Cuando hablamos de Anne Carson poemas, no nos limitamos a versos tradicionales. Carson desafía los límites entre poesía, ensayo y traducción, creando un estilo único que combina lo clásico con lo moderno. Su obra destaca por su complejidad y su capacidad para unir elementos dispares, como las reflexiones filosóficas y las emociones más íntimas.
Anne Carson no solo escribe poesía; ella deconstruye las convenciones literarias y nos invita a leer desde una perspectiva que abarca tanto lo académico como lo emocional. Sus textos nos desafían a cuestionar los límites entre géneros, y esa es quizás la esencia de su atractivo. Por eso, en Frases de la Vida queremos conocer algunos de los mejores poemas de la ganadora del Premio Princesa de Asturias de las Letras 2020.
Anne Carson poemas: 5 grandes obras
1. Dedicatoria
Una herida despide su propia luz
dicen los cirujanos.
Si todas las lámparas de la casa se apagaran
podrías vendar esta herida
con el resplandor que de ella surge.
Ofrezco gentil lector tan solo una analogía.
Una demora.
«Utilizar demora en lugar de cuadro o pintura…
una demora en vidrio
como si dijeras un poema en prosa o una escupidera de plata.»
Eso dijo Duchamp
de La novia desnudada por sus solteros
que se rompió en ocho pedazos cuando viajaba del museo de Brooklyn
hacia Connecticut (1912).
¿Qué es lo que se demora?
El matrimonio, diría.
Ese espacio oscilante, como lo llamaba mi marido.
Mira cómo resplandece
la palabra.
En estos Anne Carson poemas, vemos cómo su estilo intelectual y emocional se une para explorar el dolor, las relaciones y la temporalidad
2. Pero qué palabra era
Una palabra que de repente
apareció en todas las paredes de mi vida inscrita simpliciter sin explicación.
Cuál es el poder de lo inexplicado.
Ahí estaba él un día (nueva ciudad) en un campo de heno frente a mi instituto de pie
bajo un paraguas negro
y un viento molesto y brusco.
Nunca pregunté
cómo había llegado allí una distancia de quizá 300 millas.
Preguntar
infringiría alguna regla.
¿Has leído el «Himno homérico a Deméter»?
Recuerda cómo Hades sale cabalgando de la luz diurna
a lomos de sus caballos inmortales envuelto en caos.
Se lleva a la chica abajo a una fría estancia subterránea
mientras su madre pulula por el mundo y ataca a todo ser vivo.
Homero lo presenta
como la historia de un delito contra la madre.
Pues el delito de una hija es aceptar las leyes de Hades
que ella sabe que nunca podrá explicar
y por ello tan campante le dice
a Deméter:
«Madre esta es la verdad de la historia.
A hurtadillas me puso
en la mano una semilla de granada dulce como la miel.
Luego a la fuerza y contra mi voluntad me obligó a comer.
Te digo la verdad aunque me duela». ¿La obligó a comer cómo? Conozco a un hombre
que establecía reglas
contra la exhibición del dolor,
contra preguntar por qué, contra querer saber cuándo le volvería a ver.
De mi madre
emanaba una fragancia, un miedo.
Y de mí
(lo supe por su cara en la mesa)
olor de semilla dulce.
¿Las rosas en tu habitación te las envió esas?
Sí.
¿Con motivo de qué?
No hay motivo.
Qué pasa con el color.
Color.
Diez blancas una roja qué significa eso.
Imagino que se les acabaron las blancas.
La meta de cualquier madre es abolir la seducción.
La reemplazará con lo que es real: productos.
La victoria de Deméter
contra Hades
no consiste en el regreso de su hija desde ahí abajo
sino en el mundo en flor:
calabazas tentaciones corderos retama sexo leche dinero.
Todo eso mata la muerte.
Todavía tengo esa rosa roja polvo seco ya.
No quería decir himen como ella imaginaba.
Los Anne Carson poemas suelen jugar con las nociones de poder, pérdida y significado, y aquí, el uso de símbolos como las semillas de granada y las rosas subraya la tensión entre lo sensual y lo racional.
3. Ella
Vive sola en un brezal al norte.
Ella vive sola.
La primavera se abre como una cuchilla allí.
Yo viajo en trenes todo el día y llevo muchos libros –
unos para mi madre, algunos para mí
que incluyen Las obras completas de Emily Brontë.
Es mi autora favorita.
También mi principal temor, al que trato de enfrentarme.
Cada vez que visito a mi madre
siento que me convierto en Emily Brontë,
mi vida solitaria a mi alrededor como un páramo,
mi torpe cuerpo recortándose sobre los barrizales con una apariencia de transformación
que muere cuando atravieso la puerta de la cocina.
¿Qué cuerpo es ese, Emily, que nosotras necesitamos?
En estos Anne Carson poemas, la autora invita al lector a cuestionar qué cuerpos necesitamos para enfrentar la realidad emocional que nos rodea.
4. Y arrodillada en la orilla de un mar transparente me haré un corazón nuevo con sal y barro
Una esposa está bajo las garras del ser.
Fácil es decir ¿Por qué no terminar con esto?
Pero supongamos que tu marido y cierta mujer oscura
suelen quedar en un bar por la tarde.
El amor no es condicional.
Vivir es muy condicional.
La mujer se instala en una terraza cerrada al otro lado de la calle.
Observa a la mujer oscura
que con la mano le toca la sien como si le estuviera metiendo algo.
Observa cómo
él se inclina un poco hacia la mujer y luego se vuelven atrás. Están serios.
Su seriedad la atormenta.
Las personas que pueden estar serias cuando están juntas es
[porque tienen algo profundo.
Hay una botella de agua mineral sobre la mesa
y dos vasos.
¡No necesitan bebidas alcohólicas!
¿Desde cuando tiene él
estos gustos puritanos?
Un barco frío
zarpa de algún lugar dentro de la esposa
y pone rumbo al horizonte plano y gris,
ni pájaro ni soplo a la vista.
En estos Anne Carson poemas, encontramos una reflexión sobre cómo el amor y la vida pueden ser inherentemente contradictorios: mientras el amor se presenta como algo incondicional, la realidad cotidiana está llena de condiciones y expectativas.
5. Yo
Oigo pequeños chasquidos dentro de mi sueño.
La noche gotea su taconeo de plata
espalda abajo.
A las cuatro. Me despierto. Pensando
en el hombre que
se marchó en septiembre.
Se llamaba Law.
Mi rostro en el espejo del baño
tiene manchas blancas en la parte baja.
Me enjuago la cara y vuelvo a la cama.
Mañana voy a ver a mi madre.
Como ocurre en otros Anne Carson poemas, el lenguaje es sencillo pero cargado de simbolismo: los “chasquidos dentro del sueño” y el “taconeo de plata” evocan el paso del tiempo y la inevitabilidad del recuerdo.
Los Anne Carson poemas nos invitan a explorar la vulnerabilidad, el amor, y las complejidades emocionales a través de una perspectiva única que combina lo mitológico, lo cotidiano y lo filosófico.
Su estilo, cargado de simbolismo, deja espacio para múltiples interpretaciones y resonancias personales. ¿Cuál ha sido tu experiencia con su obra? Te invitamos a compartir tus pensamientos y reflexiones en los comentarios y continuar la conversación sobre esta fascinante poeta.