suizos? Estos son los componentes que hacen que sean referentes dentro de la industria de la horología

1. El muelle real

El muelle real es uno de los elementos clave de la maquinaria suiza relojes y es, básicamente, su fuente de energía. Para que tengas una idea, imagina un resorte de acero largo y delgado que está enrollado dentro de un pequeño barril que forma parte del reloj; entonces, cuando se le da cuerda, ya sea de forma manual o automática, ese muelle se tensa y almacena energía, que se va liberando de forma controlada para poner en marcha todo el mecanismo durante horas e, incluso, días sin ningún problema.

2. La transmisión

La transmisión es un elemento de los relojes suizos compuesto de engranajes y de piñones diminutos por donde pasa la energía liberada por el muelle real. Básicamente, la transmisión (o train, se conoce de esa forma también) reduce la liberación de esa energía y la transmite al resto del mecanismo para que el reloj esté en marcha; imagínalo como la caja de cambios de un auto, que regula la fuerza bruta.

3. El escape y la espiral Breguet

La precisión de la relojería suiza radica en el regulador, que hace que todos los engranajes funcionen sin problemas y está compuesto por 2 elementos.

El primero de ellos es el escape, un mecanismo que regula el paso de la energía almacenada en la transmisión en forma de impulsos pequeños y precisos, una característica muy común de los relojes suizos. Este mecanismo en particular trabaja miles de veces por hora y es el que produce el característico tic-tac que sueles escuchar.

El segundo es el balancín, una rueda con un muelle muy fino donde se encuentra la espiral; eso sí, no hablamos de cualquier espiral, sino de la espiral Breguet, un invento del experto suizo en relojería Abraham-Louis Breguet que tiene un extremo curvado hacia arriba que permite un desarrollo más concéntrico y regular, lo que mejora, por mucho, la precisión de estos relojes. Entonces, el balancín recibe los impulsos del escape y oscila de un lado a otro de forma rítmica y armónica para medir el tiempo con exactitud.

4. Las manecillas y las complicaciones

Las manecillas (horaria, segundera y minutera) son otros de los elementos que conforman los relojes suizos y se mueven sobre la esfera gracias a la energía regulada y transmitida por el resto de los componentes. Y, claro, no hay que olvidarnos de las complicaciones, que son funciones especiales de los relojes suizos que les confieren cierto de aire de sofisticación y de precisión; las más conocidas son:

  • Cronógrafo: un temporizador independiente.
  • Calendario perpetuo: ajusta, automáticamente, la fecha, incluyendo los años bisiestos.
  • Repetición de minutos: suena en horas, en cuartos y en minutos específicos cuando se activa un pulsador y con una música característica.
  • Tourbillon: una jaula giratoria que contrarresta los efectos de la gravedad en la precisión (se considera una hazaña de la microingeniería).

5. El rotor

El último componente dentro de los relojes suizos del que queremos hablarte es el rotor. De forma simple, este es un semi-disco de metal pesado que gira libremente con el movimiento natural de la muñeca; lo interesante es que esta pieza está compuesta de engranajes que le dan cuerda al muelle real de forma constante, lo que mantiene el reloj en funcionamiento sin necesidad de darle cuerda de forma manual. ¿Sabías esto?

¿Por qué se dice que los relojes suizos son los mejores? Estas son las características que definen la relojería suiza

Mano de obra de primera calidad

Es cierto que, para la fabricación de los relojes suizos, se utilizan máquinas de precisión; sin embargo, todo el proceso de ensamblaje, de ajuste y de decoración se hace de forma manual por horólogos, que son artesanos altamente especializados en la fabricación de relojes de alta gama; por eso, los artículos de este tipo tienen un valor económico tan elevado, cada componente se trata con mimo para eliminar cualquier imperfección; y sí, eso incluye todo lo que no ves.

Materiales de calidad

Los relojes suizos se fabrican con aceros inoxidables de alta calidad, con aleaciones de oro de 15 quilates y con platino, y, para los mecanismos, se utilizan aleaciones antimagnéticas y anticorrosivas que extienden la vida útil de cada pieza y garantizan que funcionen con mucha precisión; además, el uso de rubíes sintéticos como cojinetes para los ejes reduce la fricción y asegura la exactitud de cada reloj.

Sin duda, los suizos piensan en todo, no se les escapa nada.

Decoraciones y acabados

Para la fabricación de los relojes suizos, se utilizan técnicas que se han perfeccionado con los años, como el Côtes de Genève, el pulido espejo, el perlado y los biselados a mano, que hacen que la estética de cada pieza sea inigualable; bueno, no es solo una cuestión de estética, sino de dedicación y de maestría también.

Estándares de certificación

Por si no lo sabías, los relojes suizos reciben dos certificaciones antes de ser lanzados al mercado: el COSC y el Sello de Ginebra.

El COSC (Contrôle Officiel Suisse des Chronomètres) es el instituto oficial suizo de pruebas de cronómetros. Para obtener esta certificación, cada movimiento del reloj (no de todos, ojo, solo de modelos específicos) es testeado durante 15 días, en 5 posiciones y en 3 temperaturas diferentes, y deben mantener una precisión de entre -4 y +6 segundos por día.

Por otro lado, el Sello de Ginebra (Poinçon de Genève) certifica la precisión, el origen, la mano de obra y el nivel de acabado artesanal de cada componente, lo que le hace uno de los sellos de excelencia más prestigiosos del mundo.

5. Herencia e innovación

Marcas como Patek Philippe, Vacheron Constantin y Audemars Piguet se remontan a los siglos XVIII y XIX, mientras que marcas como Rolex y Omega han apostado por el desarrollo de componentes que mejoran la precisión de sus relojes. A lo que queremos llegar es a que las casas relojeras suizas han sabido combinar la tradición con la innovación para garantizar que sus piezas sean un referente dentro de la industria del lujo.

Para que lo entiendas mejor, mira estos ejemplos:

  • Rolex Submariner: un icono de robustez y de funcionalidad por su movimiento automático, por su caja Oyster hermética y por su precisión, características que lo han convertido en el estándar de los relojes de buceo.
  • Patek Philippe Calatrava: es la esencia de la elegancia y de la simplicidad, y su esfera limpia esconde uno de los mecanismos más finamente acabados del mundo.
  • Audemars Piguet Royal Oak: un reloj que revolucionó el mundo del lujo con su diseño de carátula «Grande Tapisserie» y con su caja octogonal.

En definitiva…

Un reloj suizo es una auténtica pieza de arte. Estos artículos de lujo combinan siglos de conocimiento, artesanía, precisión y perfección, y cuentan una historia de innovación, de paciencia y de respeto por el oficio de la horología. Si tienes la oportunidad de tener uno, no la desaproveches porque estarías adquiriendo piezas que te acompañarán durante toda tu vida sin perder calidad o precisión con cada segundo que pase.