El fin de cada año viene cargado con un sinfín de emociones, expectativas, reflexiones sobre el tiempo pasado y esperanzas por el nuevo ciclo que inicia. Para algunas personas, la introspección adquiere una enorme importancia, así como la revisión sobre la vida, los vínculos y los proyectos. La motivación es clave en este sentido, y los poemas de fin de año pueden ayudarnos a renovar la esperanza y la emoción. Si eres de los que se suman a la renovación de las energías que nos trae el cambio de año, no te pierdas esta selección de poemas de año nuevo que hemos preparado especialmente para ti.

Índice

La simbología de los poemas de fin de año

Son muchas las frases de año nuevo que se han convertido en parte de la tradición de familias, pueblos y naciones. La historia de la Navidad nos presenta la llegada de diciembre como una renovación total. Desde el nacimiento de Jesús, para quienes profesan la fe cristiana, y hasta la despedida del año, cada fecha viene cargada de rituales especiales. Si eres de los que gustan de las letras, los poemas de fin de año pueden sumarse a tus rituales personales, con sus mensajes de amor, de esperanza y de fe en el nuevo año por venir. Acompáñanos a conocer los más populares.

5 poemas de año nuevo que debes conocer

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1. Nochevieja, de Jorge Valdés Díaz-Vélez

Iniciamos nuestro recorrido por los más lindos poemas de fin de año, con este texto cargado de nostalgia, que refleja lo pasado, lo que queda atrás, y la fuerza necesaria para afrontar el futuro.

«Miras arder lo que ha quedado
en pie del último sendero:
la luna llena de otro enero
sobre la piel de tu pasado,
un mar que olvidas y ha olvidado
en su esplendor tu verdadero
rostro, la luz que fue primero
verbo y temblor en tu costado
y que hoy dejas partir a solas,
detrás del fuego. Hacia el poniente
moja tu máscara un sol frío.
Ya en ti la noche alza sus olas
mansas. La oyes indiferente
abrir el fuego y tu vacío.»

2. No te rindas, de Mario Benedetti

Es poca la presentación que necesita el uruguayo universal Mario Benedetti. Entre los poemas de año nuevo, este es uno de los más sensibles. No habla en concreto del fin del año, pero si de la fuerza de voluntad, de los nuevos inicios y de la convicción para lograr aquello que nos movilice y nos  importe.

«No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.

Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.

Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.»

3. 1961, de Salvador Novo

Otro de los poemas de fin de año que vale la pena conocer, es esta dulce obra de Salvador Novo. En estas líneas se condensa el agradecimiento a la vida, con tus matices buenos y malos, y el aprendizaje que trae consigo.

«Gracias, Señor, porque me diste un año
en que abrí a tu luz mis ojos ciegos;
gracias porque la fragua de tus fuegos
templó en acero el corazón de estaño.

Gracias por la ventura y por el daño
por la espina y la flor; porque tus ruegos
redujeron mis pasos andariegos
a la dulce quietud de tu rebaño.

Porque en mí floreció tu primavera;
porque tu otoño maduró mi espiga
que el invierno guarece y atempera.

Y porque, entre tus dones, me bendiga
-compendio de tu amor- la duradera
felicidad de una sonrisa amiga.»

4. El año que se hizo viejo, de José García Velázquez

Otro de los más entrañables poemas de año nuevo es esta obra de José García Velázquez. Se trata de un poema nostálgico, que refleja el asombro por el paso del tiempo y su velocidad. 

«Con el tiempo sumergido
en el tráfago diario,
el año se nos ha ido
en el viejo calendario.

Cuando apenas empezaba,
parecía interminable
¡y ya, tras las campanadas,
procedemos a enterrarle!.

Está llamando a la puerta
el año recién nacido
y con pereza despierta
después de cumplir los ritos:

con las campanas las uvas
y también los parabienes,
los deseos de fortuna,
los cavas y las mercedes.

Con los propósitos nuevos
pensamos cuidarlo bien,
para que fluya sereno
y no corra como exprés.

A ver si somos capaces
de sujetar bien las riendas
y quitarnos los disfraces,
los odios y las miserias.

Pero, si tras doce meses
igual se quiere marchar,
por lo menos que nos deje
más paz y prosperidad.»

5. A la esperanza, de Miguel de Unamuno

Y cerramos nuestro recorrido por los poemas de fin de año con esta preciosa obra de Miguel de Unamuno. Si hay un mensaje que vale la pena transmitir de cara a un nuevo año, será siempre el de la esperanza en el futuro y en las acciones que podemos emprender para construirlo.

«Esperanza inmortal, genio que
aguardas
Al eterno Mesías, del que sabes
que nunca llegará, tú la que
guardas
a tu hija la fe con siete llaves

Y que ante la razón no te
acobardas
si no haces a los corazones aves
para volar sobre las nubes pardas
de la fosca verdad, ya en mí no
cabes.»

Y tú, ¿Conocías esta selección de los mejores poemas de año nuevo? ¿Sabes de algún otro que quieras sumar al listado? Anímate a dejarnos tus opiniones en un comentario. ¡Estaremos encantados de leerte! Y ¡Feliz año!