Las frases de Camilo José Cela dejan claro que este señor gallego fue un buen escritor, pero que también fue una figura de lo más controvertida (como el monumento que dejó en Padrón: no creo que las bolas representen precisamente “las esferas de la creación y el conocimiento…). Conocido por obras titánicas como La colmena (en la que aparecen más de 300 personajes) y por ser defensor del franquismo, fue censor durante la dictadura, pero tuvo que publicar La colmena en Buenos Aires porque en España se prohibió.

Sin duda, esta figura de claroscuros queda reflejada en las frases de Camilo José Cela, cuyas obras, no obstante, son de una tremenda calidad. Recibió, además, numerosos premios, como el premio Nobel en 1989 o el príncipe de Asturias. Sus obras siguen un realismo español descendiente del de Cervantes o Benito Pérez Galdós, pero también fue heredero del absurdo y la escatología, ya que, según él, el escritor tiene que ser experimental y no someterse nunca a ninguna norma.

100 Frases de Camilo José Cela, el nobel con claroscuros

1. Lo malo de los que se creen en posesión de la verdad es que cuando tienen que demostrarlo no aciertan ni una.

2. A siete años de un suceso, el suceso ya es otro.

3. Vivimos en la dictadura del funcionario, que no defiende la idea sino la nómina; lo que siempre da mayores arrestos.

4. Un carallo a tiempo es una victoria dialéctica

5. La vida no es sólo el corazón que late. Es también el pensamiento flotando sobre el corazón que ha dejado de latir.

6. Hay dos clases de hombres: quienes hacen la historia y quienes la padecen.

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7. En España, el que resiste gana.

8. Según Alfonso X el Sabio, el mucho hablar hace envilecer las palabras […], para Cervantes, siempre Cervantes, no hay razonamiento que, aunque sea bueno, siendo largo lo parezca.

9. Pensar en viejo me abruma y, sin embargo, pensar en joven, en sano y arrogante joven, me parece tan insípido…

10. La lengua es la más eficaz de todas las armas, ya quedó dicho, y la más rentable de todas las inversiones: nunca es tarde para que empecemos a poner nuestros ahorros al servicio de los futuros beneficios que serán de todos y que servirán para todos.

11. Para el éxito sobra el talento; para la felicidad, ni basta.

12. En ocasiones pienso que el premio de quienes escribimos duerme, tímido y virginal, en el confuso corazón del lector más lejano.

13. Si el escritor no se siente capaz de dejarse morir de hambre, debe cambiar de oficio. La verdad del escritor no coincide con la verdad de quienes reparten el oro.

14. No usemos la lengua para la guerra, y menos para la guerra de las lenguas, sino para la paz, y sobre todo para la paz entre las lenguas. De la defensa de la lengua, de todas las lenguas, sale su fortaleza, y en su cultivo literario y siempre progresivo se fundamenta su auge y su elástica y elegante vigencia.

15. La más noble función de un escritor es dar testimonio, como acta notarial y como fiel cronista, del tiempo que le ha tocado vivir.

16. El nacionalista cree que el lugar donde nació es el mejor lugar del mundo; y eso no es cierto. El patriota cree que el lugar donde nació se merece todo el amor del mundo; y eso sí es cierto.

17. La muerte es dulce; pero su antesala, cruel.

18. ¿Para qué es oro el tiempo más que para verlo pasar acariciándolo?

19. La verdad del escritor no coincide con la verdad de quienes reparten el oro.

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20. Un pastor cuida de sus cabras en un terreno que las aguas se tragarán.

21. Yo soy, como buen español, pedorro domiciliario.

22. Cuando viajo, lo que más me interesa es la gente, porque sólo hablando con ella se conoce el ambiente.

23. La filosofía del vagabundo se apoya en la no necesidad de nada y el buen talante de aceptarla sin queja alguna.

24. Es mejor y más sano para el alma, se dijo hace ya tiempo, gastarse que enmohecerse.

25. La muerte es de una vulgaridad absoluta; todos los nacidos terminan pasando por ella.

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26. Una huelga de intelectuales, que es un supuesto improbable, paralizaría la marcha del mundo.

