No todos los poetas tienen la dicha y el orgullo de ser, a través de sus obras, verdaderos portadores y representantes de su lengua. Tampoco todos pueden ser pioneros, no solo en su género, sino en las ideas y pensamientos que transmiten en sus escritos. Pero ¡tranquilo/a! Ese no es el caso de la poeta y escritora española a la que honraremos a través de este artículo de Frases de la Vida. Si continúas leyendo, conocerás los fantásticos poemas de Rosalía de Castro y entenderás por qué esta mujer o fue tan relevante para la literatura y la poesía española y gallega.

La obra de Rosalía de Castro es, en todo sentido, poseedora de la más desgarradora sensibilidad. Una sensibilidad que se entrelaza con descripciones profundas y detalladas del idioma gallego, de su cultura y de sus paisajes. Es además una obra cargada de melancolía, de tristeza y enmarcada en un halo de crítica hacia las concepciones de la época. Es debido a ello que la autora y la poesía de Rosalía de Castro son figuras clave de la literatura del siglo XIX. La autora se consolidó como aquella que devolvió el estatus a la lengua y literatura gallega, además de ser una pionera de poesía española y del pensamiento feminista.

Como sabemos que ya estás muy interesado/a, no te haremos esperar más para conocer algunos de los mejores poemas de Rosalía de Castro.

Índice

Soledad, melancolía y versos profundos en los poemas de Rosalía de Castro

poemas de Rosalía de Castro

1. Las campanas

Las campanas es uno de los poemas de Rosalía de Castro románticos. Fue publicado en la antología En las orillas del Sar en 1884. A través de este fantástico poema, la autora relata esa hermosa sensación que trae consigo el sonido de las campanas; una sensación que, de no tenerla, nos dejaría un vació profundo en la existencia. Una sensación fundamental en la poesía de Rosalía de Castro.

Yo las amo, yo las oigo,
cual oigo el rumor del viento,
el murmurar de la fuente
o el balido del cordero.

Como los pájaros, ellas,
tan pronto asoma en los cielos
el primer rayo del alba,
le saludan con sus ecos.

Y en sus notas, que van prolongándose
por los llanos y los cerros,
hay algo de candoroso,
de apacible y de halagüeño.

Si por siempre enmudecieran,
¡qué tristeza en el aire y el cielo!
¡Qué silencio en la iglesia!
¡Qué extrañeza entre los muertos!

2. Soledad

La soledad es uno de los temas y elementos preferidos por la autora y que bien se retrata a lo largo de los poemas de Rosalía de Castro. En este caso, la soledad se refleja en los paisajes gallegos, en la aflicción de sentirse perdido en un basto mundo que no puede ofrecer todo lo que desearía.

Un manso río, una vereda estrecha,
un campo solitario y un pinar,
y el viejo puente rústico y sencillo
completando tan grata soledad.

¿Qué es soledad? Para llenar el mundo
basta a veces un solo pensamiento.
Por eso hoy, hartos de belleza, encuentras
el puente, el río y el pinar desiertos.

No son nube ni flor los que enamoran;
eres tú, corazón, triste o dichoso,
ya del dolor y del placer el árbitro,
quien seca el mar y hace habitable el polo.

3.Te amo… ¿Por qué me odias?

Una melancolía profunda, duradera e inherente a la existencia es lo que soporta al siguiente de los poemas de Rosalía de Castro. Un poema que demuestra las contradicciones de la vida, contracciones tan dolorosas como necesarias.

–Te amo… ¿Por qué me odias?
–Te odio… ¿Por qué me amas?
Secreto es éste el más triste
y misterioso del alma.

Mas ello es verdad… ¡Verdad
dura y atormentadora!
–Me odias porque te amo;
te amo porque me odias.

4. Hora tras hora, día tras día

En este caso y como sucede a lo largo de la poesía de Rosalía de Castro, también se apela a la soledad para expresar aquella melancolía y pena por los tiempos pasados. Tiempos que, en retrospectiva, estaba cargados de felicidad y añoranza, pero que se desdibujan y se entremezclan con el presente. Este poema hace también parte de las Orillas del Sar, en el que la autora refleja los sentimientos que florecen a lo largo de sus últimos meses de vida.

Hora tras hora, día tras día,
Entre el cielo y la tierra que quedan
Eternos vigías,
Como torrente que se despeña
Pasa la vida.

Devolvedle a la flor su perfume
Después de marchita;
De las ondas que besan la playa
Y que una tras otra besándola expiran
Recoged los rumores, las quejas,
Y en planchas de bronce grabad su armonía.

