Los poemas de Amado Nervo abordan una amplia gama de temas que reflejan las características propias del poeta modernista mexicano. Y aunque su trabajo es amplio y diverso, sus obras suelen encerrar características de amor, melancolía, espiritualidad, naturaleza y esa insaciable búsqueda de la belleza y la trascendencia.
Amado Nervo fue un destacado poeta y escritor mexicano nacido el 27 de agosto de 1870 en Tepic, Nayarit, y fallecido el 24 de mayo de 1919 en Montevideo, Uruguay. Es conocido por su prosa lírica y reflexiva. Nervo fue parte del modernismo literario, un movimiento que influyó significativamente en la literatura hispanoamericana de finales del siglo XIX y principios del XX.
Leer los poemas de Amado Nervo resulta en un viaje fascinante y reflexivo. ¡Acá te dejamos una lista con sus mejores poemas, solo aquí en Frases de la vida!
Índice
Los 10 mejores poemas de Amado Nervo
Es momento de adentrarnos al mundo de la literatura para disfrutar de poetas que siguen cautivando a las personas.
Poemas de Amado Nervo imperdibles:
1. Poema en paz de amado nervo
Uno de los poemas más célebres en toda la obra de Amado Nervo es sin duda alguna “En Paz”, poema escrito en los últimos años de su vida donde el autor expresa su gratitud hacia la vida, reconociendo haber sido el arquitecto de sus propias acciones. Por ende, el único responsable de aquello que le ocurría a lo largo de la vida.
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
…Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas…
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!
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2. Dios hará lo demás
«Dios hará lo demás» es uno de los mejores poemas de Amado Nervo. En esta obra, el poeta logra encerrar entre sí un grupo de características que van desde lo romántico, pasando por lo espiritual, hasta una síntesis entre optimismo y desilusión. Aquí el personaje principal, reconociendo lo inútil de sus intentos y al no ser correspondido en el amor, decide dejar todo en manos de Dios o mientras encuentra su único consuelo con la siembra de rosas en el camino por el cual camina su amor.
¡Qué es inútil mi afán por conquistarte!:
que ni me quieres hoy ni me querrás…?
Yo me contento, Amor, con adorarte:
¡Dios hará lo demás!
Yo me contento, Amor, con sembrar rosas
en el camino azul por donde vas.
Tú sin mirarlas, en su senda posas
el pie: ¡Quizás mañana las veras!
Yo me contento, Amor, con sembrar rosas
¡Dios hará lo demás!
3. Después
Si el anterior de los poemas de Amado Nervo era una síntesis entre romanticismo y optimismo, «Después» sigue con esa clásica línea romántica. Sin embargo, esta vez mostrando un profundo sentimiento de desesperanza y de derrota, como si se tratase de un conflicto emocional interno en nuestro personaje.
La poesía de Amado Nervo en esta obra trae consigo una profunda introspección sobre la dualidad del deseo y la repulsión, la atracción y el desencanto. La imagen de la lira vibrando en los flancos de la mujer simboliza la búsqueda de la belleza y la pasión. No Obstante, al mismo tiempo, sugiere una lucha interna entre lo mundano y lo vulgar, entre la tentación y la redención.
Te odio con el odio de la ilusión marchita:
¡Retírate! He bebido tu cáliz, y por eso
mis labios ya no saben dónde poner su beso;
mi carne, atormentada de goces, muere ahíta.
Safo, Crisis, Aspasia, Magdalena, Afrodita,
cuanto he querido fuiste para mi afán avieso.
¿En dónde hallar espasmos, en dónde hallar exceso
que al punto no me brinde tu perversión maldita?
¡Aléjate! Me invaden vergüenzas dolorosas,
sonrojos indecibles del mal, rencores francos,
al ver temblar la fiebre sobre tus senos rosas.
No quiero más que vibre la lira de tus flancos:
déjame solo y triste llorar por mis gloriosas
virginidades muertas entre tus muslos blancos.
4. Versos autobiográficos
A manera de autorretrato, Amado Nervo hace una pequeña reseña biográfica sobre él mismo, reflexionando lo que pudo ser y lo que no fue. Muy similar al poema «En Paz» donde vemos a un autor agradecido por las decisiones que tomó durante la vida y con la esperanza de ser amado al final de sus días.
Disfruta uno de los mejores poemas de Amado Nervo:
¿Versos autobiográficos? Ahí están mis canciones,
allí están mis poemas: yo, como las naciones
venturosas, y a ejemplo de la mujer honrada,
no tengo historia: nunca me ha sucedido nada,
¡oh, noble amiga ignota!, qué pudiera contarte.