27. La inspiración es trabajar una buena porción de horas.

28. Para escribir sólo hay que tener algo que decir.

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29. En los triunfos anida siempre el cauteloso germen de la derrota.

30. Seguimos en las mismas inútiles resignaciones… Es grave confundir la anestesia con la esperanza…

31. La Historia nos enseña dos cosas: que jamás los poderosos coincidieron con los mejores, y que jamás la política fue tejida por los políticos.

32. Ven Muerte, ven! Ven, Muerte, rodeada de esquinas; Ven, Muerte como un sueño, por algas misteriosas, Por cuerpos de carneros, por pétalos de olvido.

33. Yo creo que no hay tiempo para nada; yo creo que si el tiempo sobra es porque, como es tan poco, no sabemos que hacer con él.

34. Los mismos cueros tenemos todos los mortales al nacer y sin embargo, cuando vamos creciendo, el destino se complace en variarnos como si fuésemos de cera.

35. La polisemia de nación lleva lastrando la capacidad de ponerse de acuerdo acerca del futuro del reino de España desde el momento mismo en que se aprobó la Constitución de 1978.

36. Don José Sierra hizo un sonido raro con la garganta, un sonido que tanto podía significar que si, como que no, como que quizá, como que quién sabe.

37. Pido a nuestros gobiernos un poco de dinero para esta noble causa: la de la defensa de nuestra herramienta de comunicación.

38. Las personas decentes no podemos dejar que se nos suban a las barbas. 

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39. Y digo, «NO» a los aventureros foráneos, fascistas y marxistas, que se hartaron de matar españoles como conejos y a quienes nadie había dado vela en nuestro entierro.

40. En el servicio aprendió a leer, a escribir y a sumar, y perdió la inocencia.

41. Había conseguido llegar a vivir horas enteras, a veces hasta días enteros, sin más que decir, de cuando en cuando, ¡hum!, y al cabo de otro rato, ¡hum!, y así siempre. Era una manera muy discreta de darle a entender a su mujer que era una imbécil, pero sin decirlo claro.

42. Entregarse a la ira ciega es señal de que se está cerca de la animalidad. 

43. La castidad enmohece.

44. Lo que yo quiero -decía don Nicolás a su sobrino Pedrito, que hacía unos versos muy finos y estudiaba Filosofía y letras- es una cachonda con arrobas que me haga gozar, ¿me entiendes?, una tía que este apretada que tenga a donde agarrarse. Todo lo demás son monsergas y juegos florales.

45. ¡No empieces a colarme frases profundas!

46. También es grave tomar el noble rábano de la paciencia por las ruines hojas lacias, ajadas, trémulas de la renunciación.

47. Hay mucha diferencia entre adornarse las carnes con arrebol y colonia, y hacerlo con tatuajes que después nadie ha de borrar ya.

48. Los poetas, a cambio de que se les siga tolerando la holganza, cantan las heroicas gestas del pueblo llano en su desigual (y victoriosa) lucha contra las multinacionales, pero comen de las multinacionales; el hambre es mala consejera y los hijos deben aprender las lenguas del comercio.

49. Las ranas son difíciles de amaestrar porque, cuando se tienen ya casi amaestradas, se pierde la paciencia y se les espachurra de un golpe.

50. Tú verás, Rafaelito, como dentro de un tiempo yo recibiré el Nobel, e iré a recogerlo acompañado de una mujer muy joven y rubia, que todavía no ha nacido. Y la profecía se cumplió.

51. La suerte no existe, amigo mío, la suerte es como las mujeres, que se entrega a quienes la persiguen y no a quien las ve pasar por la calle sín decirles ni una palabra.

52. El toreo es un arte misterioso, mitad vicio y mitad ballet. Es un mundo abigarrado, caricaturesco, vivísimo y entrañable el que vivimos los que, un día soñamos con ser toreros.

