Desde hace ya varios años, Latinoamérica se ha convertido en un foco de toda clase de talento, pero su literatura, sin duda alguna, ha tenido gran relevancia y acogida a nivel mundial. En Latinoamérica se encuentran todos los géneros literarios, representados por historias perfectamente estructuradas y con ápices de realidad que desbordan paradigmas. Es en honor a ello que, en este artículo de Frases de la Vida, queremos presentarte a uno de los grandes exponentes de la literatura latinoamericana y colombiana con las frases de Mario Mendoza.
El escritor Mario Mendoza es un escritor nacido en Bogotá, Colombia en 1964. Mendoza se licencio en letras hispanoamericanas en la Universidad Javeriana y laboró allí durante varios años como docente. Fue a partir de 1980 que inició su carrera literaria y en 1992 publicó su primera novela: La ciudad de los umbrales. Gracias a esta publicación, el reconocimiento de Mendoza aumentó, a tal punto que en 1994 recibió el Premio Nacional de Literatura.
Mario Mendoza publicó importantes libros a lo largo de su carrera. Libros que, en su mayoría, pertenecen al género Novela Negra. Satanás, La travesía del Vidente, La melancolía de los feos, Akelarre, son solo algunos de los ejemplos de sus publicaciones. Es gracias a sus maravillosas obras que las frases que estás a punto de conocer son, en su mayoría, increíbles frases de libros de Mario Mendoza. ¿Estás listo/a para disfrutar de ellas? ¡Vamos a por ello!
Luchando a través de la literatura y las frases de Mario Mendoza
1. Somos ángeles y demonios al mismo tiempo. No somos una sola persona, sino una contradicción, una complejidad de fuerzas que luchan dentro de nosotros.
Comencemos con una de las frases de libros de Mario Mendoza. Esta, en particular, hace parte de uno de sus libros más famosos: Satanás. Refleja la luz y la oscuridad que el ser humano lleva en su interior y con las cuales debe luchar constantemente. Solo una de ellas saldrá vencedora.
2. No hay un solo ejemplo de país que haya salido del desarrollo comprando tanques.
3. Hay algo sano en sentir que se está metido en un estercolero. Lo enfermizo es lo contrario: seguir como si nada, hacer planes, casarse, tener hijos, querer triunfar. Hay una alta dosis de insensibilidad en la gran masa anónima.
4. ¿Y qué era Cristo? ¿Un revolucionario, un profeta que deseaba liberar al pueblo judío en contra del imperio romano? No, era un pensador que anhelaba, de manera radical, que nadie estuviera por debajo de otro, que nadie se arrogara el derecho de sentirse superior a otros y que terminara oprimiéndolos, explotándolos, esclavizándolos.
5. ¿De qué sirve tu clase social, tu educación, todo lo que has leído, si no haces nada por tu país, por tu gente, por este pueblo que aguanta hambre desde el amanecer hasta el anochecer? ¿Para qué ser inteligente si esa inteligencia no es capaz de enfrentarse a la injusticia y a las estructuras que detentan el poder de manera inmoral? ¿De qué sirve tanta cultura si uno no es capaz de echarle una mano al otro?
6. Uno se arrepiente de cualquier cosa menos de no haber sido un cobarde.
7. Me repugna que alguien convierta su propia debilidad en un espectáculo, y que encima de eso obligue a otros a degradarse dándole una limosna. Es el colmo. Pero que se puede esperar de un país donde todo el mundo tiene mentalidad de limosnero.
8. Si ustedes votan por la guerra, váyanse a la guerra.
El escritor Mario Mendoza siempre ha buscado luchar por el bien de su país, por luchar en contra de la violencia y en favor de la cultura y la literatura. Siempre ha creído que la guerra viene de adentro, viene de las convicciones y solo desde ellas se puede también frenar. La guerra y la paz presentes en las frases de Mario Mendoza.
9. La riqueza de una persona que lee es que uno nota y percibe rápidamente esa multiplicidad, y eso es lo que uno envidia en una persona que lee mucho.
10. No nos dijimos más. Hay instantes de la vida en los cuales las palabras sobran, donde el lenguaje lo único que hace es entorpecer la perfección del silencio.
11. Deja atrás todo, no te aferres, libérate de la peor carga de todas: tú mismo.
12. La crueldad del olvido, tan necesaria para sobrevivir.
13. Quien ha reflexionado sobre la muerte una y otra vez hasta el cansancio, quien se ha codeado con la finitud, por así decirlo, vive en un nivel diferente, está más allá de las fantasmagorías de la inmediatez y los reflejos de los fuegos artificiales no lo encandilan ni lo deslumbran.
14. Hay instantes en la vida en los cuales las palabras sobran, donde el lenguaje lo único que hace es entorpecer la perfección del silencio.
15. Es inevitable que la lectura nos revele facetas insospechadas de la realidad, como si nos corriera un velo y contempláramos el mundo inmerso en una transparencia inusitada.
En las frases de Mario Mendoza tampoco puede faltar alusiones hermosas a la literatura. La literatura como aquella que nos permite encontrar claridad y verdad en nuestro entorno, en nuestra vida.
16. Una persona con mucho dinero no necesariamente es una persona rica.
17. Esa es la ventaja cuando uno lee, que sí sabe cómo son las cosas.
18. Qué complejo es eso que llaman identidad. Un día nos vemos al espejo y no tenemos ni idea quién es esa persona que está ahí, mirándonos como si acabáramos de llegar de otro planeta. ¿Quién es yo? ¿Cómo harán esas personas que toda la vida se identifican consigo mismas y que están seguras de sus gustos, de sus ideas, de sus afectos? Qué miedo ser el mismo o la misma a lo largo de cincuenta o setenta años que pobreza.
19. De esta forma se me iba el tiempo en lo que yo más disfrutaba: soñar, divagar, imaginar, recrear. Así fui aprendiendo que un escritor escribe no sólo cuando está escribiendo.
Otra de las grandes enseñanzas del escritor Mario Mendoza. Escribir no solo es el acto de escribir; es permitirse soñar, imaginar y crear. Es permitirse sentir el mundo a plenitud y vivir de él, para luego dar lugar al relato. Las frases de Mario Mendoza y sus libros son ejemplo de ello.
20. ¿Qué es un libro cerrado en el fondo de una biblioteca? Papel, cartón y tinta. Se vuelve arte cuando un lector lo abre y posa su mirada en sus páginas amarillas y mohosas. De igual forma la soledad niega nuestras vidas y las reduce a su mínima expresión.
21. Quizás para compensar ese cuerpo maltrecho y grotesco que me había tocado en suerte, mi cerebro vivía siempre atento, ávido, y aprender se me facilitaba sobremanera, como si desde un comienzo supiera que mi inteligencia iba a ser la única arma de supervivencia en medio de un mundo cruel y amenazante.
22. Uno no nace siendo una bestia que siempre está a la defensiva, sino que lo convierten en ese animal a las malas.
23. Escuchar a un intelectual leerse a si mismo es un acto demasiado narcisista.
Sí. Es momento de concluir nuestra lista de frases de Mario Mendoza. Esperamos que hayas disfrutado de ellas y te inspirarán a conocer toda la obra de nuestro autor preferido. Antes de despedirnos de ti quisiéramos que nos contaras cuál de ellas es tu favorita y si tienes alguna otra que creas puede complementar las antes presentadas. Queremos saber de ti, así que no dudes en dejarnos tus opiniones y comentarios. Por ahora, hasta pronto.