Allá en mis años mozos adiviné del Arte
la armonía y el ritmo, caros al musageta,
y, pudiendo ser rico, preferí ser poeta.
—¿Y después?
—He sufrido, como todos, y he amado.
¿Mucho?
—Lo suficiente para ser perdonado.
5. ¡Amémonos!
Un poema que engloba todos los misterios de la vida, la incertidumbre sobre el destino y la irrelevancia de nuestros actos. Ante todo esto, Nervo propone el amor como un acto de significado y redención en medio de la oscuridad y el enigma que nos rodea durante nuestra vida.
Si nadie sabe ni por qué reímos
Ni por qué lloramos;
Si nadie sabe ni por qué vinimos
Ni por qué nos vamos;
Si en un mar de tinieblas nos movemos;
Si todo es noche en derredor y
Arcano,
¡A lo menos amémonos!
¡quizá no sea en vano!
6. El día que me quieras
Este es uno de los poemas de Amado Nervo que refleja un profundo sentimiento de amor y de idealismo, donde la cúspide de todo será ese gran amor que espera recibir. Nervo hace un juego de palabras para dar a entender lo que pasaría el día en que esa persona lo quiera, dando a entender que cuando eso pase, todo será perfecto.
El día que me quieras tendrá más luz que junio;
la noche que me quieras será de plenilunio,
con notas de Beethoven vibrando en cada rayo
sus inefables cosas,
y habrá juntas más rosas
que en todo el mes de mayo.
Las fuentes cristalinas
irán por las laderas
saltando cristalinas
el día que me quieras.
El día que me quieras, los sotos escondidos
resonarán arpegios nunca jamás oídos.
Éxtasis de tus ojos, todas las primaveras
que hubo y habrá en el mundo serán cuando me quieras.
Cogidas de la mano cual rubias hermanitas,
luciendo golas cándidas, irán las margaritas
por montes y praderas,
delante de tus pasos, el día que me quieras…
Y si deshojas una, te dirá su inocente
postrer pétalo blanco: ¡Apasionadamente!
Al reventar el alba del día que me quieras,
tendrán todos los tréboles cuatro hojas agoreras,
y en el estanque, nido de gérmenes ignotos,
florecerán las místicas corolas de los lotos.
El día que me quieras será cada celaje
ala maravillosa; cada arrebol, miraje
de «Las Mil y una Noches»; cada brisa un cantar,
cada árbol una lira, cada monte un altar.
El día que me quieras, para nosotros dos
cabrá en un solo beso la beatitud de Dios.
7. Renunciación
En este de los poemas, Amado Nervo inclina su obra hacia la espiritualidad, más concretamente hacia la filosofía budista, para ello se basa en las enseñanzas de Siddharta Gautama (Buda) donde se asegura que la fuente de toda angustia es el deseo. En el poema vemos a Nervo en una especie de aflicción, reconociendo que sus deseos lo han llevado al malestar y la intranquilidad emocional.
¡Oh, Siddharta Gautama!, tú tenías razón:
las angustias nos vienen del deseo; el edén
consiste en no anhelar, en la renunciación
completa, irrevocable, de toda posesión;
quien no desea nada, dondequiera está bien.
El deseo es un vaso de infinita amargura,
un pulpo de tentáculos insaciables, que al par
que se cortan, renacen para nuestra tortura.
El deseo es el padre del esplín, de la hartura,
¡y hay en él más perfidias que en las olas del mar!
Quien bebe como el Cínico el agua con la mano,
quien de volver la espalda al dinero es capaz,
quien ama sobre todas las cosas al Arcano,
¡ése es el victorioso, el fuerte, el soberano…
y no hay paz comparable con su perenne paz!
8. Madrigal
Volvemos al clásico poema de entrega amorosa y pasional, Nervo es un experto de las palabras y en esta obra enfatiza su profunda devoción por los ojos de su amada. Para ello, vuelve a recurrir a la mitología griega al comparar a su amada con las sirenas del héroe griego de la Odisea, Ulises, donde se considera a las sirenas como seres inalcanzables y hermosos.
Por tus ojos verdes yo me perdería,
sirena de aquellas que Ulises, sagaz,
amaba y temía.
Por tus ojos verdes yo me perdería.
Por tus ojos verdes en lo que, fugaz,
brillar suele, a veces, la melancolía;
por tus ojos verdes tan llenos de paz,
misteriosos como la esperanza mía;
por tus ojos verdes, conjuro eficaz,
yo me salvaría.
