Hablar de poesía es sumergirnos en un universo de emociones en el que podemos hacer los más profundos viajes. Poetas como Mario Benedetti, Rubén Darío, Alejandra Pizarnik o Pablo Neruda son muestra de la sensibilidad a la que puede llegar la expresión humana. Hoy en Frases de la vida hemos querido sumerginos en la obra de una mujer que marcó una pauta de la poesía feminista norteamericana. Acompáñanos a conocer los mejores poemas de Adrienne Rich.

¿Quién fue Adrienne Rich?

Antes de empezar a hablar de los poemas de Adrienne Rich, conviene recordar un poco su perfil. Nació en Estados Unidos, en 1929. Desarrolló una interesante carrera, en la que trabajó la poesía y el ensayo. Se destacó por explorar temas como la identidad de género, la sexualidad, la opresión y la experiencia femenina. También tuvo a lo largo de los años un marcado compromiso político. Usó su obra como medio de protesta, abordando la invisibilización de las mujeres lesbianas y la crítica a la heteronormatividad como una imposición social; tan es así, que su obra marcó una pauta, inspirando a nuevas generaciones de activistas y escritoras. Murió en su hogar en Santa Cruz, California, el 27 de marzo de 2012.

5 poemas de Adrienne Rich que debes conocer

1. Poder

Este es uno de nuestros favoritos entre los poemas de Adrienne Rich, en el que explora la figura de Marie Curie, y como el conocimiento le implicó también grandes luchas y sacrificios.

Vivir en los sedimentos de tierra de nuestra historia
Hoy un azadón reveló de un terrón de tierra desmoronada
una botella ámbar perfecta un remedio centenario
para la fiebre o la melancolía un tónico
para vivir en esta tierra en los inviernos de este clima

Hoy leía sobre Marie Curie:
debe haber sabido que enfermaba de irradiación
su cuerpo bombardeado durante años por el elemento
que ella había purificado
Al parecer negó hasta el final
la fuente de las cataratas en sus ojos
la piel quebrajada y supurante de la yema de sus dedos
hasta que no pudo asir una probeta o un lápiz

Murió como mujer famosa negando
sus heridas
negando que
sus heridas provenían de la misma fuente que su poder.

2. Consumir

Otro de los más hermosos poemas de Adrienne Rich es este, en el que los sentimientos y sensaciones se ponen a flor de piel.

Podemos mirar esta noche la estufa
como un espejo, sí,

el leño serrado, el núcleo
gaseoso amarillo y azul

la ceniza gris en la que palpita el carmesí, sí,
sé que bajo mis párpados
y bajo mi piel

el Tiempo nos arrastra como una corriente de aire
que se eleva, avivando el fuego
en el vientre, en el cerebro

Tú me estabas contando cómo habías puesto la mano
sobre la huella de un indio muerto hace tiempo
y, por un momento, distinguió aquella mano

aquella huella, aquella roca,
aquel sol que producía sueños intensos
Una palabra puede hacer eso

o, como esta noche, el espejo del fuego
de mi mente, ardiendo como si pudiera seguir
consumiéndose, calcinando

alimentándose de todo
hasta que no quede nada en la vida
que no haya alimentado ese fuego.

3. Diálogo

Una escena simple pero cargada de emocionalidad, es lo que nos transmite Diálogo, otro de los mejores poemas de Adrienne Rich.

Está sentada con la cabeza apoyada en una mano, la
otra gira un viejo anillo a contraluz,
durante horas nuestra conversación ha estado batiendo,
como la lluvia contra los cristales,
como esa sensación de agosto y el relámpago.
Me levanto, voy a hacer té, vuelvo,
nos miramos,
entonces dice (y esto es lo que revivo
una y otra vez)…, dice: no sé
si el sexo es una ilusión

no sé
quién era cuando hacía aquellas cosas
o quién dije que era
o si deseaba sentir
aquello sobre lo que había leído
o quién estaba allí conmigo en realidad
o si sabía, ya entonces,
que cabía la duda acerca de estas cosas.

4. Intentando hablar con un hombre

Avanzamos en nuestra selección de poemas de Adrienne Rich, y en esta ocasión le corresponde a una de sus obras más polémicas e intensas.

Estamos probando bombas en mitad de este desierto, por eso hemos venido.

A veces siento un río subterráneo
que se abre paso entre riscos deformes,
un ángulo agudo de entendimiento
que se interna como la trayectoria del sol
en este paisaje condenado.

A qué hemos tenido que renunciar para llegar hasta aquí:
colecciones enteras de LP, películas que protagonizábamos
proyectadas en los barrios, escaparates de pastelerías
a rebosar de galletas judías, rellenas de chocolate, resecas,
el lenguaje de las cartas de amor, de las notas. de suicidio,
tardes a la orilla del río
finciendo ser niños

Viniendo a este desierto
cuyo rostro pretenderíamos cambiar,
conduciendo entre suculentas de un verde insípido,
caminando a mediodía por la ciudad fantasma
envueltos en un silencio.

que suena como el silencio del lugar,
solo que vino con nosotros
y resulta familiar
y todo lo que hemos estado diciendo hasta ahora

era un intento de obliterarlo…
Viniendo aquí le plantamos cara

Aquí fuera me siento más desvalida
contigo que sin ti
Mencionas el peligro
y haces una lista del equipamiento,
hablamos de las personas que cuidan unas de otras
en las emergencias –laceración, sed–,
pero tú me miras como una emergencia

Tu calor seco se percibe como energía,
tus ojos son estrellas de una magnitud diferente,
reflejando las luces que deletrean SALIDA
cuando te levantas y mides en pasos el suelo.

Mientras hablas del peligro
como si no fuéramos nosotros mismos,
como si estuviéramos poniendo a prueba otra cosa.

5. Después de veinte años

Y cerramos este recorrido por los poemas de Adrienne Rich con esta pieza delicada y romántica, que desafío las convenciones de su época. 

Dos mujeres sentadas a la mesa junto a una ventana. La luz cae
de forma desigual sobre ambas.
Su conversación echa chispas
que observan los transeúntes en la calle
como si fuera un centelleo en el cristal de la ventana.
Dos mujeres en la flor de la vida.
Sus hijos son lo suficientemente mayores para tener hijos.
La soledad ha sido parte de su historia durante veinte años,
el tenebroso filo de la lengua aguda,
el lado oscuro de la imaginación.
Nieva y truena en la calle.
Mientras hablan el relámpago destella púrpura.
Resulta extraño ser tantas mujeres,
comiendo y bebiendo en la misma mesa,
las que bañaron a sus niños en la misma palangana,
las que no se contaron sus secretos,
las que recorrieron los suelos de sus vidas en habitaciones separadas
y desembocan ahora en la historia. como mujeres de su tiempo,
viviendo en la flor de la vida
como en una ciudad en la que nada está prohibido
y nada permanece.

La obra de Adrienne Rich es un grito de protesta y un canto de sensibilidad. Dueña de una voz poderosa, Rich supo marcar caminos de libertad e igualdad. Y tu, ¿Conocías estos poemas de Adrienne Rich? ¿Hay algún otro que quieras sumar a la lista? Anímate adejarnos tus opiniones en un comentario. ¡Estaremos encantados de leerte!