Howard Phillips Lovecraft fue un escritor estadounidense conocido por ser el autor de novelas e historias cortas de terror y ciencia ficción. También se sumergiría en la poesía, la literatura epistolar y el ensayo. A día de hoy se le considera uno de los autores más influyentes del siglo XX dentro del ámbito de la literatura fantástica. Los mundos que creaba este escalofriante autor eran mundos en el que nos acechaban, en el que existían otros seres que transformaban nuestra propia realidad. Para sumergirnos en sus misteriosos pensamientos hemos recopilado una serie de frases de Lovecraft, el escritor que revolucionó el terror.

Lovecraft nació en el año 1890 en Providence, Estados Unidos. A pocos años de su nacimiento, su talento resaltó cuando escribió sus primeros relatos a los seis años. Era un niño prodigio al que se le consideraba rarito y muy solitario. Sus obras destacaron por la creación de un terror cósmico en el que incorporaba elementos de ciencia ficción como los alienígenas, los viajes en el tiempo o la existencia de otras dimensiones. De esta manera, Lovecraft se convirtió en todo un innovador del cuento de terror e incluso crearía una mitología propia llamada “Los mitos de Cthulhu”. Sin más demora y con el fin de acercarnos a la mente de este peculiar escritor os dejamos con esta selección de 70 frases de Lovecraft.

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Índice

70 Frases de Lovecraft, el escritor que revolucionó el terror

1. El lugar lógico para encontrar una voz de otros tiempos es un cementerio de otros tiempos.

2. No está muerto lo que puede yacer eternamente; y con el paso de los extraños eones, incluso la Muerte puede morir.

3. No teníamos constancia del paso del tiempo, porque el tiempo se había convertido para nosotros en una mera ilusión.

4. El océano es más antiguo que las montañas y está cargado con los recuerdos y los sueños del tiempo.

5. Eran sensaciones; pero dentro de ellas había elementos increíbles de tiempo y de espacio…Cosas que en el fondo poseen una existencia clara y definida.

6. Nadie baila sobrio a menos que esté completamente loco.

7. Un extraño impulso me llevó a encaramarme a la amplia losa, apagar la vela y yacer dentro de la caja desocupada.

8. A mi parecer, no hay nada más misericordioso en el mundo que la incapacidad del cerebro humano de correlacionar todos sus contenidos. 

9. La emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo, y el más antiguo y más intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido.

10. Los hombres de más amplia mentalidad saben que no hay una distinción clara entre lo real y lo irreal.

11. El hombre que conoce la verdad está más allá del bien y del mal.

12. Siempre que las estrellas estuvieran en posición, podían saltar de un mundo a otro a través de los cielos; mas cuando las estrellas no eran propicias, Ellos no podían vivir. Pero aunque no pudieran vivir, tampoco morirían realmente.

13. Ni la muerte, ni la fatalidad, ni la ansiedad, pueden producir la insoportable desesperación que resulta de perder la propia identidad.

14. Los hombres de ciencia sospechan algo sobre ese mundo, pero lo ignoran casi todo. Los sabios interpretan los sueños, y los dioses se ríen.

15. Entre las angustias de los días que siguieron está el mayor de los suplicios: la inefabilidad. Jamás podré explicar lo que vi y conocí durante esas horas de impía exploración, por falta de símbolos y capacidad de sugerencia de los idiomas.

16. El periodismo es un oficio fácil. Cuestión de escribir lo que dicen los demás.

17. Ya que cuando somos niños oímos y soñamos, albergamos ideas a medio cuajar, y cuando al hacernos hombres intentamos recordar, nos vemos estorbados y convertidos en seres prosaicos por el veneno de la vida.

18. La satisfacción de un momento es la ruina del siguiente.

19. Ninguna escuela de arte conocida había alentado la creación de este terrible objeto, pero cientos e incluso miles de años parecían estar marcados sobre su oscura y verdosa superficie de piedra cuya identificación resultaba imposible.

20. Rechazo seguir las convenciones mecánicas de la literatura popular o llenar mis cuentos con personajes y situaciones comunes, pero insisto en la reproducción de impresiones y sentimientos verdaderos de la mejor manera que pueda lograrlo.

21. ¿Quién conoce el fin? Lo que ha emergido puede hundirse y lo que se ha hundido puede emerger. Lo satánico aguarda soñando en el fondo del mar, y sobre las ondulantes ciudades humanadas navega el Apocalipsis.

22. Incluso en el más grande de los horrores, la ironía rara vez falta.

23. El mundo es realmente cómico, pero la broma es sobre la humanidad.

24. ¿Acaso el destino preservaba mi razón sólo para arrastrarme irresistiblemente a un final más horrible e impensable de lo que haya podido soñar nadie?

25. Intelectualmente, la idea republicana merece la tolerancia y el respeto que se le da a los muertos.

26. Pero más maravilloso que la sabiduría de los ancianos y que la sabiduría de los libros es la sabiduría secreta del océano.

27. En una losa, en el interior de un nicho, descubrió un ataúd viejo, pero vacío, en cuya deslustrada placa reza esta simple palabra: Jervas. En ese ataúd y en esa cripta me ha prometido que seré sepultado.

28. ¡Ojalá los dioses misericordiosos, si existen efectivamente, protejan esas horas en que ningún poder de la voluntad, ni las drogas inventadas por el ingenio del hombre, pueden mantenerme alejado del abismo del sueño!

29. Nuestra capacidad para evitar un sueño prolongado era sorprendente, ya que rara vez sucumbíamos más de una hora o dos a esa oscuridad que ahora se había convertido en espantosa amenaza. –

30. Algo terrible llegó a las colinas y valles con aquel meteoro, y algo terrible, aunque ignoro en qué medida, sigue estando allí. 

