Pablo Neruda fue, sin duda alguna, uno de los mejores escritores y poetas del siglo XX. La poesía de Pablo Neruda, escritor chileno, se caracteriza por su tremenda sensibilidad y por tener siempre a un importante protagonista: el amor. Neruda, más allá de haber sido perseguido político y exiliado, se consolidó como el poeta de mayor prestigio en Latinoamérica, lo que lo llevó a ser merecedor del Premio Nobel de Literatura en 1971, dejando claro su innegable talento artístico y, por supuesto, poético. Esta es la razón por la que en este artículo de Frases de la Vida te presentaremos algunos de los mejores e imprescindibles poemas de Pablo Neruda.
Índice
La percepción poética de la vida en los poemas de Pablo Neruda
A continuación descubrirás cómo el poeta Pablo Neruda logró convertir a sus poemas en reflejos y recipientes de aquellas cosas, situaciones y experiencias trascendentales en la vida. Lograrás descifrar por qué el amor fue un tema recurrente en sus escritos, entendiéndolo como aquel que une y fortalece al alma humana. Sin más, pasemos a conocer los mejores y más inspiradores poemas de Pablo Neruda.
1. Cuerpo de mujer, colinas blancas
Como si fuera un relato que nace de la voz del mismo eros, en este primero de los poemas de Pablo Neruda el autor nos describe el cuerpo del amor, el lecho en el que se crea vida, se fecunda. El amor como aliado indiscutible de la pasión.
Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,
te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
y hace saltar el hijo del fondo de la tierra.
Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros
y en mí la noche entraba su invasión poderosa.
Para sobrevivirme te forjé como un arma,
como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda.
Pero cae la hora de la venganza, y te amo.
Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme.
¡Ah, los vasos del pecho! ¡Ah, los ojos de ausencia!
¡Ah, las rosas del pubis! ¡Ah tu voz lenta y triste!
Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia.
¡Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso!
Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,
y la fatiga sigue, y el dolor infinito.
2. Me gusta cuando callas
Muchas veces el silencio es un espacio de recogimiento, de reflexión, de contemplación. El silencio, protagonista de este —uno de los más famosos poemas de Pablo Neruda más conocido— se convierte en aquel que permite al amado disfrutar de su amada en todo su esplendor, en la belleza pura.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llenas del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
Déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra, entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
3. Poema 12
Este poema hace parte de Veinte poemas de amor y una canción desesperada. El autor hace una hermosa relación entre el amor y el mar. Una relación que se transforma en la ausencia, en aquello que bastaría para completarla. Uno de los grandes entre los poemas de Pablo Neruda.
Para mi corazón basta tu pecho,
para tu libertad bastan mis alas.
Desde mi boca llegará hasta el cielo
lo que estaba dormido sobre tu alma.
Es en ti la ilusión de cada día.
Llegas como el rocío a las corolas.
Socavas el horizonte con tu ausencia.
Eternamente en fuga como la ola.
He dicho que cantabas en el viento
como los pinos y como los mástiles.
Como ellos eres alta y taciturna.
Y entristeces de pronto, como un viaje.
Acogedora como un viejo camino.
Te pueblan ecos y voces nostálgicas.
Yo desperté y a veces emigran
y huyen pájaros que dormían en tu alma.
4. Amor
El siguiente de los poemas de Pablo Neruda es un poema cuyo protagonista es el amor. En la poesía de Neruda es clave la fuerza del amor y el sinfín de experiencia que nacen de él.
Mujer, yo hubiera sido tu hijo, por beberte
la leche de los senos como de un manantial,
por mirarte y sentirte a mi lado y tenerte
en la risa de oro y la voz de cristal.
Por sentirte en mis venas como Dios en los ríos
y adorarte en los tristes huesos de polvo y cal,
porque tu ser pasara sin pena al lado mío
y saliera en la estrofa -limpio de todo mal-.
Cómo sabría amarte, mujer, cómo sabría
amarte, amarte como nadie supo jamás!
Morir y todavía amarte más.
Y todavía amarte más y más.
5. No te quiero sino porque te quiero
En algunos de los poemas de Pablo Neruda anteriores se habla del amor como un sentimiento símbolo de fortaleza y de vida. Pero, en este poema en particular, el autor nos habla del amor como aquel arbitrario, sin argumentos ni razones. El amor que requiere sacrificio y voluntad.
No te quiero sino porque te quiero
y de quererte a no quererte llego
y de esperarte cuando no te espero
pasa mi corazón del frío al fuego.
Te quiero sólo porque a ti te quiero,
te odio sin fin, y odiándote te ruego,
y la medida de mi amor viajero
es no verte y amarte como un ciego.
Tal vez consumirá la luz de enero,
su rayo cruel, mi corazón entero,
robándome la llave del sosiego.
En esta historia sólo yo me muero
y moriré de amor porque te quiero,
porque te quiero, amor, a sangre y fuego.
6. Si tú me olvidas
Del amor surge un sin número de experiencias y sentimientos que conforman su universo y la vida de cada uno de nosotros. Experiencias como el olvido, protagonista de este siguiente de los poemas de Pablo Neruda. El olvido que nace de la necesidad fallida del recuerdo y que tendrá la capacidad de amainar un amor.
Quiero que sepas
una cosa.
Tú sabes cómo es esto:
si miro
la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco
junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.
Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.
Si de pronto
me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.
Si consideras largo y loco
el viento de banderas
que pasa por mi vida
y te decides
a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raíces,
piensa
que en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos
y saldrán mis raíces
a buscar otra tierra.
Pero
si cada día,
cada hora
sientes que a mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.
7. Si alguna vez tu pecho se detiene
Un amor que consume, que detiene la vida, un amor que obliga a entregarlo todo por el otro. El último de los poemas de Pablo Neruda habla sobre esta capacidad del sentimiento, de unir, de poseer.
Si alguna vez tu pecho se detiene,
si algo deja de andar ardiendo por tus venas,
si tu voz en tu boca se va sin ser palabra,
si tus manos se olvidan de volar y se duermen,
Matilde, amor, deja tus labios entreabiertos
porque ese último beso debe durar conmigo,
debe quedar inmóvil para siempre en tu boca
para que así también me acompañe en mi muerte.
Me moriré besando tu loca boca fría,
abrazando el racimo perdido de tu cuerpo,
y buscando la luz de tus ojos cerrados.
Y así cuando la tierra reciba nuestro abrazo
iremos confundidos en una sola muerte
a vivir para siempre la eternidad de un beso.
¿Qué tal te han parecido estos grandiosos poemas de Pablo Neruda? ¿alguno de ellos es tu favorito? ¿quisieras agregar algún otro a la lista? No dudes en hacérnoslo saber en la sección de comentarios. ¡Estamos ansiosos por leerte!