9. Identidad
Un poema que aborda la espiritualidad, centrándose en el Nirvana y la unión con lo divino para nuevamente abordar la espiritualidad y filosofía budista. Es un poema de índole religioso que invita a reflexionar sobre aquella búsqueda espiritual para encontrar la tan anhelada unidad con lo divino. ¡Veamos más de los poemas de Amado Nervo!
El que sabe que es uno con Dios, logra el Nirvana:
un Nirvana en que toda tiniebla se ilumina;
vertiginoso ensanche de la conciencia humana,
que es sólo proyección de la Idea Divina
en el Tiempo…
El fenómeno, lo exterior, vano fruto
de la ilusión, se extingue: ya no hay pluralidad,
y el yo, extasiado, abísmase por fin en lo absoluto,
¡y tiene como herencia toda la eternidad!
10. Éxtasis
Es uno de los poemas de Amado Nervo que nos resalta la posibilidad de poder encontrar, en las cosas cotidianas, amor y belleza. El autor enfatiza su amor por la vida y por todo lo que rodea nuestra existencia; las estrellas, las olas del mar, todo para él es puro y santo.
Cada rosa gentil ayer nacida,
cada aurora que apunta entre sonrojos,
dejan mi alma en el éxtasis sumida…
¡Nunca se cansan de mirar mis ojos
el perpetuo milagro de la vida!
Años ha que contemplo las estrellas
en las diáfanas noches españolas
y las encuentro cada vez mas bellas.
Años ha que en el mar, conmigo a solas,
de las olas escucho las querellas,
y aun me pasma el prodigio de las olas!
Cada vez hallo la Naturaleza
más sobrenatural, más pura y santa,
Para mí, en rededor, todo es belleza;
y con la misma plenitud me encanta
la boca de la madre cuando reza
que la boca del niño cuando canta.
Quiero ser inmortal, con sed intensa,
porque es maravilloso el panorama
con que nos brinda la creación inmensa;
porque cada lucero me reclama,
diciéndome, al brillar: «Aquí se piensa,
también aquí se lucha, aquí se ama».
¿Quién fue Amado Nervo?
Más allá de los poemas de Amado Nervo, debemos conocer sobre su biografía. El poeta mexicano, Juan Crisóstomo Ruiz de Nervo, conocido como Amado Nervo es, sin dudarlo, uno de los más célebres personajes en cuanto literatura modernista se trata. Nació el 27 de agosto de 1870 en la entonces convulsionada México, lugar donde cursará sus estudios y donde encontraría ese amor por la poesía.
Entrada en la adultez, Nervo fijó su residencia en diferentes países alrededor de América y Europa significando esto por supuesto en un desarrollo increíble en su obra llegó a vivir en grandes ciudades como París, Madrid y Buenos Aires donde se rodeó y entró en contacto con importantes figuras literarias de la época.
Mientras desempeñaba un cargo político como embajador de México en Argentina y Uruguay, Amado Nervo falleció en Montevideo la capital uruguaya a la edad de 48 años el 24 de mayo su cuerpo fue trasladado hasta México por el crucero Uruguay de la armada uruguaya.
Entre las obras más destacadas del poeta mexicano se encuentran: La Amada Inmóvil (1889), Místicas (1898), El Éxodo (1901), La Hermana Agua (1902), Las Flores Del Camino (1902), Serenidad (1914) y Plenitud (1918), Lira Heroica (1924) y Las Voces (1926).
¿Cómo era la poesía de Amado Nervo?
Según relata una de sus biografías, la obra poética de Nervo evolucionó dentro de un romanticismo modernista visual y sonoro, hacia una poesía desnuda abstracta conceptual, voluntariamente prosaica y narrativa exenta de procedimientos. Su obra estaba marcada por fuertes influencias de romanticismo y espiritualidad, ambos temas que lo iban a acompañar a lo largo de toda su obra y en las que reflexionará sobre otros temas.
Conclusiones
Los poemas de Amado Nervo sin duda alguna marcó un antes y un después en toda la literatura modernista, sus poemas se adentran dentro de una sensibilidad única. Fue un poeta que evolucionó a lo largo de toda su vida y aunque dentro de todas sus obras podemos ver estilos muy definidos, podemos también apreciar mucha diversidad y mensajes muy profundos dentro de todos sus trabajos.
Leer los poemas de Amado Nervo es embarcarse en un viaje emocional en donde la pasión, el deseo, la melancolía, el amor y la espiritualidad son los protagonistas, pudiéndonos sentir identificados con cada obra que leemos del autor mexicano.