53. El otoño se ocupaba de matar y el invierno de barrer.

54. La verdad es que las situaciones artificiales envejecen más bien de prisa.

55. El recuerdo de aquella alcoba me acompañó a lo largo de toda mi vida como un amigo fiel.

56. Cuando la paz invade las almas pecadoras es como cuando el agua cae sobre los barbechos, que fecunda lo seco y hace fructificar al erial.

57. El mundo es su café, y alrededor de su café, todo lo demás.

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58. El viajero tiene su filosofía de andar, piensa que siempre, todo lo que surge, es lo mejor que puede acontecer.

59. Los políticos entonan la loa de la holganza y priman la enfermedad y la debilidad para sumar votos al despropósito.

60. Un aire abyecto voló, torpemente, por la habitación, rebotando de mueble en mueble, como una mariposa moribunda.

61. Tenemos también un museo de historia natural, luego lo verá usted. Está muy desordenado; cuando estuvieron aquí los rojos lo desbarataron todo.

62. Los clientes de los cafés son gentes que creen que las cosas pasan porque sí, que no merece la pena poner remedio a nada.

63. El niño no tiene cara de persona, tiene cara de animal doméstico, de sucia bestia, de pervertida bestia de corral.

64. No siente gran atracción por el lujo, esa es la verdad, pero procura conocer todos los ambientes. -Siempre son experiencias.

65. ¡Misterios de la manera de ser de los mortales que tanto aborrecen de lo que tienen para después echarlo de menos!

66. A mí me hubiera gustado veranear contigo en una ciudad que no fuese la nuestra, en un hotel en el que ya casi no quedaran habitaciones, en un hotel lleno de tímidas, de recoletas parejas de recién casados.

67. Se volvió radiante de repente como un amanecer.

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68. La cultura y la tradición nunca son ideológicas, siempre son instintivas.

69. La muerte llama, uno a uno, a todos los hombres y a las mujeres todas, sin olvidarse de uno solo -¡Dios, qué fatal memoria!-, y los que por ahora vamos librando, saltando de bache en bache como mariposas o gacelas, jamás llegamos a creer que fuera con nosotros, algún día, su cruel designio.

70. La mañana, esa mañana eternamente repetida, juega poco, sin embargo, a cambiar la faz de la ciudad, ese sepulcro, es cucaña, es colmena…

71. Ropa a ropa, desnudados de un golpe y sin consuelo, los seis huracanados de alta pena se rindieron a lechos aún no usados.

72. El argot, hijo mío, es un poco ese pariente tarambana a quien todos envidian y todos fingen despreciar.

73. Muchas gracias tenemos que dar a Dios por haber nacido españolas. Si hubiéramos nacido en China, a lo mejor nuestros hijos se iban al limbo sin remisión.

74. Hay días en que se le vuelve a uno el santo de espaldas, en que hasta Nietzsche parece como pasarse a la acera contraria.

75. Yo me quise enfriar porque me conocía la carácter y porque de hombre a hombre no está bien reñir con una escopeta en la mano cuando el otro no la tiene.

76. El humor es la gran coraza con la que uno se defiende en este valle de lágrimas.

77.  Los políticos, son meros catalizadores de la inercia.

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78. Yo fui mozo de reemplazo del 37 y, sin comerlo ni beberlo, conmigo y con mis compañeros de quinta (y también otros más jóvenes y más viejos, claro es), tiraron al blanco en el campo abierto y en nombre de unos ideales o de los contrarios; a la mitad de aquella tropa juvenil se la comieron los gusanos y los cuervos del monte.

79. La conocí en el Barceló, el veintitantos de agosto pasado y, a la semana escasa, el día de mi cumpleaños, ¡zas, al catre! Si me hubiera estado como un gili viendo cómo la camelaban y cómo le metían mano los demás, a estas horas estaría como usted.

80. El barro no es un caballo, un caballo hermoso, entero. El barro es un buey muy grande, pero ciego. Tengo manchadas las manos de ese barro sucio, espeso. Mis horas son como un árbol que está caído en el suelo. Aquí está el barro, parece
que me resbala por dentro. ¡Barro, barro es todo, barro, desde la tierra hasta el cielo!