Tiempos que fueron, llantos y risas,
Negros tormentos, dulces mentiras,
¡Ay!, ¿en dónde su rastro dejaron,
En dónde, alma mía?

5. Dicen que no hablan las platas

En este siguiente de los poemas de Rosalía de Castro la autora se concentra en el paso del tiempo y en sus implicaciones en la vida; en las críticas que llegan con él y con cambios contundentes. Aún así, existe cierta añoranza, cierta esperanza que lleva a Rosalía a sentir que aún quedan cosas por vivir y acciones por tomar.

Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros,
Ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los astros,
Lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo paso,
De mí murmuran y exclaman:
—Ahí va la loca soñando
Con la eterna primavera de la vida y de los campos,
Y ya bien pronto, bien pronto, tendrá los cabellos canos,
Y ve temblando, aterida, que cubre la escarcha el prado.

—Hay canas en mi cabeza, hay en los prados escarcha,
Mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula,
Con la eterna primavera de la vida que se apaga
Y la perenne frescura de los campos y las almas,
Aunque los unos se agostan y aunque las otras se abrasan.

Astros y fuentes y flores, no murmuréis de mis sueños,
Sin ellos, ¿cómo admiraros ni cómo vivir sin ellos?

6. Del mar azul, las transparentes horas

Así como sucede en la mayoría de los poemas de Rosalía de Castro, en Del mar azul, las trasparentes horas la protagonista es la misma melancolía. Una melancolía que se traduce en las olas del mar, olas que llegan y refrescan, pero no salvan. Olas que, pudiendo ser ideales salvadoras, devuelven su curso hacia el mar y dejan a la tierra en su soledad.

Del mar azul las transparentes olas
mientras blandas murmuran
sobre la arena, hasta mis pies rodando,
tentadoras me besan y me buscan.

Inquietas lamen de mi planta el borde,
lánzame airosas su nevada espuma,
y pienso que me llaman, que me atraen
hacia sus salas húmedas.

Mas cuando ansiosa quiero
seguirlas por la líquida llanura,
se hunde mi pie en la linfa transparente
y ellas de mí se burlan.

Y huyen abandonándome en la playa
a la terrena, inacabable lucha,
como en las tristes playas de la vida
me abandonó inconstante la fortuna.

7. Una vez tuve un clavo

Una vez tuve un clavo es uno de los poemas de Rosalía de Castro que le habla directamente al corazón. Un corazón que ha sido atravesado por un dolor profundo y que, por más que no se quiera, al sacar el clavo, este dejará un vació tan grande como el sentimiento que lo conformaba.

Una vez tuve un clavo
clavado en el corazón,
y yo no me acuerdo ya si era aquel clavo
de oro, de hierro o de amor.
Sólo sé que me hizo un mal tan hondo,
que tanto me atormentó,
que yo día y noche sin cesar lloraba
cual lloró Magdalena en la Pasión.
“Señor, que todo lo puedes
—pedirle una vez a Dios—,
dame valor para arrancar de un golpe
clavo de tal condición.”
Y diómelo Dios, arranquelo.
Pero… ¿quién pensara?… Después
ya no sentí más tormentos
ni supe qué era dolor;
supe sólo que no sé qué me faltaba
en donde el clavo faltó,
y tal vez… tal vez tuve soledades
de aquella pena… ¡Buen Dios!
Este barro mortal que envuelve el espíritu,
¡quién lo entenderá, Señor!…

8. Negra sombra

Para finalizar con la recopilación de poemas de Rosalía de Castro está es una bella descripción de aquella compañera leal y fiel, aquella que nos recuerda que seguimos vivos, caminando por el mundo: la sombra, la sombra negra.

Cuando pienso que te huyes,
negra sombra que me asombras,
al pie de mis cabezales,
tornas haciéndome mofa.

Si imagino que te has ido,
en el mismo sol te asomas,
y eres la estrella que brilla,
y eres el viento que sopla.

Si cantan, tú eres quien cantas,
si lloran, tú eres quien llora,
y eres murmullo del río
y eres la noche y la aurora.

En todo estás y eres todo,
para mí en mí misma moras,
nunca me abandonarás,
sombra que siempre me asombras.

Otros poetas españoles que debes conocer

Así es como finalizamos nuestro artículo sobre poemas de Rosalía de Castro. Esperamos que te gustaran tanto (o más) como a nosotros y que sean el punto de inicio para conocer más sobre esta autora y, por supuesto, sobre la literatura española y gallega. No dudes en hacernos saber todas tus opiniones en la sección de comentarios. Si tienes alguna otra recomendación de poemas de la autora, nos encantaría conocerla. Por ahora, ¡hasta pronto!