31. Sus voces hacen tremolar el viento y sus conciencias trepidar la tierra. Doblegan bosques enteros y aplastan ciudades, pero jamás bosque o ciudad alguna ha visto la mano destructora. 

32. Debía tratarse de una enfermedad natural…Aunque resultaba imposible conjeturar qué clase de enfermedad producía aquellos terribles resultados. 

33. Es una lástima que la mayor parte de la humanidad tenga una visión mental tan limitada a la hora de sopesar con calma y con inteligencia aquellos fenómenos aislados, vistos y sentidos sólo por unas pocas personas psíquicamente sensibles, que acontecen más allá de la experiencia común. 

34. Hay quien dice que las cosas y los lugares tienen alma, y hay quien dice que no; por mi parte, no me atrevo a pronunciarme, pero quiero hablar de la Calle. 

35. Los hombres de más amplia mentalidad saben que no hay una distinción clara entre lo real y lo irreal; que todas las cosas parecen lo que parecen solo en virtud de los delicados instrumentos psíquicos y mentales de cada individuo, merced a los cuales llegamos a conocerlos; pero el prosaico materialismo de la mayoría condena como locura los destellos de clarividencia que traspasan el velo común del claro empirismo. 

36. A mi parecer, no hay nada más misericordioso en el mundo que la incapacidad del cerebro humano de correlacionar todos sus contenidos. Vivimos en una plácida isla de ignorancia en medio de mares negros e infinitos, pero no fue concebido que debiéramos llegar muy lejos. 

37. No hay mucha gente que sepa cuántas maravillas se les abren en las historias de la juventud, ya que cuando somos niños oímos y soñamos, albergamos ideas a medio cuajar, y cuando al hacernos hombres intentamos recordar, nos vemos estorbados y convertidos en seres prosaicos por el veneno de la vida. 

38. Rechazo seguir las convenciones mecánicas de la literatura popular o llenar mis cuentos con personajes y situaciones comunes, pero insisto en la reproducción de impresiones y sentimientos verdaderos de la mejor manera que pueda lograrlo. El resultado puede ser pobre, pero prefiero seguir aspirando a una expresión literaria seria antes que aceptar los estándares artificiales del romance barato. 

39. La muerte es misericordiosa, ya que de ella no hay retorno; pero para aquel que regresa de las cámaras más profundas de la noche, extraviado y consciente, no vuelve a haber paz. 

40. El hombre que conoce la verdad está más allá del bien y del mal. El hombre que conoce la verdad ha comprendido que la ilusión es la realidad única y que la sustancia es la gran impostora. 

41. El arte que es expresión de sensibilidad, reflejó estas crisis, estas luchas, estos partos dolorosos y esta gran ansiedad. 

42. No me hago ilusiones con respecto al precario estatus de mis cuentos, y no espero llegar a ser un competidor serio de mis autores fantásticos favoritos.

43.  El lector angustiado sentía el acicate del miedo como arte y, agotándolo como tal arte, sentía ese alivio que, según nos enseña la reflexología, es una magnífica recompensa para fijar una conducta. 

44.  Los terrores primitivos vinieron a ser antídoto del último terror. 

45. Es una equivocación creer que el horror se asocia inextricablemente con la oscuridad, el silencio y la soledad. 

46.  La ciencia había eliminado mi creencia en lo sobrenatural, y la verdad por el momento me cautivaba más que los sueños. 

47.  Igual que la razón crecía también hacia las profundidades, los cuentos de
miedo ahondaron su campo de acción. 

48. Hay cosas acerca de las cuales es mejor no especular, y todo lo que puedo decir es que no soporto lo más mínimo el olor a amoníaco y que me siento desfallecer ante una corriente de aire excesivamente frío.

49.  Mi ritmo y manera de escribir varían bastante en diferentes casos, pero siempre trabajo mejor de noche. 

50.  En la literatura, el terror ha seguido proporcionando un motivo
ficticio para el miedo real, desviando al arte de sus orígenes y sublimándolo hasta hacerlo soportable. 

60. He intentado mejorar y hacer más sutiles mis cuentos con el paso de los años, pero no logré el progreso deseado.

61. Ahora está claro para mí que cualquier mérito literario real que posea está confinado a los cuentos oníricos, de sombras extrañas

62.  Nunca escribo si no puedo ser espontáneo: expresando un sentimiento ya existente y que exige cristalización.

63. Estas materias deben dejarse para el investigador frío e impersonal, ya que ofrecen dos alternativas igualmente trágicas al hombre de sensibilidad y de acción: la desesperación, si fracasa en sus investigaciones, y el terror inexpresable e inimaginable, si triunfa.

64. No era de ningún modo un ermitaño: más de una banda de la muchachada local me contaba en sus filas.

65. La ficción espectral debe ser realista y centrarse en la atmosféra.

66. La vida es algo espantoso; y desde el trasfondo de lo que conocemos de ella asoman indicios demoníacos que la vuelven a veces infinitamente más espantosa.

67. Creo que la escritura fantástica ofrece un campo de trabajo serio nada indigno de los mejores artistas literario.

68. Para mí, la principal dificultad al escribir una autobiografía es encontrar algo importante que contar. 

69. La única cosa que puedo decir en favor de mi trabajo es su sinceridad.

70. Siempre he estado convencido de que esos mundos extraños e inaccesibles están muy cerca de nosotros; y ahora creo que he descubierto un medio de traspasar la barrera.

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Hasta aquí nuestra selección de frases de Lovecraft. Nos encantaría conocer tu opinión sobre este autor que tanto aterrorizaba con sus obras. ¿Conoces algunas de sus libros? ¿Cuál de estas frases de Lovecraft te han provocado más miedo? ¡Te esperamos en los comentarios!