81. La historia es un chaparrón mantenido en el que, a veces, se hace una clarita para ver volar los minúsculos y pintados pájaros que no escriben la historia: el verderol, el jilguero, el chamariz y, entre otros de bellísimos nombres y siluetas, el niño que navega, incluso con naturalidad, por las nubes más altas y confusas”. Este niño de las nubes vive en La rosa.

82. La muy zorrupia no volvió a arrimar por allí.

83. ¡Qué extraño mundo el de la catequesis de Iria, con su cura pailán, sus niños como lobeznos, su aire antiguo y una luz tamizada arropando, igual que una bufanda, la rara escena!

84. Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo. 

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85. Tu vida, tus espantos, tu vocación de polvo, tus esperanzas todas, todas se han estrellado contra mi fiera frente.

86. Mis papilas del gusto no las tengo en ese conducto sino en otro (refiriéndose al ano).

87. Desde esta soledad ya ni la muerte asombra. (La muerte es una cosa amarilla y redonda que el viento lleva y trae).

88. En este instante en que un dolor inmenso/ Es incapaz de hacerme mover un solo dedo,/ Yo te prometo, oh dulce esposa mía asesinada,/ Oh madrecita sin haber parido, oh muerta,/ colgar tu atroz recuerdo cada noche de un pelo,/ Y que desiertos de tinieblas moradas/ O amargas noches de insomnio y sobresalto/ Sean incapaces de ahogarme como a un niño.

89. La alcoba de la señorita Elvira huele a ropa usada y a mujer: las mujeres no huelen a perfume, huelen a pescado rancio.

90. No hay palabras poéticas o prosaicas, la palabra no siempre tiene la culpa de la poesía, y todas pueden ser habitadas por la emoción o el hastío, por la bienaventuranza o el dolor.

91. La poesía no reside sino en la palabra, es como el tuétano del alma de la palabra y tanto puede mostrarse como ocultarse dentro de la palabra en la que germina o muere.

92. Tengo la habilidad de absorber un litro y medio de agua, por vía anal, de un sólo golpe (respuesta a Mercedes Milá durante una entrevista).

93. Oye, ministra… Soy Camilo José Cela… Te llamo para felicitarte por tu nuevo cargo de responsabilidad. Pero mira, a ver si corregís cuanto antes el nombre de vuestro ministerio. No debe llamarse de “Medio Ambiente”, o es de “Medio” o es de “Ambiente”, ya que se trata de un pleonasmo… Pero vamos, esto es de cajón… Debería sonaros igual de mal que si dices “subir arriba”, “bajar abajo”, ¡piénsalo, ministra, y verás cómo llevo razón! Venga, ¡te lo regalo! (a Isabel Tocino).

94. Corre por entre las mesas un gato gordo, reluciente; un gato lleno de salud y de bienestar; un gato orondo y presuntuoso. Se mete entre las piernas de una señora, y la señora se sobresalta.

95. Joven, le diré lo que gana y lo que pierde usted con esto: pierde los mil duros y se gana una patada en los cojones (respuesta a un joven por su apuesta).

96. Estas páginas accesorias con las que suele ser costumbre presentar las nuevas salidas de los libros, se agostan sobre la marcha y con ellas no valen vitaminas, ni testovirones, ni paños calientes.

97. La muerte es una amarga pirueta de la que no guardan recuerdo los muertos, sino los vivos.

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98. La muerte es algo tan tremendamente airado, que sólo la desnudez, la elemental desnudez, puede escindirla del ridículo.

99. La duda, esa vaga nubecilla que, a veces, habita los cerebros, también puede entenderse como un regalo. Y no es -lo que queda dicho- una aseveración, ya que, sobre ella, tengo también mis dudas.

100. Las mujeres están para ser gustadas. Después, unas se dejan, otras no… Eso va ya por provincias.

Las frases de Camilo José Cela son interesantes y curiosas, ya que reflejan la figura controvertida de su autor. ¿Has leído alguna de sus novelas, como La colmena o La familia de Pascual Duarte? ¿Qué opinas sobre la prosa de Cela? Recuerda que nos puedes contar todo lo que te apetezca en los comentarios.