Rafael Alberti Merello nació en El Puerto de Santa María (Cádiz) en 1902 y falleció en la misma ciudad que lo vio nacer en el año 1999. Se trata de uno de los escritores y poetas más reconocidos de las letras hispánicas del siglo XX y que, de hecho, perteneció a la denominada Generación del 27. Las frases de Rafael Alberti más famosas las encontramos en sus poemas, que destacan por su intimismo y sensualidad, así como por algunos de los mitos más recurrentes que podemos encontrar en su obra, como el mar.
Ese mar de su Andalucía natal y que le acompañó todos los días de su vida siempre que pudo ya que, debido a su afiliación al Partido Comunista, abandonó España después de la Guerra Civil, a la que no volvería hasta la restauración de la democracia.
50 Frases de Rafael Alberti: el mar como destino
1. La libertad no la tienen los que no tiene su sed.
2. Me marché con el puño cerrado… Vuelvo con la mano abierta.
3. Alma en pena: el resplandor sin vida, tu derrota.
4. A través de los siglos, por la nada del mundo, yo, sin sueño, buscándote.
5. Si mi voz muriera en tierra, llevadla al nivel del mar y dejadla en la ribera.
6. Fue cuando comprobé que murallas se quiebran con suspiros y que hay puertas al mar que se abren con palabras.
7. Y el mar fue y le dio un nombre y un apellido, el viento y las nubes un cuerpo y un alma el fuego.
8. Un año, ya dormido, alguien que no esperaba se paró en mi ventana.
9. La ciudad es como una casa grande.
10. Fue la más bella edad del corazón.
11. Dentro del pecho se abren corredores anchos, largos, que sorben todos los mares.
12. Han pasado los años por mí, sus duras olas han mordido la piedra de mi vida.
13. Hubo luz que trajo por hueso una almendra amarga.
14. Dame tú, Roma, a cambio de mis penas, tanto como dejé para tenerte.
15. Nunca escribió su sombra la figura de un hombre.
16. Ciudades sin respuesta, ríos sin habla, cumbres sin ecos, mares mudos.
17. Tu no te irás, mi amor, y si te fueras, aún yéndote, mi amor, jamás te irías.
18. Y por desconocida, las almas conocidas te mataron. No la mía.
19. Hace falta estar ciego, tener como metidas en los ojos raspaduras de vidrio, cal viva, arena hirviendo, para no ver la luz que salta en nuestros actos, que ilumina por dentro nuestra lengua, nuestra diaria palabra.
20. Seriamente, en tus ojos era la mar dos niños que me espiaban, temerosos de lazos y palabras duras.
21. Cuando tú, al mirarme en la nada, inventaste la primera palabra. Entonces, nuestro encuentro.
22. Fue cuando la flor del vino se moría en penumbra y dijeron que el mar la salvaría del sueño.
23. Dejé mi sombra en los desesperados ojos sangrantes de la despedida.
24. Vestido como en el mundo, ya no se me ven las alas.
25. La vida es como un limón, que te tiren a la mar exprimido y seco.
26. Yo nunca seré piedra, lloraré cuando haga falta, gritará cuando haga falta, reiré cuando haga falta, cantaré cuando haga falta.
27. Ángeles buenos o malos, que no sé, te arrojaron a mi alma.
28. Yo te arrojé de mi cuerpo, yo, con un carbón ardiendo.
29. Ya sabéis que mi boca es un pozo de nombres de números y letras difuntos.
30. Pero tú, despertando, me hundiste en tus ojos.
31. Si yo nací campesino, si yo nací marinero, ¿por qué me tenéis aquí, si este aquí yo no lo quiero?
32. Es como si las estrella que se alejase, volviera a tomar su primer brillo en el firmamento.
33. Buscad, buscadlos: En el insomnio de las cañerías olvidadas, en los cauces interrumpidos por el silencio de las basuras. No lejos de los charcos incapaces de guardar una nube, unos ojos perdidos,una sortija rota o una estrella pisoteada.
34. Ese hombre está muerto y no lo sabe. Quiere asaltar la banca, robar nubes, estrellas, cometas de oro, comprar lo más difícil: el cielo: Y ese hombre está muerto.
35. Esta segunda edición para niños, revela también el acierto que tuvo María Asunción Mateo al elegir con tanto tino y amplitud, a lo largo de toda mi obra poética, aquellas poesías que mejor pueden estimular la imaginación de los jóvenes.
36. Adonde el viento, impávido, subleva, torres de luz contra la sangre mía,
tú, billete, flor nueva, cortada en los balcones del tranvía.
37. El barandal del arpa, desde el pie hasta el bucle en la nieve, la cubría. Enredando sus cuerdas, verdecía, alga en hilos, la mano que se fue.
38. Llena de suavidades y carmines, fanal de ensueño, vaga y voladora,
voló hacia los más altos miradores (La Rosa, de Alberti).
39. ¡Si alguien llamara a la puerta! ¡Si se apareciera padre con su túnica talar chorreando!…
40. Estoy feliz de que los ritmos y la luz andaluza de mis canciones los acompañen desde el inicio de su vida.
41. Rubios, pulidos senos de Amaranta, por una lengua de lebrel limados.
Pórticos de limones, desviados por el canal que asciende a tu garganta.
42. Se equivocó la paloma, se equivocaba. Por ir al norte fue al sur, creyó que el trigo era el agua. Creyó que el mar era el cielo que la noche la mañana.
43. Zarparé, al alba, del Puerto, hacia Palos de Moguer, sobre una barca sin remos. De noche, solo, ¡a la mar! y con el viento y contigo! Con tu barba negra tú, yo barbilampiño.
44. Entré en el patio que un día fuera una fuente con agua. Aunque no estaba la fuente, la fuente siempre sonaba. Y el agua que no corría volvió para darme agua.
45. Que tu falda era tu blusa, que tu corazón su casa. (Ella se durmió en la orilla,
tú en la cumbre de una rama.)
46. Ángeles malos o buenos, que no sé, te arrojaron en mi alma. Sola, sin muebles y sin alcobas, deshabitada.
47. Más en esas astillas vagabundas que se consumen sin fuego,
en esas ausencias hundidas que sufren los muebles desvencijados,
no a mucha distancia de los nombres y signos que se enfrían en las paredes.
48. Cádiz se adormecía entre fandangos y habaneras y un lorito al piano quería hacer de tenor. Dime dónde está la flor que el hombre tanto venera.
49. Deja que escriba, débil junco frío, mi nombre en esas aguas corredoras, que el viento llama, solitario, río.
50. El mejor día, ciudad a quien jamás he querido, el mejor día —¡silencio!—habré desaparecido.
Hasta aquí han llegado nuestras frases de Rafael Alberti, ¡pero ahora ha llegado el momento de que nos des tu opinión! ¿Qué te han parecido estas frases de Rafael Alberti? ¿Conocías su obra poética? ¿Cuál de todas ellas te ha gustado más? Cuéntanos tus impresiones en los comentarios. ¡Nos encanta conocerte mejor!
