Los poemas de Arthur Rimbaud son un torbellino de imágenes vibrantes, emociones crudas y una visión del mundo tan intensa como breve fue su carrera literaria. Este joven prodigio francés revolucionó la poesía del siglo XIX con versos que desafiaron las normas de su época y anticiparon movimientos como el simbolismo y el surrealismo.

Con apenas 20 años, Rimbaud dejó de escribir, pero su legado sigue vivo en obras como Una temporada en el infierno e Iluminaciones. En este artículo de Frases de la Vida, exploraremos cómo su lenguaje audaz, sus metáforas visionarias y su espíritu inconformista transformaron la literatura y nos siguen invitando a mirar más allá de lo evidente.

Los mejores poemas de Arthur Rimbaud

Poemas de Arthur Rimbaud

1. El corazón de Rimbaud

¡Mi triste corazón babea a popa,
mi corazón que colma el caporal
y me vierten en él chorros de sopa,
mi triste corazón babea a popa:
con las bromas sangrientas de la tropa
que brama un carcajeo general,
mi triste corazón babea a popa,
mi corazón que colma el caporal!

Itiofálicos y soldadinescos
sus chistes sangrientos lo han depravado;
y de noche componen unos frescos
itiofálicos y soldadinescos.
¡Oleajes abracadabrantescos
llevadme el corazón, que sea lavado!
Itiofálicos y soldadinescos
sus chistes sangrientos lo han depravado.

Cuando se agoten sus chimós gargálicos
¿cómo vivir, oh corazón robado?
llegarán con sus estribillos báquicos;
cuando se agoten sus chimós gargálicos
sentiré sobresaltos estomáquicos,
yo, el del corazón despedazado.
Cuando se agoten sus chimós gargálicos
¿cómo vivir, oh corazón robado?

Esta obra, uno de los poemas de Arthur Rimbaud, refleja la desesperación y corrupción del corazón del poeta, afectado por el ambiente militar y las bromas crueles. Rimbaud utiliza imágenes intensas para expresar su anhelo de purificación y liberación de la depravación que lo rodea.

2. El mal

Mientras que los gargajos rojos de la metralla
silban surcando el cielo azul, día tras día,
y que, escarlata o verdes, cerca del rey que ríe
se hunden batallones que el fuego incendia en masa;

mientras que una locura desenfrenada aplasta
y convierte en mantillo humeante a mil hombres;
¡pobres muertos! sumidos en estío, en la yerba,
en tu gozo, Natura, que santa los creaste,

existe un Dios que ríe en los adamascados
del altar, al incienso, a los cálices de oro,
que acunado en Hosannas dulcemente se duerme.

Pero se sobresalta, cuando madres uncidas
a la angustia y que lloran bajo sus cofias negras
le ofrecen un ochavo envuelto en su pañuelo.

Este es uno de los poemas de Arthur Rimbaud, donde el poeta denuncia la crueldad de la guerra y la indiferencia divina. A través de imágenes impactantes, contrapone el horror humano con la apatía de Dios, criticando la injusticia y la destrucción que azotan a la humanidad.

3. Primera velada

Desnuda, casi desnuda;
y los árboles cotillas
a la ventana arrimaban,
pícaros, su fronda pícara.

Asentada en mi sillón,
desnuda, juntó las manos.
Y en el suelo, trepidaban,
de gusto, sus pies, tan parvos.

-Vi cómo, color de cera,
un rayo con luz de fronda
revolaba por su risa
y su pecho -en la flor, mosca,

-Besé sus finos tobillos.
Y estalló en risa, tan suave,

risa hermosa de cristal.
desgranada en claros trinos…

Bajo el camisón, sus pies
-¡Basta, basta!» -se escondieron.
-¡La risa, falso castigo
del primer atrevimiento!

Trémulos, pobres, sus ojos
mis labios besaron, suaves:
-Echó, cursi, su cabeza
hacia atrás: «Mejor, si cabe…!

Caballero, dos palabras…»»
-Se tragó lo que faltaba
con un beso que le hizo
reírse… ¡qué a gusto estaba!

-Desnuda, casi desnuda;
y los árboles cotillas
a la ventana asomaban,
pícaros, su fronda pícara.

Se trata de uno de los más sensuales poemas de Arthur Rimbaud, donde la delicadeza y el juego dominan la escena. El poema captura un momento íntimo con destellos de inocencia y picardía, donde la risa y el deseo sexual se entrelazan en un ambiente natural casi voyerista.

4. Mi bohemia

Me iba, con los puños en mis bolsillos rotos…
mi chaleco también se volvía ideal,
andando, al cielo raso, ¡Musa, te era tan fiel!
¡cuántos grandes amores, ay ay ay, me he soñado!

Mi único pantalón era un enorme siete.
––Pulgarcito que sueña, desgranaba a mi paso
rimas Y mi posada era la Osa Mayor.
––Mis estrellas temblaban con un dulce frufrú.

Y yo las escuchaba, al borde del camino
cuando caen las tardes de septiembre, sintiendo
el rocío en mi frente, como un vino de vida.

Y rimando, perdido, por las sombras fantásticas,
tensaba los cordones, como si fueran liras,
de mis zapatos rotos, junto a mi corazón.

Aquí hablamos de uno de los poemas de Arthur Rimbaud más emblemáticos, en el cual celebra su vida errante y su devoción a la creación. Rimbaud transforma lo cotidiano en arte, mostrando cómo la libertad y la imaginación son sus verdaderos compañeros de viaje.

5. Los cuervos

Señor, cuando los prados están fríos
y cuando en las aldeas abatidas
el ángelus lentísimo acallado,
sobre el campo desnudo de sus flores
haz que caigan del cielo, tan queridos,
los cuervos deliciosos.

¡Hueste extraña de gritos justicieros
el cierzo se ha metido en vuestros nidos!
A orilla de los ríos amarillos,
por la senda de los viejos calvarios,
y en el fondo del hoyo y de la fosa,
dispersaos, uníos.

A millares, por los campos de Francia,
donde duermen nuestros muertos de antaño,
dad vueltas y dad vueltas, en invierno,
para que el caminante, al ir, recuerde.
¡Sed pregoneros del deber, ¡Oh nuestros
negros pájaros fúnebres!

Santos del cielo, en la cima del roble,
mástil perdido en la noche encantada,
dejad la curruca de la primavera
para aquel que en el bosque encadena,
bajo la yerba que impide la huida,
la funesta derrota.

Este es uno de los más sombríos poemas de Arthur Rimbaud, dado que la naturaleza se convierte en un escenario cargado de simbolismo y muerte. Los cuervos, figuras funerarias y justicieras, sobrevuelan un paisaje devastado, recordando a los muertos y al deber ineludible de la memoria.

Los poemas de Arthur Rimbaud son un viaje profundo hacia lo desconocido, una mezcla de belleza y rebeldía que sigue inspirando a lectores de todas las épocas. ¿Cuál es tu poema favorito? ¿Qué te inspira de su obra? Déjanos tus opiniones y descubre más sobre el autor en nuestra sección dedicada a las mejores frases de Arthur Rimbaud. ¡Te leemos!