La poesía es una de las artes más sublimes que el hombre ha podido desarrollar. Se trata del uso excelso del lenguaje, para crear composiciones que nos movilicen y emociones desde las más variadas perspectivas. En Frases de la Vida somos auténticos amantes de la poesía, herramienta valiosa en la ciencia del amor y en la expresión sincera y profunda de las emociones humanas. Ya en otras oportunidades te presentamos algunos de nuestros poemas de amor favoritos. Pero en esta ocasión, animados con celebrar cada día de la existencia, queremos compartir contigo esta selección de los más encantadores poemas de la vida. ¿Nos acompañas? Pues, ¡Empecemos!
5 poemas de la vida para inspirarte
1. Oda a la vida, de Pablo Neruda
El autor chileno Pablo Neruda nos regala uno de los más hermosos poemas de la vida, que nos invita a honrarla y agradecerla a cada momento, con todas sus luces, sombras, dificultades y oportunidades.
«La noche entera
con un hacha
me ha golpeado el dolor,
pero el sueño
pasó lavando como un agua oscura
piedras ensangrentadas.
Hoy de nuevo estoy vivo.
De nuevo
te levanto,
vida,
sobre mis hombros.
Oh vida, copa clara,
de pronto
te llenas
de agua sucia,
de vino muerto,
de agonía, de pérdidas,
de sobrecogedoras telarañas,
y muchos creen
que ese color de infierno
guardarás para siempre.
No es cierto.
Pasa una noche lenta,
pasa un solo minuto
y todo cambia.
Se llena
de transparencia
la copa de la vida.
El trabajo espacioso
nos espera.
De un solo golpe nacen las palomas.
Se establece la luz sobre la tierra.
Vida, los pobres
poetas
te creyeron amarga,
no salieron contigo
de la cama
con el viento del mundo.
Recibieron los golpes
sin buscarte,
se barrenaron
un agujero negro
y fueron sumergiéndose
en el luto
de un pozo solitario.
No es verdad, vida,
eres
bella
como la que yo amo
y entre los senos tienes
olor a menta.
Vida,
eres
una máquina plena,
felicidad, sonido
de tormenta, ternura
de aceite delicado.
Vida,
eres como una viña:
atesoras la luz y la repartes
transformada en racimo.
el que de ti reniega
que espere
un minuto, una noche,
un año corto o largo,
que salga
de su soledad mentirosa,
que indague y luche, junte
sus manos a otras manos,
que no adopte ni halague
a la desdicha,
que la rechace dándole
forma de muro,
como a la piedra los picapedreros,
que corte la desdicha
y se haga con ella
pantalones.
La vida nos espera
a todos
los que amamos
el salvaje
olor a mar y menta
que tiene entre los senos.»
2. En paz, de Amado Nervo
Amado Nervo fue un poeta y escritor mexicano de finales del siglo XIX y principios del XX, reconocido por su sensibilidad lírica y su profunda exploración de los sentimientos humanos. Hoy te compartimos uno de nuestros poemas de la vida favoritos, de su autoría.
«Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
…Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas…
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!»
3. Vida, de Alfonsina Storni
Alfonsina Storni fue una destacada poetisa argentina del siglo XX, reconocida por su poesía emotiva y feminista que exploraba la lucha de la mujer en una sociedad patriarcal. A ella debemos el siguiente de nuestros poemas de la vida.
«Mis nervios están locos, en las venas
la sangre hierve, líquido de fuego
salta a mis labios donde finge luego
la alegría de todas las verbenas.
Tengo deseos de reír; las penas
que de donar a voluntad no alego,
hoy conmigo no juegan y yo juego
con la tristeza azul de que están llenas.
El mundo late; toda su armonía
la siento tan vibrante que hago mía
cuando escancio en su trova de hechicera.
Es que abrí la ventana hace un momento
y en las alas finísimas del viento
me ha traído su sol la primavera.»
4. El corazón que ríe, de Charles Bukowski
El siguiente de los poemas de la vida que te compartimos es del genio Charles Bukowski, escritor y poeta estadounidense reconocido por su estilo directo, crudo y desgarrador que exploraba la vida cotidiana, la marginalidad y las experiencias humanas más crudas y auténticas.
«Tu vida es tu vida
no dejes que sea golpeada contra la húmeda sumisión
mantente alerta
hay salidas
hay una luz en algún lugar
puede que no sea mucha luz pero
vence a la oscuridad
mantente alerta
los dioses te ofrecerán oportunidades
conócelas
tómalas
no puedes vencer a la muerte pero
puedes vencer a la muerte en la vida, a veces
y mientras más a menudo aprendas a hacerlo
más luz habrá
tu vida es tu vida
conócela mientras la tengas
tú eres maravilloso
los dioses esperan para deleitarse
en ti.»
5. A la brevedad de la vida, de Francisco de Quevedo
Francisco de Quevedo fue un destacado escritor y poeta del Siglo de Oro español conocido por su agudeza literaria, su crítica social y su maestría en el uso del lenguaje barroco. Entre sus obras poéticas, se destaca esta pieza, como favorita entre los poemas de la vida que te compartimos.
«¡Cómo de entre mis manos te resbalas!
¡Oh cómo te deslizas, vida mía!
¡Qué mudos pasos tras la muerte fría
con pisar vanidad, soberbia y galas!
Ya cuelga de mi muro sus escalas,
y es su fuerza mayor mi cobardía:
Por vida nuevo tengo cada día,
que el tiempo cano nace entre las alas.
¡Oh mortal condición! ¡Oh dura suerte!
¡Que no puedo querer ver el mañana
sin temor de si quiero ver mi muerte!
Cualquier instante de esta vida humana
es un nuevo argumento que me advierte
cuán frágil es, cuán mísera y cuán vana.»
Y tú, ¿Cuál de estos poemas de la vida has disfrutado más? ¿Eres de los que adora leer poesía? ¿O quizá te animas a escribirla? Si este tema llama tu atención y quieres un poco de inspiración, te dejamos con este artículo en el que te contamos sobre los diferentes tipos de amor. ¡Hasta la próxima!
